Paco Ignacio Taibo II en la Semana Negra BA: “Una buena novela policíaca te quita el sueño”

CULTURA ENTREVISTA A PACO IGNACIO TAIBO II ESCRITOR FOTO GUILLERMO RODRIGUEZ ADAMI

Envuelto en el humo de los cigarrillos que enciende y apaga, uno tras otro, espera Paco Ignacio Taibo II en una de las oficinas de la Librería del Fondo, en Palermo. En su remera negra se lee: “No me rindo”. El sol entra fuerte por las ventanas abiertas que buscan disipar el olor a cigarrillo, ese que ya es un sello de Paco.Paco Ignacio Taibo II en Buenos Aires. Foto: Guillermo Rodríguez Adami. Paco Ignacio Taibo II en Buenos Aires. Foto: Guillermo Rodríguez Adami.

No hay quien no cuente que, en los encuentros con el escritor nacido en España, pero criado desde niño en México, siempre hay un cenicero repleto de colillas, un encendedor, un paquete ya estrujado, otro por abrir y una Coca Cola. Dice antes de comenzar la charla que la semana pasada se dio un fuerte golpe en el coxis, el que ahora se resintió durante su vuelo a Buenos Aires. Llegó a la ciudad el martes por la noche y el malestar se hace visible en su andar.

“En el avión no sabía cómo acomodarme”, reconoce el hombre que fue el fundador y organizador de la Semana Negra de Gijón durante 25 ediciones y que el miércoles, en la Casa de la Cultura, dio las palabras de bienvenida a la segunda edición de Semana Negra BA 2025: festival internacional literario del policial negro.https://7ea2eb2f36c16ef22fe004acd5da2ea1.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-45/html/container.html

“Acepté venir a este encuentro porque quiero recuperar el panorama de lo que está sucediendo con el género –reconoce el también director general del Fondo de Cultura Económica –. Lo más cercano a un panorama es la antología que hizo el Fondo con Nicolás Ferraro e Imanol Caneyada (Asociación Ilícita, relatos negros de México a la Patagonia, desde 1980 hasta el presente). Uno bastante amplio pero que llega a los últimos cinco años. Así que aquí estoy para ver qué es lo que está pasando».

–¿Dejar de estar al frente de la Semana Negra, te alejó de las novedades?

–Sí, perdí contacto, esa cercanía que tenía. Necesito volver a leer a mis colegas a nivel continental. La Semana Negra jugó el papel de gran conectador de la literatura hispanoparlante, entre sí y hacia afuera. En aquel momento ganamos la batalla no solo hacia adentro, ganamos la batalla cuando ocho, nueve, diez autores latinoamericanos empezaron a publicar en la serie negra de la editorial Gallimard (nació en París en 1911) y en las series negras de las grandes editoriales norteamericanas. Pero la batalla se ganó país por país. Fue una batalla de: «Si te leo es porque me gusta”.

–Una de las características del sello neopolicial latinoamericano, muchos aseguran que sos el “inventor” de la literatura policial en México, es que no se pregunta cómo lo hizo, sino por qué.

–Claro, porque la causa del mal viene del sistema, no del accidente familiar, del padre enloquecido, desesperado que mata a sus hijos desesperado. Hay una historia sistémica.

–¿Por eso el enigma que marcó a toda una época, un tipo de policial cambió con el neopolicial?

–¿Quién era el asesino? ¿El mayordomo? Ahora el enigma es lo que pasa en la ciudad, en la sociedad. En este sentido hay algo que me gustaría poner sobre la mesa en los encuentros de esta semana.Paco Ignacio Taibo II en Buenos Aires. Foto: Guillermo Rodríguez Adami. Paco Ignacio Taibo II en Buenos Aires. Foto: Guillermo Rodríguez Adami.

–¿Qué te inquieta?

–Los autores siempre tuvimos dos tentaciones. Está la tentación del realismo (hace una pausa y mete una bocanada al tercero, cuarto cigarrillo). La escuela latinoamericana es potentemente realista, con una cuota de experimentación muy importante. Una novela es literatura y es experimentación y es una búsqueda permanente de maneras de contar. Por lo general nos movemos en los espacios del realismo. Pero al mismo tiempo, había una tentación que nos sucedía a todos. Le sucedía aquí a Guillermo Saccomanno, les sucedía a los chilenos…la necesidad de hacer reparación de injusticias.

–¿A qué te referís?

–Es cuando cuentas una historia, pero no quieres que acabe mal, en ciudades donde la enorme mayoría de las cosas acaban mal y el crimen sale impune y triunfante. Entonces, en ese entonces tenías una especie de conflicto interno: ¿van a ganar también en mis novelas? Y esto es lo te llevaba al debate interno entre el “happy end”, el final feliz de los norteamericanos o el final realista de los latinoamericanos. A mí me pasó situaciones, como en la tercera novela de la serie Belascoarán Shayne, donde asesinan al personaje. Y tuve que violentar las reglas del juego.

