Desde el año 2015 cuando la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, no le entregó la banda presidencial a Mauricio Macri, sobrevuela la sensación de que para ella y para un buen sector de la sociedad, lo que había pasado en ese proceso era un «error de la historia».
Después de la condena que ya todos daban por hecho que iba a concretarse, parece que se agudizó eso y ya van directamente a una situación extrema que se preveía que podía llegar a suceder ante las cercanías de una derrota electoral.
En ese contexto, el ministro de Gobierno porteño y precandidato a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, visitó la redacción de MDZ para una entrevista exclusiva.
– ¿Qué está percibiendo?
– Como vos decís, al kirchnerismo le cuesta mucho aceptar los resultados electorales. Le costó en el 2009 en su momento, le costó en el 2013, le costó en el 2015 y le costó el año pasado. Hay como una negación cuando la gente no los respalda electoralmente. Ellos se enojan, se ofenden, creen que hubo trampa, creen que hubo un complot. Ven la vida de esa manera. Lo mismo pasa con la Justicia. Lo mismo pasa con todo, o con la gestión o con la inflación. En cada cosa que ellos fracasan, la culpa la pone afuera y eso tiene un problema grave, que es que ellos nunca aprenden, nunca mejoran.
Todos nosotros, las personas normales, cuando cometemos un error nos preguntamos: ¿qué hice mal? Ellos, en cambio, ponen la culpa afuera. Entonces, no solo es este fallo, es con la inflación, con el fracaso del Gobierno, con la ausencia de gestión, con la falta de cohesión de un Gobierno que ella formó. Para el Gobierno, la culpa es del otro, y para la vicepresidenta también, porque de golpe parece que ella no tuviera nada que ver. Se llevan todos mal. Pero ella decidió juntarlos con un único objetivo que es la impunidad y el poder.
Cuando vos juntás un equipo solamente con ese objetivo, pero todos se odian, no hay manera de que funcione bien. Esto era una crónica de una muerte anunciada. Lo que está pasando ahora, obviamente, se agrava con el problema de este fallo, que, como vos decís, se veía venir. Toda esta degradación, más allá de este análisis político, nos enfrenta al problema de que no hay porvenir, hay más angustia en la gente.
Yo creo, igual, que el fallo fue como una bocanada de esperanza en la gente. Y esa gente que la rema, que la pelea, que labura todos los días de golpe dice “por fin… los que tienen responsabilidad también la pagan”.Claro que esto no resuelve los problemas de la Argentina, pero empieza a construir una lucecita al final del túnel. No en la economía, pero sí en esa sensación de que no todo da lo mismo.
– Pero mi preocupación es que si vos ves los documentos que emitieron tras el fallo para quedar bien, las opiniones casi anárquicas y la propia vicepresidenta reuniéndose con alguna gente de su mayor confianza, que manifiesta que es una crisis institucional, que la Justicia es igual que un golpe Estado… Parece que están agudizando un problema personal que puede incidir hasta en lo económico…
– Si, porque la economía requiere primero de confianza. Vos tenés que sentir que el futuro va a ser mejor que hoy. Sino, ¿para qué vas a invertir? Lo único que haces es gastar rápido si sentís que la plata se te escapa entre las manos. Y eso genera consumo y también más inflación. Pero hoy no hay inversión. En la Argentina no hay inversión ni en fierros, maquinaria, ni en incorporación de capital humano, o sea, de empleados. E incorporar empleos también es una forma de inversión para cualquier pyme, para cualquier comercio. Cuando vos hablás hoy con los comerciantes, con las pymes, que son el tejido social más importante de la Argentina, ¿qué te dicen?
Yo podría darle laburo para más, ¿pero sabés qué? No, porque no sé qué va a pasar mañana. No sé si esto explota, no sé si se pelean. No sé si no me hacen un juicio por alguien que acabo de tomar. Toda esa incertidumbre política paraliza. O sea, básicamente la gente que puede producir, que puede generar empleo, que puede hacer crecer al país, hace la plancha. El drama que estamos haciendo la plancha dos metros bajo el agua. Estamos cada día más hundidos.
