Milei, entre el optimismo del mercado y las dudas por la caída de la economía

Mientras crece el optimismo por la realidad financiera en los mercados por la fuerte caída de los dólares financieros y el buen rendimiento de los bonos, surgen interrogantes sobre el humor de la sociedad frente a la contundente licuación de sus ingresos y las perspectivas de un alto costo social hasta llegar al piso de la caída de la economía real. El debate entre economistas y dirigentes políticos pasa por la viabilidad social de semejante ajuste a pesar de los buenos números que registra el presidente Javier Milei en los últimos sondeos.

El entusiasmo que expresa el mundo financiero local va de la mano del superávit fiscal de enero, la tenue caída de la inflación y el derrumbe del dólar MEP y el Contado con Liquidación. Los más optimistas consideran que el mercado está percibiendo una recuperación de la actividad de la mano de la desaceleración de la inflación y que ese rebote se puede registrar a mitad de año. Un diagnóstico parecido maneja Milei y sus colaboradores más cercanos, según revelan fuentes oficiales.

Pero también hay una corriente de opinión que no ve tan sencilla la recuperación de la economía y que eso además se note en la calle para poder cambiar el humor y las expectativas. Evidentemente hay un enorme contraste entre aquellos que miran casi con exclusividad los datos financieros y los que analizan los números de la actividad de todos los sectores. En ese sentido, resulta muy interesante el último informe de la consultora 1816 que plantea la expresión de deseos en el sector financiero, aunque alerta al mismo tiempo por la paciencia social frente al ajuste.TE PODRÍA INTERESAR

Titulan su último envío: “El mercado elige creer”. Según el enfoque de estos analistas, muy respetados a nivel local y en Wall Street, “los números fiscales y de inflación están mejorando de forma contundente (sorprendiendo en ambos casos respecto a los esperado al momento de la devaluación), aunque hay dudas razonables acerca de la sostenibilidad de ambos fenómenos”. También plantean que “el escenario bueno exista no quiere decir que sea sencillo alcanzarlo: para que el equilibrio fiscal y la desaceleración de la inflación puedan mantenerse en el tiempo es necesario que la ciudadanía tolere ingresos reales en torno a mínimos post-2001 por varios meses y/o que el ajuste fiscal no dependa casi exclusivamente de la licuación del gasto”.

La mayoría de los análisis que circulan en el mundo político, empresario y diplomático coinciden en alertar por la inquietud que genera el estilo peculiar de la nueva administración en materia de gobernabilidad. Hay un consenso mayoritario a la hora de elogiar el rumbo elegido por el presidente, pero al mismo tiempo surgen interrogantes sobre la implementación de las medidas tan drásticas en materia de eficiencia y de paciencia social.

La intriga de funcionarios del FMI y analistas de riesgo de fondos y bancos de inversión pasa por las consecuencias del plan de ajuste a nivel social (mucha insistencia al respecto), el nivel de apoyo político que coseche el programa cuando se aplique en forma más intensa y las evidentes fallas en la comunicación oficial. En Wall Street hay un enorme entusiasmo en torno a la figura de Milei y sus propuestas, pero a la hora de decidir inversiones dicen: “wait and see”. “Nos encanta el personaje y sus ideas, aunque lo importante es si los argentinos están dispuestos a tantos sacrificios”, sostienen desde Manhattan.

El presidente está totalmente convencido del rumbo que le imprimió a la gestión y, además, se siente muy cómodo en la confrontación permanente. Fuentes gubernamentales aseguran que en el entorno del jefe de Estado se sienten mejor con el fracaso de la Ley que con una aprobación consensuada que hubiera significado deberle favores a la casta. Esa es la mirada que además entusiasma al estratega comunicacional Santiago Caputo, a Karina Milei y al jefe de Gabinete, Nicolás Posse. También colaboran con sus aportes en materia de dureza el ministro de Economía, Luis Caputo, y el cada vez más influyente Federico Sturzenegger. Y no muchos más.

Todo parece indicar que el círculo rojo y la dirigencia política en particular no terminan de asimilar que el experimento de Javier Milei se basa en una épica de absoluto convencimiento. La intransigencia y la grieta en las redes sociales no es una cuestión de marketing armada por Santiago Caputo, el asesor estrella, sino más bien del microclima que se respire en la Casa Rosada.

Fuente: Mendoza online

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