–¿Cómo fue ese romper las reglas?

–Mi cuarta novela, empieza con el personaje lleno de cicatrices, la mujer con la que está acostado le dice, “¿qué se siente estar muerto?” Él responde: “De la chingada”. Cuando la presenté en México, saltaron de alegría: “Volvió el chilango”. Pero, cuando llega a Estados Unidos, el agente me dice: “Paco, la editorial no puede revivir a un personaje así”. Le pregunté “¿por qué? Si soy mexicano”. Ahí me explicaron que el género se mueve en parámetros de realismo. Y yo dije, “no, no, no, a ver, espérame. ¿Le vamos a dejar al Vaticano el monopolio de la resurrección?”. Me pidieron que dejara al final de la novela una huella de que el personaje no estuviera totalmente muerto.

–¿Cómo lo resolviste?

–En la última página de la edición norteamericana, el personaje que está tirado en medio de la lluvia, ensangrentado porque le metieron una descarga de escopeta, mueve un dedito. En el prólogo de la siguiente novela se aclara que esta es la versión norteamericana porque en la versión realista mexicana, que fue la original, el personaje muere. Enfrentar la tentación del final feliz contra la tentación del realismo.https://www.instagram.com/p/DPMDZDBjq1F/embed/captioned/?cr=1&v=14&wp=858&rd=https%3A%2F%2Fwww.clarin.com&rp=%2Fcultura%2Fpaco-ignacio-taibo-ii-semana-negra-ba-buena-novela-policiaca-quita-sueno_0_6db0UzMhu6.html#%7B%22ci%22%3A0%2C%22os%22%3A1265%2C%22ls%22%3A155.19999998807907%2C%22le%22%3A619.5%7D

–El realismo, ese espejo para muchos es una virtud, pero también presenta riesgos.

–Sin dudas, creo que ese espejo es la gran virtud, son novelas que tienen una carga anecdótica muy fuerte. Al mismo tiempo hay un intento por un lado experimental en el neopolicial latinoamericano y un intento de observar las concatenaciones de los fenómenos generales. Sí, hay que tener cuidado con la inmediatez porque si no nos deslizamos hacia una literatura excesivamente basada en la información periodística, en la realidad inmediata. Y eso no tiene profundidad literaria. Se necesita un poco de distancia para no caer en una literatura de denuncia basada en el puro registro de la realidad.

–Con la llegada de las plataformas el género policial tomó mayor impulso. Sin embargo, hay quienes creen que se corre el riesgo de que modifique las formas de narrar.

–Cada libro es una batalla que no puedes pensar cómo piensa un bestseller norteamericano “de aquí salto al cine o a la televisión”. No podés escribir pensando en la adaptación, no sirve, porque así se publican esas novelas que están llenas de concesiones y de facilismos. Yo busco un grado de experimentación y de revolución en mis novelas. ¿Me va a disminuir el número de lectores? Bien. Es el costo que tengo que pagar por escribir lo que quiero escribir.

–El policial nórdico, por ejemplo, el que suele ser un éxito en las plataformas, ¿impuso una manera de narrar?

–Yo soy un fiel lector del policial nórdico porque tiene una doble virtud. Primero, son novelas con una carga atmosférica muy fuerte y bienvenido que así sea. Además, de presentar sociedades de las que tú antes decías, “pero si ahí no pasa nada”. Coño si pasa. Tienes el nivel de alcoholismo más grande del planeta. ¿Cómo qué no pasa nada? Y segundo, el policial nórdico lo dominaron autores de izquierda. Maj Sjöwall y Per Wahlöö (pareja literaria y sentimental que en los años 60 y 70 escribieron la saga protagonizada por el detective Martin Beck y sentaron las bases de la novela negra nórdica actual), tenés al sueco Henning Mankell (reconocido internacionalmente por su serie de doce novelas negras sobre el inspector Kurt Wallander), que destinaba dinero y dirigía el Teatro Nacional Avenida de Maputo, Mozambique (país donde pasaba gran parte del año, y al que también consideraba su hogar). En su obra siempre hay una mirada política radical, dura, respecto a la sociedad en la que viven. Entonces, el nórdico llegó con la virtud de tener una especie de profundidad social que nos aportó al cotidiano.Paco Ignacio Taibo II en Buenos Aires. Foto: Guillermo Rodríguez Adami. Paco Ignacio Taibo II en Buenos Aires. Foto: Guillermo Rodríguez Adami.

–En una época te animaste y escribiste guiones de las adaptaciones de tus propias novelas, como Días de combate (1982, película dirigida por Alfredo Gurrola). En la nueva aparición de Belascoarán (serie disponible en Netflix) ya no aparecés como guionista. ¿No te seduce la idea?

–Para nada, ya no. Últimamente firmo contratos de derechos y miro hacia otro lado. Tardé un mes y medio en ver la última serie. No vaya a ser que no me gustara.

–¿Y te gustó?

–Sí, pero un mes y medio después. La próxima será mejor.

