Daniel Scioli, el optimista que vuelve en medio de una emergencia y sueña con 2023

“Soy un especialista en cerrar grietas y desestresar situaciones”, se autodefinió Daniel Scioli, hace dos meses, en una entrevista con LA NACION. En los próximos días, pondrá a prueba esa descripción de sí mismo al hacerse cargo de un ministerio golpeado por la grieta y el estrés: el de Desarrollo Productivo. Tomará las riendas que debió soltar Matías Kulfas, sacrificado por el presidente Alberto Fernández tras la presión de la vicepresidenta Cristina Kirchner en medio de las disputas con funcionarios de La Cámpora por el gasoducto Néstor Kirchner.

El exgobernador bonaerense, exdiputado, excandidato presidencial y ahora exembajador en Brasil ultima detalles en Brasilia para organizar su desembarco ministerial. Es un hombre acostumbrado a convivir con la mirada inquisidora del kirchnerismo, que sin tenerle aprecio lo eligió para cargos y candidaturas claves. Un sobreviviente del peronismo que se mantiene como opción, a pesar de los vaivenes y las derrotas, desde que Carlos Menem lo subió a la arena política en la década del 90. Después del naufragio en las elecciones nacionales de 2015, cuando fue candidato a presidente en fórmula con Carlos Zannini, se recicló como diputado y tuvo un alto perfil en la Embajada en Brasil. El sueño presidencial sigue vivo en su interior, aunque ahora parece atado a la suerte del Presidente.

Scioli está acostumbrado a convivir con la mirada inquisidora del kirchnerismo, que sin tenerle aprecio lo eligió para cargos y candidaturas claves
Scioli está acostumbrado a convivir con la mirada inquisidora del kirchnerismo, que sin tenerle aprecio lo eligió para cargos y candidaturas clavesAnibal Greco

En 2015, Scioli cerró sus dos mandatos como gobernador de la provincia de Buenos Aires y fue candidato a presidente, elección que perdió en segunda vuelta contra Mauricio Macri. Desde esos momentos, y en algunos casos también desde antes, se mantiene a su lado un grupo de dirigentes que actualmente está desperdigado por distintos cargos en el Estado. Un núcleo duro que se achicó, pero que conserva diálogo con el exgobernador, charlas y partidos de ajedrez en La Ñata, el refugio de Scioli en Tigre.

Lejos de la adrenalina de la motonáutica, a Scioli lo apasiona el ajedrez, el “deporte-ciencia”. Es amigo del gran maestro Miguel Quinteros, que en algún momento le dio clases. “Al que sabe jugar al ajedrez, lo desafía”, cuenta un hombre que lo acompañará en el Ministerio de Desarrollo Productivo.

Uno de los contrincantes de ajedrez que Scioli tiene en la política es Alberto Samid. “Cuando viene a la Argentina, a los dos minutos me llama y jugamos en La Ñata, que está hermosa. Son partidos palo a palo, anda bien”, cuenta Samid a LA NACION, que entusiasmado con el regreso de su amigo, dice que es “el hombre que necesita el país”.

“Él vivía en Ramos Mejía. Mi hermano jugaba con el padre de él a la pelota paleta, nos conocemos de esa época”, completa el empresario de la carne, que frecuentaba La Ñata en épocas de Scioli gobernador. Allí se hacían partidos de fútbol que tuvieron invitados como el expresidente boliviano Evo Morales y su equipo. Ese mundo lúdico en el que surgió su apodo “Pichichi” (goleador).

