El diputado nacional Ricardo López Murphy renueva su banca y va por el voto histórico del PRO en la Ciudad de Buenos Aires. Por eso, llama a «volver a las bases» y reivindica en las redes al Mauricio Macri con bigote, a quien le pide que lo acompañe en la elección. En entrevista con MDZ, el dirigente liberal insistió con el «fenómeno barrial» con el que años atrás caracterizó a Javier Milei y comparó al secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent con el «kirchnerismo cipayo».
«Bessent quiere que hagamos lo que hace el kirchnerismo, que subamos las retenciones. En su caso es lógico que pretenda proteger a los farmers americanos. Lo que es increíble es que los de acá hagan como quiere Scott Bessent. Es como si Argentina lo sacara a Messi», lanzó el candidato del sello Potencia durante su paso por la redacción de MDZ.
En ese sentido, López Murphy enumeró las fallas del programa económico de Javier Milei, y lanzó una chicana contra el libertario con un guiño hacia el presidente del PRO: «En 2015, el presidente Milei votó a Scioli, y yo voté a Macri. En 2019 el presidente Milei votó a Alberto Fernández y yo voté a Macri. Lo que espero es la devolución».
El guiño a Mauricio Macri
– Estás metiendo una campaña muy intensa en la calle, pero también en las redes sociales, donde estás mostrando una faceta que no se te conocía tanto. Aunque vos decís que siempre fuiste una persona con mucho sentido del humor.
– Sí, es verdad. Y si uno busca con algún cuidado lo encuentra en la campaña del 2003, pero la situación era muy difícil en el país y los publicitarios de esa época procuraban que no usara mucho el sentido del humor. Yo tengo una tendencia a hacer comentarios jocosos y hay circunstancias donde eso se puede hacer. Trato de que no sea aburrido el estilo de campaña. Somos una fuerza muy propositiva pero también somos una fuerza de militantes, y tenemos que lograr que nuestra gente se motive. Cuando me ven reír, seguro y confiado en lo que hacemos, les transmite mucho entusiasmo. Sabemos qué proponer, tenemos muy claro nuestro programa. Está claro que la diferencia de recursos publicitarios con el oficialismo y con el kirchnerismo es muy grande, pero lo compensamos con mucha militancia barrial y con mucha actividad en las redes propias de los militantes.
– Parte de esa campaña en las redes fue una reivindicación del Mauricio Macri con bigote, ¿cuál es la búsqueda ahí?
– Nos tiene que votar el espectro amarillo. Ese espectro resume una fuerte valoración de la institucionalidad, un énfasis muy grande en la iniciativa privada y en el esfuerzo de la sociedad civil. También un énfasis muy grande en un trato cordial. Somos gente que hacemos el esfuerzo de ser muy respetuosos, incluso con nuestros adversarios más enconados. Y finalmente, un énfasis en la gestión. Nosotros no proponemos utopías, tratamos de resolver problemas muy prácticos.

La foto de Mauricio Macri con bigote que compartió López Murphy para «volver a las bases».X (@rlopezmurphy)
– ¿Y te parece que el Macri sin bigote perdió eso?
– Él ha dicho que vota a los amarillos en otras geografías. Y yo he dicho también, para que se entienda, que en 2015 el presidente Milei votó a Scioli, y yo voté a Macri. En 2019 el presidente Milei votó a Alberto Fernández y yo voté a Macri. Entonces, lo que espero es la devolución.https://cdn.jwplayer.com/previews/5qCQgQYs-3LVbKwn1
– Sin embargo, el PRO está hablando de esta elección casi como si fuera un ballotage.
– Eso no es verdad. Obviamente yo llevo el color amarillo porque ha habido buena voluntad con nuestro espacio. Entre otras razones porque yo fui el fundador de Propuesta Republicana y del color amarillo. En general,el votante tradicional de este espacio que ha gestionado muchos años la ciudad y parte de los municipios de alrededor tiende a identificarse mucho más con mi discurso que con el del oficialismo.
– ¿Y por qué cree que Macri respalda este discurso de algunos dirigentes del PRO como Fernando de Andreis que hablan de esta posición de todo o nada?
– Esta es una elección parlamentaria. En las elecciones parlamentarias cada uno vota lo que se parece más a su preferencia. En las elecciones ejecutivas uno vota por el menos malo. Yo diría que hace mal el presidente en tratar de forzar una polarización, porque eso pone un riesgo enorme sobre la lectura de los resultados. No debe haber nadie más antagónico a las ideas de los K que quien está con usted ahora. No soy reciente en eso. El primero que los enfrentó de manera muy contundente en las elecciones y desde el 25 de mayo de 2003 fue Ricardo López Murphy.