–¿Te referís a la que tendrá como protagonista a Olga Lavanderos, la periodista investigadora de tu otra saga policial?

–Estamos negociando. Olguita es más ruda en términos del “cotidianismo” y además rompió un reto para mí, el de hacer una novela con una protagonista femenina y 40 años más joven. Ponerme en la cabeza de una mujer joven y ver el mundo desde esa perspectiva, que es totalmente diferente. Esa es la democracia de la literatura. Cada vez que abres un libro, te pones en el lugar del personaje y sos otro. Al ser otro, entendés al otro. Eso es democracia.

–¿Y Olga vuelve al papel, a los libros?

–Sí, escribí una tercera novela que sale ahora en México. Se llama “Lo juro por la Virgen de Guadalupe y el osito Bimbo”.

Las anécdotas con Paco no paran. Y cómo hacerlo si ya de niño tuvo la chance de compartir momentos con Luis Buñuel, Luis Alcoriza, Víctor Manuel, Ana Belén, Joan Manuel Serrat, todos amigos de su padre Paco Ignacio Taibo (reconocido periodista y ensayista); de publicar una de las biografías más populares del Ché; de escribir a cuatro manos con el Subcomandante Marcos y ser uno de los fundadores del Movimiento de Regeneración Nacional, la fuerza que llevó al gobierno mexicano a Andrés Manuel López Obrador y a Claudia Sheinbaum.

Y el Washington Post escribió de él: “Paco Ignacio Taibo II vuelve a evocar el hilo melancólico de la narración a la Chandler, enriqueciéndolo con un toque de realismo mágico latinoamericano”.

“Recuerdo que cuando estaban filmando la primera película de la saga de Héctor Belascoaran Shayne (con Pedro Armendáriz Jr.) me llama el productor a las dos de la mañana y me dice: “Paco, ¿tienes algún problema con que el jefe de la policía se llame Martínez en lugar de López?”. Le digo que lo llame como quiera, que el nombre es absolutamente accidental. “Menos mal porque nos acaba de llamar por teléfono el jefe de la policía en Naucalpan, diciendo que nos va a romper el culo a tiros y a patadas si no le cambiamos el nombre al jefe de la policía”. Esas cosas pasan en México. Esas cosas pasan en las novelas policiales latinoamericanas”.

Como una sana costumbre Paco asegura que en el camino entre el baño y la cama siempre haya un libro. “Últimamente el librero que va de la cama al baño es uno de poesía. Lo que pasa es que una buena novela policíaca te quita el sueño”.

Paco Ignacio Taibo II básico

  • Nació el 11 de enero de 1949, en Gijón, Asturias, España. El número II que acompaña el nombre y apellido surgió de un acuerdo con su padre. «Papá se llama igual que yo; entonces decidimos agregarnos: él un I y yo un II», dijo. Se crió desde niño en México. Escritor, activista y político de izquierda.

Paco Ignacio Taibo II en Buenos Aires. Foto: Guillermo Rodríguez Adami. Paco Ignacio Taibo II en Buenos Aires. Foto: Guillermo Rodríguez Adami.

  • Sus obras han sido mencionadas entre los «libros del año» en The New York Times, Le Monde o el L. A. Times.
  • Ha recibido el Premio Nacional de Historia INAH (1986), el Premio Internacional de Novela Planeta–Joaquín Mortiz y tres veces el Premio Dashiell Hammet a la mejor novela policíaca.
  • Fundó –y dirigió hasta 2012– el festival literario de la Semana Negra de Gijón.
  • Entre sus obras de ensayo destacan Ernesto Guevara, también conocido como el Che Pancho Villa. Una biografía narrativa.
  • En el género policial su personaje más conocido es Héctor Belascoarán Shayne, un detective que se enfrenta con policías y políticos corruptos, desde Días de combates en 1976, su primera novela. Olga Lavanderos, por su parte, es una periodista que investiga empresas oscuras y violentas en la Ciudad de México.
  • Es uno de los fundadores del Movimiento de Regeneración Nacional, la fuerza que llevó al gobierno a Andrés Manuel López Obrador y a Claudia Sheinbaum. En 2019 asumió como director del Fondo de Cultura Económica, una de las editoriales más importantes de México e Iberoamérica.

Paco Ignacio Taibo II ofreció las palabras inaugurales de la Semana Negra BA el miércoles y participará este viernes a las 18 de Iconos del género negro con Rodolfo Pérez Valero (Cuba) y Guillermo Orsi (Argentina) en la Casa de la Cultura (Av. de Mayo 575, 1er subsuelo) y el sábado a las 16 conversará con Ernesto Mallo. Librería del Fondo (Costa Rica 4568)


Sobre la firma

Fabiana Scherer

Es periodista con más de dos décadas de trabajo, con especialización en periodismo cultural. Es autora de los libros Alzamos la voz (Urano) y Esos Raros Relatos Nuevos (Catapulta).Bio completa

Fuente: Clarín.com

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