La nueva resistencia de Pro: quiénes son los macristas que apuestan por sobrevivir sin aliarse con Javier Milei

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El partido que lidera Mauricio Macri, Pro, quedó en una posición de extrema debilidad con vistas a las legislativas de octubre. El desastre electoral de la Capital del 18 de mayo pasado pareció un golpe letal a las aspiraciones del macrismo de influir en el armado de las listas en un potencial frente con La Libertad Avanza (LLA), la fuerza de Javier Milei.

Mientras Cristian Ritondo, uno de los promotores del acuerdo de convergencia con Milei, intenta sortear las adversidades más variopintas en la arena de la negociación los libertarios para aunar fuerzas contra el kirchnerismo en los comicios del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires, Macri comenzó a escuchar con mayor frecuencia las voces de dirigentes que le piden tomar distancia de la Casa Rosada y asumir una posición más crítica sobre el rumbo de la gestión. Es más, están cansados de votar a favor del oficialismo en el Congreso para salvaguardar la estabilidad económica y que el Presidente o sus colaboradores los destraten o les cierren la puerta a la hora de negociar el armado electoral en sus provincias. En rigor, le piden que redoble los esfuerzos para evitar que LLA absorba a Pro y que aliente la construcción de una alternativa a los extremos del kirchnerismo y de Milei. Son la nueva resistencia del macrismo.

El gesto más resonante de ese grupo se concretó hace un puñado de semanas, cuando nueve diputados se desmarcaron del criterio que había fijado la conducción de Ritondo y se abstuvieron en la votación sobre el aumento de emergencia para los jubilados. Entre ellos, estaban María Eugenia Vidal, Silvia Lospennato, Luciano Laspina, María Sotolano, Martín Ardohain, Gabriela Besana, Sofía Brambilla y Germana Figueroa Casas. “Si maltratan a quienes los ayudan, que se jodan. Hay que mantener un centro republicano”, se jactaron.

La jugada fue celebrada por otros actores internos que apuestan a preservar el ADN de Pro y no están dispuestos a fusionarse con LLA ni pintarse de violeta, como el jefe porteño, Jorge Macri; la vicegobernadora de Santa Fe, Gisela Scaglia; la intendenta de Vicente López, Soledad Martínez; el santiagueño Facundo Pérez Carletti, secretario general de Pro, o el economista Hernán Lacunza, uno de los referentes de la Fundación Pensar.

Desde hace meses, Pro padece una profunda fragmentación interna. Patricia Bullrich ya sacó los pies del plato y se afilió a LLA para reforzar a los Milei en plena batalla porteña y licuar el poder de Macri. No obstante, los diputados que responden a Bullrich no abandonaron el bloque de Pro. Fue un pedido de Martín Menem y el “triángulo de hierro” del Presidente, para blindar la gobernabilidad y no dañar la sociedad con Ritondo.

En el medio se ubican los acuerdistas. La mayoría son dirigentes que tienen su base territorial en Buenos Aires, como Ritondo, Diego Santilli, Rogelio Frigerio o Guillermo Montenegro, y que procuran llegar a un entendimiento con LLA para conservar su capital político.

María Eugenia Vidal
María Eugenia VidalNicolás Suárez – LA NACION

Ahora, en la antesala de la discusión por la conformación de las listas para las legislativas de octubre, surge el sector de los críticos o díscolos. Sin llegar a una postura rupturista con la Casa Rosada, abogan por recuperar una identidad propia y definir una estrategia nacional de cara al 2027. Dado la experiencia en la ciudad, donde los libertarios doblegaron a Pro y cortaron lazos con Jorge Macri, consideran que el macrismo no tiene más remedio que pensar en un futuro sin Milei. Es decir, consideran que los ingenieros electorales de LLA no están dispuestos a aceptar ni siquiera a regañadientes un acuerdo electoral con Pro. Al contrario, con excepción de Buenos Aires, la gran fortaleza del kirchnerismo, sospechan que los libertarios prefieren prescindir del macrismo en la mayoría de las provincias. Hasta ahora, Pro y LLA solo compartieron un frente en Chaco, donde Karina Milei le pidió expresamente al radical Leandro Zdero que los amarillos firmen como adherentes.

“No estamos enamorados de Milei. Y ellos no quieren consensuar las listas ni hacer un acuerdo. Por eso, prefiero pelearla”, dice uno de los integrantes de la nueva resistencia de Pro.