La reivindicación del fenómeno barrial
– Siempre que el presidente aparece en el plano internacional recupera insistentemente una frase de su autoría: «fenómeno barrial». ¿Qué quiso decir entonces con eso?
– Yo creo que tuve razón. Yo decía que si elegíamos una fuerza política sin respaldo en diputados, senadores, gobernadores, intendentes, diputados provinciales ni concejales, lo que nos iba a pasar es que íbamos a tener problemas de gobernabilidad. Que son los que tenemos. Todo el drama del oficialismo, algunas votaciones adversas en el Congreso, era inevitable debido al Fenómeno Barrial. Nunca estuvo mejor puesto ese término. Todo el mundo lo admite. La confusión es que ellos creen que yo no tenía en cuenta el impacto internacional. No se trata de eso. Es un problema histórico de la Argentina. ¿Por qué usted le ha quitado 13 ceros a la moneda y ahora está por quitarle 3 más? En general, usted tiene ese desorden monetario y fiscal porque tiene problemas de gobernabilidad, si no usted no se haría daño a usted mismo. Somos como un barco a la deriva. No nos podemos gobernar.
El caso de José Luis Espert
– Otra mirada tal vez precursora que tuvo fue en relación a la candidatura de José Luis Espert. Usted en su partido fue el primero que dijo «acá puede haber algo raro» y puso algunas advertencias en su momento.
– Eso también tiene mucho que ver con nuestro ingreso a Juntos por el Cambio. Nosotros estuvimos explorando a principios de 2021 la posibilidad de hacer un espectro ideológico más doctrinario, donde hubiera menos concesiones. En ese momento Roque Fernández, presidente de la comisión directiva de UCEMA, dirigía las reuniones para intentar abroquelar fuerzas afines. Cuando apareció el problema del vuelo de Buenos Aires a Viedma (de Espert y Fred Machado), mi fuerza política dijo «hasta acá llegamos». Yo en ese momento tenía una interpretación más benigna que Republicanos Unidos, creía que había sido una imprudencia, pero que él no era parte de una acción criminal. Después aparecieron los 35 viajes, los aportes y ahí cambié la visión. Nunca creí que iba a haber la vinculación que luego surgió de las investigaciones judiciales.
Los errores económicos de Javier Milei
– Ha manifestado múltiples diferencias en la praxis política con Javier Milei, ¿qué opina de la gestión económica?
– El hecho de que hayamos tenido este año dos rescates quiere decir que hemos tenido mala praxis económica. Subestimaron la gravedad de la crisis heredada, que era terrible, y subestimaron otro aspecto que es las consecuencias que tuvo para el país acumular 10 defaults y 5 confiscaciones de depósitos. Esa idea de que la gente se olvida no es tan segura. Argentina necesita un programa que tenga márgenes de maniobra, que esté holgado. No alcanza con hacerlo al límite.
– En términos concretos, ¿qué sería eso?
– Uno de los temas más descuidados fue la compra de dólares. Desde marzo en el Congreso de la Nación, yo fui muy crítico del dólar blend, el sistema que teníamos al principio. Nosotros sosteníamos que había que reponer las reservas a toda velocidad. Para tener una idea del problema que tenemos ahí, tenemos -2 puntos del producto de reservas bien medidas, descontando toda la contabilidad creativa. La hizo muchos años el kirchnerismo, no es tan fácil levantar todo ese maquillaje, pero bien medido es -2. Países similares al nuestro tienen 20 o 25 puntos. Cuando uno se hace la idea que hay que juntar 150 mil millones en reserva y partimos de -11 mil, la cantidad de dólares que hay que comprar por los próximos 20 años es inmensa. Eso el gobierno no lo percibió. En tercer lugar, subestimó el rol del kirchnerismo.
Las críticas al kirchnerismo
– ¿Por qué?
– El kirchnerismo es una tragedia, por las oportunidades que desaprovechamos y por el daño que hicieron. Pero la sola especulación de que eso pudiera volver a ocupar el Gobierno genera pánico, entonces hay que ser muy cuidadoso con ese tema. Las declaraciones terribles de Taiana, el vacunado VIP, sobre que no se pueden pagar las deudas, que son la mitad de las uruguayas y un tercio de las brasileñas. Si nosotros no podemos, qué les pasaría a nuestros vecinos. Ellos son el partido del default y de la confiscación. A mí Cristina me robó los fondos de pensión. Entonces, el kirchnerismo es una amenaza a institutos fundamentales de la vida civilizada: la propiedad privada, el respeto a los contratos. La locura que hicieron con YPF de venderla de manera espuria a los Eskenazi y después nombrar abogados vinculados a ellos. Nosotros entendemos el daño que hacen y la liviendad del gobierno para lidiar con ellos.
– El Gobierno habla del kirchnerismo en términos del regreso a la barbarie.
