Finalmente, Sergio Massa anunció ayer la designación de su vice ministro de economía. Después de dos semanas de dudas y arduo camino de expiación y vuelta sobre sus pasos, habemus conocedor de macroeconomía en un cargo de tanta importancia. Pueda que Gabriel Rubinstein, confeso “anti populista”, defensor de equilibrio fiscal, contrario a la implantación de precios máximos y de política monetaria coherente, actúe en consecuencia a sus convicciones y no a lo que sucedió con su pedido de disculpas, que puede llevar a consecuencias no deseadas.
Los tuits de los que Rubinstein se arrepintió y de los que ofreció un pedido de absolución, no parecen agraviantes. Se trató de una afirmación de sus ideas acerca de cuestiones puntuales de su expertise económico, expresadas con ironía y cierto desenfado. Por ello luce exagerado, camaleónico y hasta cierto punto indigno que haya pedido disculpas. “Tengo estos principios, pero si no les gustan…”, quedó flotando en paralelo luego de su nueva expresión tuitera, recordando la famosa frase de Groucho Marx. Este giro copernicano luce, incluso, de excesivo e inconveniente pragmatismo, puede acarrear un inconveniente que afecte la gestión de Rubinstein e impacte sobre la economía.

La gravedad de la crisis económica requiere de la adopción pronta de medidas no gratas al populismo kirchnerista. Estará, luego de la exagerada expiación del viceministro, en condiciones de hacer lo que se espera de él. Su defección pública al pedir perdón por “expresiones agraviantes” que no lo fueron, puede significar que no ponga en práctica lo que hay que realizar con urgencia y efectividad.
Dudas que surgen de su propio accionar. La gestión nace tocada. Puede, por el bien del país, que su defección personal no se traslade a su gestión profesional. La tarea que debe forzosamente llevar adelante, no admite dilación ni ambigüedad.
Con su “pedido de perdón” disminuyó dramáticamente su confianza personal. Que no defraude también lo relativo a la confianza en su calidad como economista. El país no lo soporta.
Fuente: Mendoza onlline
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