Hace diez días, en la última reunión del Consejo Nacional de Pro, Macri confirmó que no impondrá una estrategia para su partido a nivel nacional -léase un pacto con Milei en todas las provincias- con vistas a las legislativas de octubre y dio libertad de acción. Les pidió a las autoridades de Pro en todo el país que busquen el horizonte más redituable en sus distritos para que el sello sobreviva o tenga una performance aceptable. Pidió flexibilidad y dignidad para negociar con eventuales socios. Por lo tanto, Pro competirá este año en algunos terrenos bajo el esquema de JxC o en soledad. Por ahora, hay posibilidades de converger con LLA en Buenos Aires, Entre Ríos, donde Frigerio apuesta a unificar la oferta del antiperonismo, o Chubut y La Pampa, donde teje Martín Maquieyra. En el territorio pampeano se activaron diálogos informales con Eduardo “Lule” Menem para evaluar alternativas. En ese distrito los violetas empujan al economista Adrián Ravier, cercano a Agustín Laje, titular de la Fundación Faro.

En Salta también se mueven para resetear la táctica tras el mal resultado que consiguió la marca de Pro en los comicios del 4 de mayo. Allí, los representantes locales entienden que la división con los libertarios es artificial, ya que Milei se quedó con el electorado de Macri. “El problema no sería si debe existir alianza o no, sino que el Pro entienda el lugar que le toca ocupar en esta oportunidad, y que la LLA consiga verdaderos representantes del modelo que Milei quiere llevar a cabo”, apuntan. La relación entre los representantes de Macri y LLA quedó quebrada después de 2023, cuando los violetas respaldaron a Emiliano Estrada, alfil de La Cámpora, en las elecciones provinciales.

La mesa nacional de Pro será la encargada de darle el visto bueno final a los posibles convenios.

En Santiago del Estero, Peréz Carletti avanzó con el armado de un frente multipartidario para enfrentar al gobernador Gerardo Zamora en las elecciones locales de octubre. En esa provincia no solo se elegirá al sucesor de Zamora, que supo ser aliado de la Casa Rosada pese a su cercanía al kirchnerismo, sino que se pondrán en juego tres diputados y tres senadores. Allí, LLA apuesta por el peronista Tomás Figueroa (Santiago del Estero), quien tiene lazos estrechos con el menemismo y supo ser asesor en el Congreso del senador José Neder, aliado local de Zamora.

En Santa Fe, el partido de Macri está a cargo de Scaglia, vice de Maximiliano Pullaro. Exaliada de Horacio Rodríguez Larreta, se rehúsa a explorar un pacto electoral con LLA, sobre todo, porque los radicales lideran un frente amplio en Santa Fe. Un acercamiento con los libertarios dañaría esa construcción que le permitió a Pullaro llegar al poder y ganar los comicios para la Constituyente. Ni la UCR local ni los socialistas aceptarían un acercamiento a LLA. Scaglia está en la misma sintonía de Vidal, quien lamentó la decisión de dar libertad de acción y pidió que Pro defina dónde se va a posicionar en el nuevo tablero política. Es de las que creen que Pro debe preservar sus valores, narrativa e identidad. No quiere estar en LLA.

Gisela Scaglia, vice de Pullaro, sentada a la derecha del gobernador de Santa Fe
Gisela Scaglia, vice de Pullaro, sentada a la derecha del gobernador de Santa Fe

Vidal termina su mandato en diciembre y suena como eventual candidata a senadora nacional en la ciudad. Sin embargo, es una incógnita qué hará Jorge Macri en el bastión de Pro tras la dura derrota de mayo. Milei lo declaró como un enemigo cuando le negó el saludo. En Uspallata admiten que es difícil imaginar una alianza con LLA en el terruño porteño. El panorama es incierto. “Es una decisión del partido a nivel nacional y dependerá del acuerdo que se logre o no en Buenos Aires”, afirmaron cerca del jefe porteño.

En Tucumán y Jujuy los macristas también se inclinarían por competir en soledad, dado las características de los escenarios locales.

El sector de la resistencia u oficialistas críticos de Pro intenta persuadir a Macri para que apuesta por una renovación dirigencial que oxigene al partido. “No nos podemos dejar licuar por LLA. Es cierto que nuestro electorado no quiere peleas y quiere que nos unamos para dejar al kirchnerismo atrás, pero es difícil cuando del otro lado no te quieren”, afirman.

La próxima prueba de fuego para el vínculo entre Pro y LLA será la votación en el Senado del proyecto para darles un aumento de emergencia para los jubilados, que ya recibió media sanción en Diputados. Cerca de Alfredo de Angeli confían en que la mayoría de la bancada acompañará al oficialismo y rechazará la suba, pero no descartan una división o que un grupo se incline por abstenerse. La larretista Guadalupe Tagliaferri, por caso, aún no definió su posición.

Por Matías Moreno

Fuente: La Nación

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