Entonces sin confianza, sin instituciones, en el marco de las peleas permanentes, donde ya no entendés qué país te presentan, la economía no va a mejorar. Y no es presionar a un comerciante por la lista de precio o el apriete a un empresario. El problema es el Gobierno que genera la inflación.

– Ante la búsqueda constante de un enemigo al cual podamos visualizar. ¿No ves al Gobierno tomando una decisión de intervenir al Poder Judicial, por ejemplo?
– No, no, no hay ninguna chance. El otro día tomé un café con un venezolano que es periodista. Acá tiene un medio de digital muy pequeño. Ellos te relatan cómo vinieron los procesos. Pero te dicen que “acá ustedes tienen algo que es distinto a lo nuestro. Primero, que pudieron ver lo que nos pasa a nosotros. Y segundo, acá hay una resistencia intelectual, moral, una comprensión de que el país no lo puede tener uno solo, que es muy difícil que la clase media acá se banque tantos abusos, que lo lleven a cachetazos a ese lugar”.
Además, hoy hay una oposición firme. Juntos por el Cambio está unido, tiene una decisión. Otros espacios políticos tampoco lo van a permitir. Fijate lo que pasó con el tema de las PASO. En cuanto hubo olorcito de manipulación a favor de permanecer en el poder, con la diferencia que podemos tener con libertarios o con otros sectores, Randazzo y compañía, todos dijimos «No, no, pará, pará hasta ahí». El problema verdadero, el riesgo de todos los días es la subsistencia en la Argentina. A veces viste que te preguntan cuándo explota. Esto ya explotó. Lo que pasa es que seguimos vivos.
– Tenemos el recuerdo del 2001…
– Claro, eso fue mucho más intenso. No me dejan sacar la plata. Pero la economía, hoy, ya explotó y estalló la clase media. Hagamos números. Una clase media típica que los dos trabajan y redondean alrededor de $200.000 pesos en la Ciudad de Buenos Aires. Y alquilan, se les van $80 o $90.000 en alquiler, servicios y expensas. Lo que les queda para un grupo de cuatro es línea pobreza. Ahora el Indec no los incluye. ¿Por qué? Porque el Indec no mete alquiler en la medición de pobreza. Entonces, si vos analizás esa clase media, que es el motor de la economía, la han destrozado. Clase media donde te podría incluir el jubilado típico que laburó toda su vida, la venía peleando, una vez al mes, cada dos semanas, salía con sus nietos a hacer algo, suspendió todo.
O sea, el programa que tiene hoy un jubilado es acompañar a su nieto a la plaza y no comprarle nada. Ahora, cuando un jubilado no compra el regalito para el nieto, hay una economía para atrás que se paraliza. Así estamos.
– Los otros días acompañé a Horacio Rodríguez Larreta a una recorrida en Hurlingham y la gente, filosa, le pedía que no se pelearan más entre ellos, entre ustedes. Y además le decía: «Mirá que nosotros no representamos lo mismo que vimos en el Congreso los otros días a los gritos, casi como barrabravas», ¿ustedes lo entienden?
– Yo por lo menos sí, claramente. Puedo explicar alguna de las tensiones que tenemos en nuestro espacio, que son también tensiones de crecimiento.
– Me parece que está pasando eso que creen que ya ganaron y todos pueden ser candidato a presidente, gobernador, intendente y quieren ser sin pensar en todo un proceso…
– Puede estar ese error también en algunos. Pensar que el kirchnerismo ya perdió y lo único importante es quién de nosotros queda en pie. La otra vez fui al autódromo y había varios pilotos conmigo, y uno me decía “¿sabés qué le pasa a ustedes? Es como cuando una escudería lidera cómodo el campeonato y entonces tu peor enemigo es tu compañero escudería.
Me pareció una figura muy interesante y la tensión es más entre ellos que con el otro y la verdad es que hoy cuando miras el país, el uno o dos son Horacio, Patricia, Patricia, Horacio, y después está María Eugenia que viene atrás. O sea, las figuras más relevantes a nivel nacional son nuestras.
