Pese al golpe electoral, Kicillof no resigna su proyecto presidencial y articula con los gobernadores del PJ

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La carrera de Axel Kicillof como principal referente de la oposición a Javier Milei tuvo un freno brusco el 26 de octubre. El gobernador venía acelerando tras su contundente victoria electoral, solo un mes y medio antes en la provincia de Buenos Aires, y enfilaba hacia 2027 con el cartel del candidato natural del peronismo. Pero ahora el panorama no parece tan claro y vuelve a aflorar la interna con Cristina y Máximo Kirchner, que “no bajó nada su nivel de radiactividad”, según definen en los principales despachos de La Plata.

En forma paralela, Kicillof fue marginado por la Casa Rosada de las negociaciones por el presupuesto 2026 y la reforma laboral, que entabló con la mayoría de los gobernadores, con lo cual quedó aislado de las conversaciones entre la Nación y las provincias, pese a que administra el distrito más importante del país. Y Milei dejó de atacarlo en sus discursos. El tramo final del año lo encuentra entre pases de factura con el kirchnerismo y dudas extendidas sobre su proyección política.

Sin embargo, el gobernador bonaerense ratificó ante sus colaboradores más cercanos el objetivo de “construir una alternativa amplia y federal” para disputarle el poder a los libertarios en el próximo recambio presidencial. Lo hizo, según pudo saber LA NACION, al habilitar el establecimiento de bases territoriales con dirigentes afines en todo el país, que estarán encargadas de armar propuestas para cada una de las provincias. Kicillof no quiere que lo vean como el porteño que les dice lo que tienen que hacer a los provincianos.

Axel Kicillof en Mar del Plata, unos días antes de las elecciones del 26 de octubre
Axel Kicillof en Mar del Plata, unos días antes de las elecciones del 26 de octubre

“Todo este año desalentamos a compañeros que querían plegarse al Movimiento Derecho al Futuro (MDF) en distintos puntos del país. Estuvimos enfocados en la Provincia, con todo lo que implicaba el desdoblamiento y la campaña electoral. Pero ahora llegó el tiempo de mirar por encima de la frontera”, sostiene un funcionario de total confianza de Kicillof. Y avisa que el gobernador empezará a viajar al interior desde mediados del año próximo.

Kicillof sabe que no será el único en intentar que Milei no sea reelecto en 2027. En La Plata observan que un dirigente con el recorrerán “caminos paralelos” es Sergio Massa, con quien el gobernador mantiene una buena relación política, a tal punto que lo considera un aliado para sancionar leyes clave que le reclama a la Legislatura. También divisan que Cristina Kirchner amadrinará a algún dirigente, como Sergio Uñac, el exgobernador de San Juan, integrante de la agrupación Primero la Patria, que viene de ganar las elecciones en su provincia.

Sergio Massa y Axel Kicillof atraviesan un momento de mayor sintonía política, aunque podrían disputar la candidatura del peronismo en 2027
Sergio Massa y Axel Kicillof atraviesan un momento de mayor sintonía política, aunque podrían disputar la candidatura del peronismo en 2027Santiago Filipuzzi

En la mirada de Kicillof, la construcción del espacio para competir con Milei dentro de dos años debe ser mucho más amplia que la oferta que consiguió articular el peronismo hasta el momento. Por caso, considera que el “cordobesismo” debe estar contenido, así como también otros espacios que correrían el riesgo de perder sus gobernaciones ante una nueva oleada violeta. “Hay un miedo a que Milei se quede para siempre”, resumen en La Plata y dicen que eso llevaría a juntarse a sectores que, de otro modo, competirían por el poder.

Encuentro reservado

Puertas adentro, el peronismo y sus aliados discuten cómo encarar la etapa post-ratificación electoral del proyecto mileísta, que le ensanchó la espalda al Presidente para encarar reformas que, en los dos primeros años de su gestión, no hubieran pasado siquiera el filtro de una comisión en el Congreso. Una instancia de ese debate se registra entre los gobernadores marginados del diálogo político, lo que demuestra una vocación institucional selectiva por parte del oficialismo.

El santiagueño Gerardo Zamora estuvo en la Casa Rosada, pero luego se reunió también con los gobernadores del PJ, incluido Kicillof
El santiagueño Gerardo Zamora estuvo en la Casa Rosada, pero luego se reunió también con los gobernadores del PJ, incluido KicillofHernan Zenteno – La Nacion

En reserva, Kicillof se reunió la semana que pasó con sus colegas Ricardo Quintela (La Rioja), Gildo Insfrán (Formosa), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y Sergio Ziliotto (La Pampa). Entre las conclusiones de ese encuentro, que se realizó en una casa de provincia en la ciudad de Buenos Aires, se destacan dos definiciones: que “no se rompan los bloques” parlamentarios de Fuerza Patria y la necesidad de mostrarse “operativos” y “criteriosos” en los debates que vienen. He aquí la novedad: “Hay que dejar atrás la postura trosca de decir no porque no”, deslizan en el grupo de gobernadores.

