DNU: Javier Milei dispuesto a todo, incluso a una consulta popular

Javier Milei va por todo. El presidente le anunció a su Gabinete que defenderá el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) presentado anoche en sociedad hasta las últimas consecuencias. El jefe de Estado aseguró que reglamentará la norma, que esperará los 8 días hábiles correspondientes para ponerlo en funcionamiento, que enfrentará a través de la procuración del Tesoro de Rodolfo Barra todas las embestidas legales, que esperará que el Congreso Nacional le dé su apoyo y que aguardará pacientemente para aplicar las medidas hasta el 31 de diciembre de 2025; según el artículo primero del DNU en cuestión.

Sin embargo, Milei está dispuesto a ir aún más lejos si las más de 600 normas y leyes que se modifican con el Decreto se traban por cuestiones legales, legislativas o políticas. Afirma a sus más íntimos, incluyendo a aquellos funcionarios y no funcionarios que trabajaron en la redacción de las medidas, que está dispuesto a llamar a una Consulta Popular para que sean los ciudadanos los que indiquen si quieren o no que el DNU tenga vigencia; apostando a que el resultado final será positivo.

Y no está dispuesto a esperar mucho. Si las trabas son inmediatas y su obra cumbre no se pone rápidamente en marcha (especialmente en los capítulos considerados fundamentales, como la reforma laboral, la desregulación de la economía y el avance sobre empresas públicas); el llamado a consulta podría ser en los primeros meses del 2024. TE PODRÍA INTERESAR

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El jefe de Estado aseguró a sus funcionarios más importantes (incluyendo todos los que lo acompañaron en la cadena nacional de ayer) que consultó a todas sus asesores constitucionales posibles y disponibles, y que su paso más importante desde que llegó a la Casa Rosada tiene  las espaldas legales cubiertas. Aseguró que el primer párrafo del DNU es donde se escuda la legalidad general del instrumento; al asegurarse que «declárese la emergencia pública en materia económica, financiera, fiscal, administrativa, previsional, tarifaria, sanitaria y social hasta el 31 de diciembre de 2025»; considerándose así que el país se encuentra en una situación terminal, al borde de una crisis demoledora y destructiva; y que sólo haciendo uso de facultades extraordinarias puede enfrentarse la situación.

Según la reglamentación constitucional, un DNU ya publicado comenzará a regir desde el primer día hábil del 2024, esto es el próximo lunes primero de enero. Se espera para ese momento una catarata de presentaciones judiciales contra su aplicación de las más diversas fuentes y sectores, desde sindicales hasta empresarias, pasando por políticas y sociales.

Nada amedrenta al libertario, que igual avanzará en su idea; esperando buenas noticias desde el Congreso. Sin embargo, para el Poder Legislativo el presidente tiene también sus planes. Quiere que primero el Congreso trate el paquete de tres leyes que esta misma semana presentará en sociedad para que sea el contenido de debate y (claro) aprobación en las sesiones Extraordinarias; y que incluyen las reformas impositiva, política y del Estado.

Sólo después de estos tratamientos, habilitaría al Congreso para que discuta el DNU y lo apruebe. Para esto debe esperar 10 días luego de publicado, para que lo trate una Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo, conformada por 8 diputados y 8 senadores. Esta Comisión eleva luego un dictamen que debe contar con la mayoría absoluta de los miembros, que luego se enviará a las cámaras donde se puede aprobar o rechazar el DNU; sin suspensiones, agregados o cualquier otro tipo de modificación.

En paralelo irán los trámites judiciales, donde se esperan pedidos de amparos múltiples que también podrían trabar la vigencia de todo el decreto o alguno de los articulados. Si los otros dos poderes del Estado impiden la ejecución del DNU, será en esos momentos en los que Milei evaluará seriamente el llamado a una Consulta Popular no vinculante, como mecanismo de presión sobre la clase política, para que haga ejecutar el decreto. Según los tiempos que tiene en mente el libertario, esto se daría entre marzo y abril; cuando la suerte del DNU debería estar más clara. 

Con la presentación de la meganorma, Milei le da el protagonismo máximo de la escena en su Gabinete a Federico Sturzenegger. El compendio de desregulaciones, reglamentaciones, liberaciones y permisos al Ejecutivo, es parte de la obra monumental que el expresidente del Banco Central en los tiempos de Mauricio Macri, había elaborado en silencio para Patricia Bullrich.

Sturzenegger reclutó más de 20 colaboradores (la mayoría fiscalistas y abogados) para que realicen la tarea ciclópea de verificar las principales leyes y normas que deberían derogarse para «destapar las trabas que impiden el crecimiento» (según sus propias palabras); y entregó en agosto pasado el informe final compuesto de cinco tomos de papeles en hojas A4, a la entonces candidata a presidente Patricia Bullrich.

Esta avaló todo lo trabajado, y le prometió a Sturzenegger un lugar en la jefatura de Gabinete que iba a detentar Horacio Rodríguez Larreta. No pudo ser. Bullrich perdió las elecciones y Sturzenegger fue llamado inmediatamente por Milei para cumplir otro rol: el de eventual ministro de Economía.

El hombre Harvard trabajó sobre las Leliqs, los problemas monetarios y el rol del BCRA. Sin embargo, fue luego Luis «Toto» Caputo el elegido para el Palacio de Hacienda. Milei tenía otra cosa en mente para el economista. Hacer realidad gran parte de su obra de recopilación. Tarea que ayer se hizo pública.

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En el momento de presentar a sus colaboradores y amigos el trabajo final, Sturzenegger siempre explicaba su tarea con la siguiente argumentación. Afirma que las normas que regulan y atascan el crecimiento del país se basan en una idea llegada al poder por los gobiernos militares, sobre el criterio que «está prohibido todo, menos lo permitido». Y que esa restricción nació, curiosamente, en 1930 luego del golpe militar que derrocó a Hipólito Yrigoyen; pero se profundizó en el ‘46 con la llegada de Juan Domingo Perón al poder. Y que finalmente tuvo su éxtasis durante el kirchnerismo. 

La alternativa de una Consulta Popular no vinculante no es una novedad para el mundo Milei. Ya en campaña amenazó con recurrir prontamente luego de haber asumido, pero en el caso que el Congreso nacional se niegue a aprobar su proyecto máximo: la dolarización. Y su prima hermana, la demolición del BCRA.

Milei reconocía entonces que era un recurso extremo y condicionado a que «La Casta» no le permita cumplir su promesa máxima de campaña para eliminar de la faz de la Argentina el «estiércol» del peso argentino.

La dolarización finalmente quedó en suspenso. Lo que nadie imaginó, y quizá tampoco el entonces candidato, es que su idea de jugarse el todo por el todo a una consulta a los ciudadanos, serviría para otro proyecto extremo y con la autoría de un colega: Federico Sturzenegger. Quién ayer, y sin previo aviso, tuvo un rol central en la imagen de un gabinete que va por todo. Como Milei.

Fuente: Mendoza online

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