Margarita Paksa ingresó en el pelotón de artistas pioneros. Pionera en el uso de materiales industriales, en el arte conceptualista, pionera entre las mujeres que se acercaron a la vanguardia de los 60. Ahora Malba dedica su última muestra del año a revisar 20 años de carrera de la artista con la recientemente inaugurada Ideas correspondientes, 1964–1984 donde reunió gracias a la colaboración de sus hijos 60 piezas gráficas, objetos, instalaciones y documentación de proyectos.
Margarita Paksa. Ideas correspondientes 1964–1984 se puede vistar en el Malba. Foto: Alejandro Guyot, gentileza Prensa Malba.
“Es una muestra que, como dice el título, mira el aspecto más experimental, más conceptual y más pionero entre el año 64 y el 84 de su producción, años muy fértiles donde todo el arte argentino ve muchas transformaciones con nuevos medios, las ideas de desmaterialización, trabajar el espacio, el circuito de arte, el sistema”, sostiene Rodrigo Moura, director artístico de Malba.
“Margarita, para mí, ocupa un espacio central en estas discusiones, no solo en Argentina también a nivel global”, subraya.https://646d3f1a6f24bbff55494d9b1a4f2eb8.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-45/html/container.html
Paksa, que murió en 2020 a los 88 años, era hija de inmigrantes del extinto Imperio austrohúngaro. Desde la escuela primaria destacó por su talento como dibujante, sin embargo, sus búsquedas artísticas la llevarían por otros caminos. Nancy Rojas, a cargo de la curaduría de la muestra, sostiene que ya desde sus comienzos Paksa rompió con los cánones.
Margarita Paksa. Ideas correspondientes 1964–1984 se puede vistar en el Malba. Foto: Alejandro Guyot, gentileza Prensa Malba.
Lo que ella estaba pensando
“Su primera muestra, justo en 1964, se llamó Hierros en la piel y dice mucho de lo que ella estaba pensando en ese momento: el trabajo con la incorporación de materiales como hierro y ensamblados que daban cuenta de una experimentación en términos informalistas”, recuerda.
Margarita Paksa. Ideas correspondientes 1964–1984 se puede vistar en el Malba. Foto: Alejandro Guyot, gentileza Prensa Malba.
El tiempo que habitó la artista fue clave para las distintas aristas que tocó la carrera de Paksa. Fue el del surgimiento de los happenings, el conceptualismo, el Instituto Di Tella, el tiempo de las teorías de comunicación que circulaban a nivel mainstream, de los materiales industriales, caros y baratos, aplicados a las esculturas y objetos, de las dictaduras y de las inserción de la mujer en la vida política.
El neón de colores primarios y secundarios con la frase «El arte ha muerto, viva el arte», realizado por primera vez en 1979 y que ahora da la bienvenida a la exhibición, condensa muchas de las aristas antes apuntadas.
La exhibición recreó tres ambientaciones de Paksa y una cuarta, parte de una obra de videoarte, que los hijos de la artista acaban de donar al Malba. La muestra abre con una de estas, Identidad en dos situaciones, dos totems rectangulares similares a lámparas de luz blanca ubicados de forma tal que quedan separados por un vidrio creando dos ambientes.
Margarita Paksa. Foto: gentileza Prensa Malba.
“El pasaje del objeto hacia la ambientación tiene que ver con la necesidad de los artistas de expandirse en el espacio y de poner en diálogo dos formas, en este caso, la presencia de un vidrio y la situación que se da especular entre estas dos formas. Ella está trabajando con dos prismas iguales y lo que le interesa es que se produzca un efecto, que los espectadores puedan crear ese efecto a través de la mirada”, apunta Rojas.
Acero, caños, acrílico, plástico, luces y neón son algunos de los materiales con los que innovó la artista y que se repiten en las obras escogidas.
El cubo de acrílico transparente, otra de las obras insignia de Paksa, es uno de sus trabajos que condensan de forma muy sintética sus exploraciones. “Es un material que le permite trabajar esa ambigüedad entre el adentro y el fuera a partir de encerrar este vacío”, apunta la curadora. “Ella –añade– tiene una noción que es mínimo soporte, máxima de idea”.
Otro de los tópicos abordados por Rojas fue la incorporación de la palabra en términos políticos, representado aquí por sus dibujos cartográficos, con un claro alineamiento a los movimientos de izquierda locales y latinoamericanos. Los artistas, repone Rojas, estaban completamente convencidos de que el rol del arte en la sociedad era muy importante. De esta época son dos series presentadas en Malba.
Por un lado, «Una situación fuera de foco», tintas exhibidas en el marco de Homenaje al Vietnam en la galería Van Riel en 1968, que refieren a la guerrilla uruguaya Tupamaros. Ubica las palabras Violencia y Justicia dentro de un círculo que imita la mirilla de un fusil, donde el mensaje se enuncia de forma transparente, pero puede también ser profundamente ambiguo.
Margarita Paksa. Ideas correspondientes 1964–1984 se puede vistar en el Malba. Foto: Alejandro Guyot, gentileza Prensa Malba.
La segunda de las series de esta época es Diagramas de batalla, dibujos de mapas y calles que se conciben como una representación visual de la lucha armada. Paksa marca en los mapas los lugares claves de algunas acciones guerrilleras, como el ataque al batallón de Monte Chingolo a cargo del ERP en diciembre de 1975.
Enunciados políticos explícitos
Ya en la última sala, titulada «Arte, comunicación y vida», los enunciados políticos explícitos son dejados de lado por la artista para volcarse a una sutil sensualidad. En «Relaxing Eggs Paksa» está pensando en la masificación del arte – realiza más de 400 – al realizar estos pequeños objetos de color con el objetivo de que ingresen a la vida cotidiana y brinden placer. «Comunicaciones», en tanto, es una pieza exhibida en Experiencias 68 en el Instituto Di Tella y que se reconstruyó para Malba.
Margarita Paksa. Ideas correspondientes 1964–1984 se puede vistar en el Malba. Foto: Alejandro Guyot, gentileza Prensa Malba.
Paksa fue pionera en incorporar la ingeniería del sonido a las obras para concebir esta instalación compuesta por un gran arenero y dos tocadiscos donde se escuchan su voz recitando textos y las respiraciones de una pareja durante una relación sexual (los criados a base de la televisión de los 90 recordarán las imágenes repetidas hasta el hartazgo en programas de bloopers de Federico Klemm que al tropezar con el arenero comienza a deslizarse sobre la arena y a arrojarla hacia los costados).
La instalación fue activada en aquel entonces, algo que no era frecuente, mediante una pareja que se acostaba sobre la arena para dejar su huella y reflexionar así sobre la comunicación corporal, los gestos y las emociones.
Margarita Paksa. Ideas correspondientes 1964–1984 se puede vistar en el Malba. Foto: Alejandro Guyot, gentileza Prensa Malba.
Por último, se exhibe el registro de la performance «Tiempo de descuento», de 1978, que fue adquirida por el Malba, en la que un hombre corre en el lugar en un gesto que le sirve a la artista para realizar una crítica sutil a la dictadura militar y la idea de un progreso propuesto que no lleva a ningún lado.
La exhibición se completa con la publicación de un catálogo de este periodo considerado suavemente fértil en la carrera de la artista.
Margarita Paksa. Ideas correspondientes 1964–1984 se puede vistar en el Malba (Av. Figueroa Alcorta 3415) hasta el 16 de febrero de 2026, de jueves a lunes de 12 a 20 y miércoles de 11 a 20.
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Editora de la sección Último MomentoBio com
Fuente: Clarín.com

Belén Papa Orfano
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