Entonces podemos cometer el error de pensar que la discusión es entre nosotros. Pero yo al kirchnerismo, peronismo, no los subestimo nunca, son animales de poder, están dispuestos a hacer cualquier cosa. Y si no analizá el 2019, vos te acordás de abril del 2019, cuando Cristina dice el candidato presidente va a ser Alberto. Muchos pensaban que era fake y después, además, lo perdonó a Sergio Massa y Malena Galmarini, que estaba ofendida con la actual vicepresidenta, la perdonó a Cristina.
Quiero decir, cuando ellos buscan el poder están dispuestos a hacer cualquier cosa. Entonces, subestimar esa corporación de poder sería un error gravísimo. Yo los conozco, los he tenido enfrente toda la vida, desde que hago política, estoy en la vereda opuesta al kirchnerismo, sé cómo son, cómo piensan. Así que el primer error sería pensar que ellos ya perdieron.
El segundo error es pensar que el juego es que el otro de los nuestros sea peor que yo, en lugar de explicar lo que puedo hacer bien. Todo esto es parte de un crecimiento y de una maduración que tenemos que tener. Es parte además de lo que merece la gente y lo tenemos que hacer porque se pueden hartar de nosotros también.

¿Sabés lo que también percibimos los que quizás nos sobrepasamos en las observaciones? Que todo es materia de negociaciones. Jorge Macri es candidato en la ciudad de Buenos Aires, pero planteado por una negociación superior. María Eugenia Vidal es candidata a presidente. Plantean una negociación que capaz que termine en la Ciudad. Y así todo. Es decir, los radicales quieren ser potentes para negociar..
– A mí me llenan de orgullo los apoyos de dirigentes. Primero se manifestó Horacio en un punto porque me trajo a su equipo. Siendo el único que incorporó a su equipo. Me dio un rol importante, eso lo valoro. Soy parte de su equipo, gestiono, he traído mi mirada de conocer mucho al kirchnerismo y saber las cosas que ellos hacen. Después Mauricio se manifestó también, Patricia lo ha dicho, Pinedo, Ritondo, varios. Todo eso a mí me agrega un montón. Todo esto es muy importante para mí, porque quiere decir que voy en el camino correcto. Ahora, el único apoyo real, importante, está allá afuera y es la gente, Esto no se resuelve de arriba que te cambia una figurita por otra. Vos tenés que ser percibido como alguien que puede resolver problemas. Yo creo en mi caso, y esto es lo que me trae a la Ciudad muy entusiasmado, que mi experiencia de gestionar Vicente López diez años me ha dado herramientas para poder dar un salto a una Ciudad que es un gran desafío, es muy importante en el mundo, pero que de alguna manera tiene muchas similitudes con Vicente López.
– Pero multiplicado por diez…
– Sí por diez. Ni más ni menos. Y por 7 en superficie.
– Pero por los problemas que vos tenés en la zona sur y oeste de la ciudad de Buenos Aires, que son los mismos que vos tenías en tu oeste, son multiplicados por diez, claro, con problemas más graves también por diez…
– No sé si más graves, pero más grandes sí, sin duda. Pero he aprendido a gestionar seguridad, salud, por ejemplo. Algunos temas son por diez, otros no. Nosotros tenemos un nivel muy alto de salud en Vicente López, tenemos tres hospitales muy relevantes y muchos centros de atención primaria, casi tanto como la ciudad de Buenos Aires. Tenemos educación, tenemos espacio público, tenemos la costa. Yo creo que ese es un eje a recuperar en la ciudad de Buenos Aires muy atractivo. Yo sé gestionar y sé gestionar equipos amplios. Además acá hay un equipo ya que existe en la Ciudad, entonces no es que uno viene de cero, que hay que inventar todo. Hay primera, segunda o tercera línea que debe aprovechar, sumar y darle un impulso nuevo y una impronta personal.
– ¿De verdad después de la foto con Patricia Bullrich, cuando algunos compañeros tuyos de Gabinete se ofendieron, vos le dijiste “mirá que si pierdo yo o pierde alguno de nuestro espacio, vos no vas a tener trabajo”, porque si gana Lousteau te echa?