El exgobernador bonaerense, exdiputado, excandidato presidencial y ahora exembajador en Brasil ultima detalles en Brasilia para organizar su desembarco ministerial
El exgobernador bonaerense, exdiputado, excandidato presidencial y ahora exembajador en Brasil ultima detalles en Brasilia para organizar su desembarco ministerialAnibal Greco

“Hoy, los de Scioli entramos en una combi”, dice un dirigente que se considera “sciolista” al dimensionar el tamaño del grupo de leales al exmotonauta y futuro ministro de Desarrollo Productivo. Al frente del gobierno de la provincia de Buenos Aires, uno de sus colaboradores más estrechos fue Alberto Pérez, quien era su jefe de Gabinete. Pérez es uno de los fieles que mantiene Scioli, según coinciden distintas fuentes de su confianza. El exjefe de Gabinete bonaerense es actualmente director en el Banco Hipotecario y se maneja con bajo perfil. Acompaña a Scioli desde las épocas en que el exembajador era secretario de Deportes y Turismo (estuvo en ese cargo durante las presidencias de Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Duhalde).

En esa lista de leales a Scioli, considerados “colaboradores y amigos”, se anota también Martín Ferré, que tuvo varios cargos en la gobernación, como el de ministro de Desarrollo Social, y fue uno de los impulsores de la agrupación la DOS (Daniel Osvaldo Scioli). Es director del Banco Nación y tiene trato permanente con Scioli.

Rodolfo “Manino” Iriart, director del Correo Argentino y exdiputado provincial cuando Scioli era gobernador, también se mantiene a su lado. Afincado en Mar del Plata, fue organizador de actividades de Scioli en la ciudad y lo reunió con exportadores cuando asumió como embajador. El langostino, producto del que se habló en esos encuentros, fue una de las exportaciones a Brasil que se reactivaron. Scioli lo exhibe como uno de los logros de su gestión diplomática.

Al núcleo de sciolistas lo integran además el exsenador provincial y actual secretario de Comunicación y Relaciones Institucionales de la Municipalidad de Quilmes, Alberto De Fazio, y el exsubsecretario de Relaciones con la Comunidad de la provincia y hoy secretario de Innovación y Ciudad Digital de la Municipalidad de Tigre, Carlos Gianella. Gianella trabaja con Scioli desde 1999, cuando el nuevo ministro era diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires.

Los exministros provinciales Alejandro Collia (secretario de Calidad en Salud nacional) y Silvina Batakis (secretaria de Provincias del Ministerio del Interior); Nicolás Scioli (su hermano, que es director del Banco de Inversión y Comercio Exterior), y Eduardo Aparicio, exsecretario de Espacio Público, que fue la cara visible del programa provincial Soluciones Ya! son otros de los que, como Scioli, sobreviven a los vaivenes del peronismo y siguen a flote a su lado.

“La mayor parte del equipo [de la gobernación] siguió por otros caminos, pero ninguno terminó mal con él”, subraya un hombre que trabajó con Scioli pero hoy está fuera de su núcleo de confianza.

La vuelta al ruedo local, con un cargo ministerial, abona su carrera hacia 2023, sobre la que él no se pronuncia en público. Pero siente que está preparado para volver a intentar ganar la Presidencia y está dispuesto a competir. La agitación interna que vive el Gobierno conspira contra ese objetivo, según se desprende de las opiniones de algunos colaboradores de Scioli.

“¿Qué podemos proyectar? ¡Esto es un quilombo!”, exclamó un dirigente sciolista cuando LA NACION le consultó por la posibilidad de que Scioli busque una nueva candidatura presidencial, apalancado en su nuevo cargo de ministro de Desarrollo Productivo. Sin embargo, también hay fieles del exgobernador que creen que el ministerio lo puede impulsar. “Él no tenía en la cabeza que lo iban a llamar ahora. Si Alberto va por la reelección, Daniel lo va a bancar; si no, él estará disponible”, avisa un hombre de su confianza.

“Tengo más experiencia, pude formarme, reflexionar, entender mejor la política internacional. Es algo que puede darse, según las circunstancias”, decía sobre una eventual candidatura en reuniones privadas semanas atrás, cuando todavía no imaginaba la posibilidad de volver tan pronto a un cargo en Buenos Aires.

Fuente: La Nación

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