Las negociaciones no descansan, e incluyen tanto a los propios como a los rivales «más amables» en la búsqueda de un panorama más benévolo a partir de diciembre.
En la voz del ministro del Interior, Rogelio Frigerio , y también del jefe de Gabinete,Marcos Peña , el Gobierno centra sus esfuerzos en las provincias que eligen senador, un ámbito en el que el Poder Ejecutivo está en franca minoría. La lista incluye, obviamente, la madre de las batallas, la de la provincia de Buenos Aires, y provincias propias como Jujuy, pero también distritos en los que la Casa Rosada imagina triunfos en bastiones peronistas como San Luis, La Rioja o Santa Cruz.
«Necesitamos un Senado donde los propios tengan volumen político y los ajenos sean menos refractarios», lo resume a LA NACION uno de los ministros más importantes del gabinete. Para lograr lo primero, la Casa Rosada baraja dos nombres: Esteban Bullrich y Humberto Schiavoni. El ministro de Educación tienen muchas de las fichas que lo acreditan como cabeza de lista en la provincia de Buenos Aires, aunque desde el Gobierno aseguran que están midiendo «a todos», en referencia a Gladys González, Facundo Manes y Graciela Ocaña, otros nombres que suenan para encabezar la lista de Cambiemos. El titular de Yacyretá y titular de Pro nacional, en tanto, será primer candidato a senador en Misiones, y en Balcarce 50 creen que puede alcanzar una banca por la minoría. «Con ellos habrá volumen político en el Senado», afirmó un referente de Cambiemos. Son nueve los senadores propios que el Gobierno espera sumar, y con ellos emparejar los debates y las discusiones en la Cámara alta.

San Luis y La Rioja, dos distritos en los que Pro tiene pocos candidatos propios, también son apuestas fuertes. Más allá de algún amago de un sector de la UCR, la apuesta de Cambiemos en tierra puntana se llama Claudio Poggi, el ex gobernador de origen peronista hoy enemistado con los hermanos Rodríguez Saá. En el Gobierno especulan con sumar, además, a Gabriela González Riollo, actual secretaria de la vicepresidenta Gabriela Michetti, que lo secundaría en la fórmula. En La Rioja, en tanto, se espera una buena performance de Julio Martínez, el ministro de Defensa que enfrentaría al ex presidente Carlos Menem. «Podemos ganar ahí, y si no el ex presidente nos puede ayudar», resumen en otro despacho de la Casa Rosada.
En el ex presidente reside otro de los puntos de la estrategia que encarna Frigerio. La de sumar, en provincias donde hay diálogo con los gobernadores, a senadores que sean «amigables» en la próxima conformación de la Cámara alta. La Rioja, con Menem, fue la primera en sumarse, pero le seguirán otras, responden, misteriosos desde el despacho de Frigerio.
Jujuy y Santa Cruz son otros dos distritos en los que el Gobierno espera sumar. En la provincia norteña, la gestión del radical Gerardo Morales promete quedarse con el triunfo y dos bancas (sumaría una), mientras que en Santa Cruz la debacle económica que vive la provincia ilusiona al también radical Eduardo Costa con derrotar al kirchnerismo en su principal bastión y sumar una banca más.
Más allá de los números, la provincia de Buenos Aires es el principal objetivo. La gestión será, por cierto, uno de los principales ejes del discurso de los candidatos, y cada día una nueva obra se inaugura en el principal distrito del país. Ayer, en Merlo, Frigerio firmó un acuerdo con el intendente Gustavo Menéndez (cercano a Florencio Randazzo), por el cual la empresa estatal Aysa llegará a ese distrito. «La idea es mejorar la calidad de vida de los bonaerenses», afirmó el titular de Interior, que una vez por semana se hace un lugar en la agenda, recorre un distrito del conurbano y firma acuerdos de agua, vivienda, cloacas o infraestructura. Una costumbre que también tiene Macri, y con la que el Gobierno espera ayudar a sus candidatos en el principal distrito del país.
Fuente: La Nación
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