– No lo planteé así porque no lo planteé en tono de trabajo. Yo creo que el PRO tiene que tener una alternativa para ganarle al radicalismo. El radicalismo está ordenado, tiene un único candidato, un buen candidato como Martín, y nosotros tenemos que tener un único candidato del PRO. Y yo vine a la Ciudad y lo dije hace siete meses en el Gabinete y ahí aplaudieron todos con Horacio adelante, yo quiero ser el mejor candidato del PRO de la ciudad de Buenos Aires. También dije que no pido ser el único. A mí la competencia me entusiasma, saca lo mejor de mí. Yo tengo que ser el mejor de los nuestros para después poder ser el mejor contra Martín. Así que si hay otros a mí no me preocupa, pero yo tengo esa decisión.
Pero además es una decisión que no sólo tiene que ver con una camiseta, porque el PRO es mi espacio y quiero que siga gobernando. El PRO garantiza un proceso de continuidad que empezó con Mauricio, que siguió con Horacio y ahora tiene que repensarse hacia el futuro. No es repetir lo que venimos haciendo, es cuidar lo que está bien y pensar qué cosas tenemos que mejorar, que hay en el margen para mejorar. Y lo mismo me pasaba a mí cuando me presentaba a ser electo. Bueno, hice todo esto, pero ¿cómo mejoro? ¿Por qué la gente me fue votando cada vez más en cada elección en Vicente López? Porque superé lo anterior, porque resolví cosas que antes estaban mal. Y segunda razón, porque yo creo y quiero que el próximo presidente sea del PRO, y me parece que ese presidente tiene que tener una fuerza política fuerte y un presidente del PRO que llega perdiendo el lugar donde somos Gobierno es un presidente más débil.
– Quedó clarísimo… es decir: si Horacio Rodríguez Larreta no le gana al radicalismo en la Ciudad no tiene posibilidad de ganarle a nivel nacional.
– O aunque le gane, no tiene la misma fortaleza para convocar a un Gobierno. Yo creo en un Gobierno de coalición. O sea que vos llames a varios integrarlo. El problema es quién invita: vos, porque sos fuerte, o se te meten los demás porque vos sos débil. En esta concepción que tiene Rodríguez Larreta de maratonista, también nosotros al analizar nos sobregiramos y observamos que Mauricio Macri y Patricia Bullrich, le tiran con todo lo que tienen para hacerlo reaccionar o directamente minarle la posibilidad de crecer. Pero es el mejor candidato antigrieta que tiene el espacio. El PRO tiene tres candidatos excepcionales a nivel presidencial Horacio, Patricia y María Eugenia. Ponerlos en el orden que quieras, cualquiera de los tres. Este planteo que yo hago respecto de la Ciudad no es sólo para Horacio. Se lo he dicho a los tres candidatos a presidente. La fortaleza de defender la Ciudad es una decisión que le da fortaleza a cualquiera, a Horacio, a Patricia y a María Eugenia.
O sea, ser fuertes es útil para cualquiera de ellos y te permite tener las espaldas bien cubiertas, sin estar preocupándote por cómo se gestiona en la Ciudad. Mauricio terminó su mandato por condiciones propias de fortaleza, de certeza, pero abajo tenía las espaldas cubiertas en Ciudad y en provincia. Horacio y María Eugenia. Hay un equipo sólido y más de sesenta intendentes en la provincia de Buenos Aires. Sino el gordo de mortero empezaba a tirar piedras y no terminaba más. Ahí hay algo importante para todos. Segundo, yo no siento que Mauricio le tire piedras a Horacio, y después sí siento que hay una pública competencia con Patricia y María Eugenia, que tienen un posicionamiento distinto y diferente de ellos dos. Es parte del crecimiento del ejercicio democrático.
– La última para los habitantes del conurbano, a la Ciudad no le falta nada. Es más, cuando voy a Devoto, cuando voy a Palermo, me doy cuenta de que empiezan a hacer cambios donde hicieron ya los mismos cambios o parecidos y te decís “che, no exageren más con lo de la plantita, la pintadita, el cerquito…. ¿se pueden hacer cosas nuevas, transformadoras, o se deben quedar en eso?