¿Lo harán porque repentinamente están convencidos de las reformas que impulsa Milei? “Seguramente que no, pero si no hay posibilidad de frenarlas, al menos hay que incidir en el debate”, responden ante una pregunta de este diario. La lógica sería similar a la que ya utilizó el peronismo con la segunda Ley Bases, la que salió aprobada en el Congreso: oponerse en general, pero apoyar algunos incisos en particular. Así lograron frenar privatizaciones como las de Aerolíneas Argentinas y el Banco Nación.

La interna bonaerense

El acuerdo que Kicillof construye con sus pares, los gobernadores peronistas y afines, le es esquivo en su propio territorio con La Cámpora y el cristinismo. Su relación con Cristina Kirchner no fluye y con Máximo Kirchner directamente no funciona. Se molestó mucho cuando desde estos sectores del PJ bonaerense le reprocharon que no hizo campaña para el 26 de octubre, después de haber ganado cómodamente “la propia”, el 7 de septiembre.

Máximo Kirchner y Axel Kicillof el día de la derrota del peronismo contra LLA
Máximo Kirchner y Axel Kicillof el día de la derrota del peronismo contra LLASantiago Filipuzzi – LA NACION

Kicillof entiende que el peronismo no perdió en octubre en la provincia de Buenos Aires como consecuencia de un rechazo a su figura. En su entorno muestran un video del 13 de octubre, unos días antes de las elecciones legislativas nacionales, que lo ubican en Mar del Plata, tomándose fotos con personas durante más de media hora, sin poder llegar a la camioneta que lo esperaba a pocos metros del ingreso al Hotel Provincial. “Él estaba bien con la gente y lo sigue estando; Axel no perdió en octubre”, insisten en La Plata.

En cambio, atribuyen la derrota a una mala estrategia diseñada por La Cámpora. “Cristina primero dijo que sería candidata (antes de que la Corte ratificara la condena por la causa Vialidad) porque perder en septiembre sería catastrófico para octubre. Pero resulta que ganamos en septiembre con los candidatos de Axel, que ella no quería. Y ahora da vuelta el argumento: dice que porque ganamos en septiembre, perdimos en octubre. Eso es manipular la explicación”, afirman cerca del gobernador.

Cristina Kirchner, cuando estaba libre, y Axel Kicillof en una cumbre del PJ bonaerense en Moreno. En el medio, la intendenta Mariel Fernández, ahora mencionada como candidata a encabezar el PJ bonaerense
Cristina Kirchner, cuando estaba libre, y Axel Kicillof en una cumbre del PJ bonaerense en Moreno. En el medio, la intendenta Mariel Fernández, ahora mencionada como candidata a encabezar el PJ bonaerenseX.com

La tirria mayor no es con Cristina, sino con Máximo. En el axelismo se preguntan qué quiere el jefe camporista y sostienen que para el PJ bonaerense sería más productiva una conducción a cargo de un intendente. Mencionan varios nombres en ese sentido: Mariel Fernández (Moreno), Federico Otermín (Lomas de Zamora) y Federico Achával (Pilar). “Hay que abrir el PJ, para que no sea un sello que no le da respuestas a la gente”, desafían.

Aunque está en carne viva, esa discusión se aplazó para febrero o marzo del año por venir. En lo inmediato, Kicillof necesita –como el aire para respirar– que la Legislatura apruebe el presupuesto 2026 y, sobre todo, un endeudamiento sin el cual difícilmente podrá pagar los aguinaldos.

En las cercanías del gobernador sobrevuela “el fantasma de Scioli”, como se grafica al desgaste interno con el que llegó el ahora funcionario libertario como candidato del peronismo a las elecciones presidenciales de 2015, cuando perdió con Mauricio Macri.

En la elección presidencial de 2015, Daniel Scioli sufrió el desgaste del kirchnerismo antes de caer derrotado en las urnas por Mauricio Macri
En la elección presidencial de 2015, Daniel Scioli sufrió el desgaste del kirchnerismo antes de caer derrotado en las urnas por Mauricio MacriDavid Fernandez – EFE

“Si la idea es que Axel llegue débil para que vuelva al redil como el candidato de Cristina, nosotros creemos que con eso no alcanza. Ya lo demostró la historia”, advierten. Hay, en esa rebeldía interna que Kicillof viene incubando hace cuatro años –cuando Cristina le impuso a Martín Insaurralde como jefe de Gabinete antes del yategate– una señal de un incipiente cambio de época en el peronismo.

Kicillof sigue dando señales a la interna: el fin de semana firmó un comunicado de apoyo a Julio de Vido y este lunes encabezará un acto por el Día de la Militancia en Quilmes, donde juega de visitante. Pero el gobernador no garantiza, al menos en la foto de hoy, que pueda derrotar a Milei en 2027. Y de eso se agarra la expresidenta –que no podrá ser candidata ella misma– para seguir tallando en la dinámica de la principal fuerza de oposición.

Por Mariano Spezzapria

Fuente: La Nación

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