Llegó la hora de cumplir con una promesa impostergable con el FMI

Pasaron las elecciones legislativas de medio termino del 26 de octubre, donde el Gobierno de Javier Milei obtuvo un resonante y bastante sorpresivo triunfo. Ahora, el Ejecutivo debe cumplir la primera promesa que se le hizo al Fondo Monetario Internacional (FMI) para después del acto legislativo.

En los próximos días, seguramente esta misma semana, aparecerá en el Boletín Oficial el llamado a abrir sesiones extraordinarias para el período que va del próximo 10 de diciembre hasta fin de año, donde, luego de jurar los nuevos legisladores elegidos el domingo pasado por cuatro años (los diputados) y seis (los senadores), deberán tratar el proyecto más importante para cerrar el año: se trata de la ley de Presupuesto 2026, el que, de aprobarse, será el primero de su clase durante la gestión de Javier Milei.

Pero, lo más importante, al menos para el organismo que maneja Kristalina Georgieva, incorpora en sus capítulos fiscales, monetarios y de deuda pública, el contenido del acuerdo de Facilidades Extendidas firmado el 11 de abril pasado y que continuará vigente por los próximos 9 ejercicios; o, al menos, mientras un presidente «market friendly» esté sentado en el sillón de la Casa Rosada.

Lo central del texto fino de la llamada por siempre «ley de leyes» es que incluye también el nuevo endeudamiento por unos US$20.000 millones que representa el alma del acuerdo cerrado con el FMI y que en su momento fue aprobado a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y no por una ley aprobada por el Congreso Nacional.

Con esto, Javier Milei evitó un mal momento (quizá trágico para su gestión) legislativo, al no tener asegurados los votos necesarios para aprobar el nuevo endeudamiento, especialmente ante la amenazante primera minoría kirchnerista en el Senado, donde los legisladores más cercanos a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner esperaban con el cuchillo entre los dientes despedazar el acuerdo con el FMI.

Sin embargo, astuto, Javier Milei avanzó vía decreto, con la posibilidad de mantener el rechazo del Congreso vía vetos, pero se comprometió ante el organismo que todas las cláusulas del acuerdo quedarían aprobadas por ley en el futuro. Esto fue aprobado políticamente por Georgieva y su gente, pero aclarándose que sería custodia que la promesa se cumpla.

El compromiso de Javier Milei y el ministro de Economía Luis «Toto» Caputo es que finalmente sea con el Presupuesto 2026 donde el contenido del Facilidades Extendidas vea la realidad, proceso para el que era necesario aguardar que se recambien ambas cámaras luego de la elección del domingo pasado. El presidente siempre confió en que su fortuna de votos legislativos mejoraría con el acto electoral, lo que finalmente sucedió. Y, ahora sí, Milei está en condiciones de aprobar el Presupuesto, y darle la legalidad final al acuerdo firmado con el FMI el 11 de abril.

Washington siempre hizo un guiño ante la cierta precariedad legal del acuerdo cerrado en la segunda quincena de abril, donde se bendijo el DNU desde la sede del organismo pese a que, todos sabían, se violentaba una ley impulsada por Martín Guzmán como ministro de Alberto Fernández, donde se prohíbe nuevos endeudamientos, salvo que los apruebe el Congreso Nacional.

El DNU en cuestión mencionaba la emergencia en la que se encontraba el país como justificativo. Pero tanto el FMI como muchos habitantes del Palacio de Hacienda, que, más tarde o más temprano, los diputados y senadores deberían intervenir para darle la legalidad final y necesaria al Facilidades Extendidas. Esa hora ha llegado.

El contenido pactado entre el Gobierno nacional y el FMI que debería estar incluido en el proyecto de Presupuesto que debería aprobar el Congreso antes que termine el año (o a más tardar en enero 2026) sería el siguiente:

En un informe de septiembre de 2025, el FMI proyectó para 2026 una inflación entre 10% y 15%, un superávit primario del 2,2% y un crecimiento del PIB del 3%.

Aspectos clave del presupuesto y el FMI

  • Superávit fiscal: el FMI pide consolidar el equilibrio de las cuentas públicas como objetivo central del presupuesto.
  • Transparencia cambiaria: se espera que el presupuesto aborde las reformas pendientes en transparencia cambiaria.
  • Crecimiento: las proyecciones del FMI para 2026 incluyen un crecimiento del PIB del 3%.
  • Inflación: se proyecta una inflación de entre 10% y 15% para 2026.
  • Déficit fiscal: se espera un superávit primario del 2,2%.
  • Gasto público: las reformas implican una reducción en los subsidios al transporte y transferencias a sectores como universidades y empresas estatales.

A estos temas habrá que agregar las tres reformas que desde el FMI se le exigen al Gobierno: la previsional, la impositiva y la laboral. Aparentemente, y también en diciembre, esta última será la primera batalla reformista que el gobierno de Javier Milei dará en el Congreso recargado de libertarios y aliados, luego de las elecciones del domingo pasado.

Fuente: Mendoza online

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