El duelo del kirchnerismo y la sospecha de los sindicalistas por el silencio de Massa y Máximo Kirchner

La ruptura del peronis

El peronismo kirchnerista renovador está inmóvil, aturdido, con esa ceguera que se produce luego de una pérdida irreparable de un familiar o un golpe repentino. Lo mismo le sucede a la oposición, que antes se juntaba para el cambio, pero en ellos, al menos, siempre le queda cobrar una hipotética factura por haber apoyado, en el balotaje, la llegada al poder de Javier Milei.

Esa imposibilidad por ver si el paso que dará puede ser en un piso firme o directamente a un pequeño abismo es lo que lo frena y lo revela a la vez. Desde el primer día, la primera semana del Gobierno anarco libertario es que los antiguos miembros de Unión por la Patria se debaten si tienen que empezar un proceso similar al que ejecutaron cuando ganó Mauricio Macri, con presencia activa en las calles y plazas, o refugiarse para dejar pasar la ola.

Esa pelea interna, típica del propio individuo, divide a una parte del cuerpo peronista kirchnerista renovador en salir a enfrentar el ajuste con todo su ser o esperar que pase un tiempo, hasta que la gente lo haga por ella. Como diría Guillermo Moreno, «si sucede eso, nadie lo podrá manejar. Para eso estamos los dirigentes, para dirigir». Cristina Fernández de Kirchner, en un video a Nuevo Encuentro, propuso «definir nuevas estrategias». 

Sin embargo, desde el primer paro convocado por la CGT en la primera semana de gestión, las diferencias entre lo que pedía el cerebro y lo que podía hacer el cuerpo que recibía esa orden son notorias. «Al pedo hablar y hacer ahora. La gente nos quiere matar y no nos escucha», decía, a siete días de haber asumido el actual jefe de Estado, un intendente muy importante a MDZ mientras en la TV se veía la movilización cegetista.

El antiguo oficialismo nacional no entiende, o parece no recordar, que luego de un golpe inesperado (porque era lógico perder contra el macrismo pero no contra Milei para ellos) es mejor sentarse unos minutos para recomponer la postura y la visión. «Es tal cual vos decís. Es como cuando mueren nuestros padres y en el velorio queremos discutir la herencia. Eso termina mal», le confesó este sábado a la mañana uno de los pocos funcionarios que siguen en su lugar de trabajo después del 10 de diciembre y participó, por ejemplo, en el último congreso partidario que condujo Gildo Insfrán.

Fuente: Mendoza online

mo 

Sea el primero en comentar en "El duelo del kirchnerismo y la sospecha de los sindicalistas por el silencio de Massa y Máximo Kirchner"

Deje un comentario

Su email no será publicado


*