– No mire la parola, mire los hechos. Los abogados son abogados de Eskenazi. No lo digo yo, están los artículos de Pagni y los más importantes periodistas argentinos diciendo que no puede ser que se nombren como abogados del Estado a los de su contendiente.
¿Scott Bessent es kirchnerista?
– ¿Qué opina del reciente salvataje de los Estados Unidos? ¿Puede ser una oportunidad para la Argentina o puede llegar a implicar condicionamientos para el país teniendo en cuenta que somos un competidor directo, como pasa con la soja?
– El ministro de Hacienda de Estados Unidos, Scott Bessent, quiere que hagamos lo que hace el kirchnerismo, que subamos las retenciones. Fíjese el carácter cipayo del kirchnerismo.
– A Scott Bessent no sé si lo puedo acusar de kirchnerista.
– No, pero en el caso de Scott Bessent es lógico que él pretenda proteger a los farmers americanos. Lo que es increíble es que los de acá lo hacen como quiere Scott Bessent. Es como si usted fuera a jugar contra Argentina y dijera sáquelo a Messi. Lo mejor para Argentina sería nunca necesitar un acuerdo. Por eso lo que expliqué sobre las holguras fiscales y monetarias, que parecen un sacrificio pero son lo que nos dan autonomía e independencia. Cuanto más autonomía e independencia tengamos, mejor para nosotros. Vamos a elegir mejor nuestras alternativas. Si usted está desesperado, «si lo ayuda no proteste. ¿Cómo dice el dicho? ¿A caballo regalado no se le miran los dientes?https://cdn.jwplayer.com/previews/dViRsTWd-3LVbKwn1
– La pregunta es qué tan regalado está.
– En cualquier caso, el punto es construyamos nuestra autonomía. Fíjese, el presidente Lagos en Chile quería que después de intereses, Chile tuviera un superávit de 1,5% a 2%. Eso es lo que necesitamos nosotros, presidentes que piensen intertemporalmente a través de las generaciones y no en la elección del 26 de octubre. La autonomía nacional hoy depende de un orden fiscal y monetario estricto. Jamás los kirchneristas propondrían eso. Jamás. Está en el genotipo. Por ejemplo, Kicillof no lo puede entender esto. Es increíble, pero no lo puede entender.
El futuro del liberalismo en Argentina
– Si al Gobierno le va mal, o no tan bien como espera, ¿eso puede frustrar futuros proyectos liberales para la Argentina?
– El Gobierno no es liberal, lo dice abiertamente. ¿Cuál es el corazón de las ideas liberales? La presencia del Estado para garantizar el monopolio de la fuerza. Es su razón de ser, para que haya transacciones pacíficas y voluntarias. Usted no puede usar la violencia contra otros y eso implica, no solo la cuestión personal, sino que no va a haber gángsters, patotas, grupos que se adjudican el poder de la violencia por sobre sus derechos.
– ¿Y cree que Javier Milei no coincide con eso?
– Él dice una cosa que está en el pensamiento anarquista: quiere que el Estado desaparezca. Para los liberales eso es una utopía, una cosa que no entra en nuestras convicciones. Somos gente muy práctica, pensamos en proyectos posibles. Carlos Marx soñaba con la desaparición del Estado. Decía «de cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad». Todas estas ideas delirantes, las anarquistas y las marxistas, nosotros no las avalamos. El liberalismo es otra cosa, la idea de que las instituciones se van construyendo, afianzando, se convive en paz y en concordia. La pieza más lograda de la literatura liberal es el preámbulo de la Constitución, que dice: «Contribuir a la unión nacional, afianzar la Justicia, asegurar la paz interior y la libertad para nosotros, para nuestra posteridad, invocando a Dios». Ninguno de nosotros se siente el Mesías.
– El día de mañana en el Congreso, ¿en qué puntos puede coincidir con el Gobierno y dónde va a plantarse en contra?
– Nosotros hemos sido muy constructivos en el Congreso. Si usted mira mi labor parlamentaria y mis votos, va a ver un enorme cuidado. Tenemos el copyright de la reforma laboral, de la reforma impositiva, de la reforma federal, de la reforma previsional. Todo eso lo hemos presentado. No hay que esperar que llegue el 27 de octubre. Estamos convencidos de que Argentina tiene que hacer cambios que la modernicen, con la gran demanda de nuestro tiempo que es adaptarnos a la inteligencia artificial. Si no nos preparamos para adaptarnos a eso en el marco impositivo, laboral, previsional, es que no entendemos lo que se viene. Nosotros somos la expresión del programa más moderno y más audaz para darle a la Argentina la posibilidad de volver a crecer y adaptarse a este ritmo extraordinario de cambio tecnológico que está viviendo el mundo.
Fuente: Mendoza online
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