– Siempre hay cosas para hacer que no necesariamente son las mismas que hicimos. Eso que te pasa en la Ciudad a muchos de la provincia les pasa en Vicente López y dicen “pero acá esto parece Disney”. Bueno, pero lo importante es comprender que esto no es magia, porque si estos lugares están mejor que antes, no es porque estamos en Dubai, no hay petróleo abajo. Se administra bien. ¿Tres Febrero es más rico que San Martín? No, pero está mucho mejor. ¿San Miguel es más rico que San Martín? No, es más, cuando yo llegué a la provincia vos te vas a acordar bien de esto, San Martín era la capital provincial de la industria.
– Hasta se ponían los candidatos de todas las fuerzas desde General San Martín…
– Exacto. Entonces, quiero decir, hoy San Martín está peor que Tres de Febrero, que San Miguel, que San Isidro, que Vicente López y que la Ciudad. ¿Cuál es la diferencia? Es la gestión. En un país que fue seguramente mal los últimos 30 años, ves lugares donde se mejoró y lugares donde se empeoró. La gestión importa. Entonces, la Ciudad está bien porque se gestiona bien y hay que seguir gestionando bien. Pero es cierto, vos a veces venís de afuera y decis “eh loco”, pero el vecino de Soldati, de Monte Castro, de Belgrano, nos piden más.
– ¿Qué es esto de crear distritos? El del Vino, el del Cine, el de la Tecnología…
– Es darle una herramienta muy útil. En algunos casos has servido mejor que otro. Lo que cambió Parque Patricios no es solo porque fuimos con la sede de Gobierno ahí. La industria del conocimiento que se instaló ahí permitió que ya dos universidades se muden ahí. Y claro, la extensión de la línea de subte E que te lleva la gente cómoda ha cambiado el barrio. En definitiva, los distritos son una forma de dirigir el desarrollo a lugares que están postergados.
– ¿Cuál es la transformación que le falta a la Ciudad?
– No, yo no diría que es transformación, son mejoras en el margen. Yo creo que hay que seguir mejorando la seguridad, que se viene bien, pero hay que tener esa obsesión, yo la tengo por trabajar día a día, la comparto con Marcelo D’Alessandro, con Horacio, pero a mí me gustaría traer los puntos seguros. Por ejemplo, los puntos seguros que tenemos en Vicente López son una herramienta útil. Otro tema es la costa que tiene la Ciudad tiene un potencial similar o superior a la de Vicente López y todavía no se termina de aprovechar como es. Hay ya un plan, pero hay que llevarlo adelante y sostenerlo durante varios años y después hay que sintonizar con cada barrio. Ahí yo coincido con vos, hay barrios que te dicen ¡pará!, no necesito que me lo vuelvas a transformar, cuídalo. La música requiere del silencio y a veces la gestión desde el punto de vista de las obras, también. Y por otro lado tenés el sur de la ciudad, Barracas, Constitución también, Soldati, Lugano, que necesitan un empujón grande de gestión pública porque ahí el privado no empuja tanto. Entonces el Estado tiene que estar más presente. Así que no hay una sola receta para la Ciudad. Cada rincón de la ciudad tiene su particularidad.
– Marcelo D’Alessandro aparece implicado en estas escuchas. A mí no me preocupan las escuchas, me preocupan las actitudes. Cuando vos tenés que combatir la delincuencia, cuando vos tenés que dar ejemplos superiores, me provoca realmente indignación que vayan en un avión privado los jueces, los empresarios…
– Son ciudadanos. Ellos tendrán que explicar por qué y para qué fueron pero la vida no, yo no tengo mis amigos nada más que en la política. Me muevo con gente de todos los ámbitos. Hay que tener más cuidado. Es probable, pero eso no quiere decir que sea delito. Yo creo mucho en el compromiso que tiene Marcelo, en la gestión que él hace. Obviamente, si hay algún tema judicial lo aclarará él, pero yo le doy el crédito del compromiso que le veo a él cuando enfrenta constantemente el delito y no hablo solo del que te roba un celular, eh.
El trabajo de transformación en los barrios más populares, donde nos metemos con la policía y cómo perseguimos al delincuente o la cantidad de búnkers que hemos cerrado con él. Yo veo ahí veo un funcionario honesto y muy decidido a cuidar al vecino. Esto, bueno, si tiene un carácter judicial, lo aclarará, pero a mí me sale bancarlo.
Fuente: Mendoza online
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