Sergio Massa despejó dudas, es el único candidato que podría haber encarnado la campaña presidencial del kirchnerismo. Logró evitar prácticamente todo lo que tenía que evitar, escondió y exhibió lo propio, amedrentó un rival sin experiencia en debates a pesar de cifras dudosas y estadísticas incomprobables. Planteó escenarios hipotéticos que desencajaron por momentos a su rival, cometió una gaffe dolorosa y terminó un debate que no llevó agua para ningún molino, pero que llevó certidumbre a las dos lagunas votantes.
Fue un debate intrascendente en términos históricos, pero interesante desde lo comunicacional, donde el candidato de Cristina Kirchner y Alberto Fernández, como definió un peronista que lo conoce, «cantó retruco y vale cuatro toda la noche con un ancho falso y un cuatro de copas». Eso fue el candidato de Unión por la Patria, que logró hacer del desastre económico casi una exhibición de esperanza y dogma, lo único que puede permitir el votante del oficialismo frente a datos concretos de caída del salario e inflación que pegan una vez cada siete días, cuando se publican las cifras oficiales.
Javier Milei volvió a sus viejas formas y logró por momentos incomodar a Sergio Massa, quien decidió ejercer el rol de pedagogo, un estilo que nació en el debate francés que le permitió en abril de 1988 a Francois Miterrand ir por un segundo mandato. Massa intentó tomarle examen a Milei, a pesar de que quien tiene el recorrido académico y trayectoria en investigaciones y publicaciones de papers de economía es Milei. Massa logró incluso achacarle su formación académica, a pesar de haberse recibido con casi cuarenta años en una universidad privada. TE PODRÍA INTERESAR
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Algunas reflexiones y acusaciones de Sergio Massa le valieron el apodo de «pinocho», lo que rememoró el apodo de «ventajita» que Mauricio Macri había puesto sobre Massa. La ausencia del expresidente y su equipo fueron pasto verde para que Massa le recuerde la fragilidad de su frente a Javier Milei. Distintos actores que son parte de la apoyatura de Macri a Milei no hicieron presente, pero al cierre del debate se sintió con fuerza «la casta tiene miedo», certificando que estaban los más duros del espacio liberal sosteniendo al candidato.
Hubo un momento de evidente arrepentimiento de Sergio Massa, cuando en el hilo de una frase le planteó que «cuando gobiernes el 10 de diciembre», lo que generó la sonrisa de Javier Milei y el agradecimiento por estar tan convencido de que iba a ser finalmente el economista el vencedor. El tigrense, rápido de reflejos, salió del apriete, pero el error ya estaba arriba de la mesa. Algo que dejó pasar Milei es la figura de Cristina Kirchner y Alberto Fernández, ambos encabezaron el Gobierno que convocó a Sergio Massa y no fueron protagonista de la crítica liberal.
Las dos tropas se fueron a dormir contentas, no hubo un escenario definitorio, sí hubo momentos de tensión en las que prevaleció la experiencia de Sergio Massa a la hora de buscar persuadir, la incomodidad de su formato «sí o no» en las preguntas a su rival pusieron en jaque a Milei, que supo resolver desactivando el método del tigrense no sin una dosis de incomodidad en el aire. No hubo un claro vencedor, pero sí la saciedad argumental que algunos fueron a buscar. Es el país que cada uno buscará forjar, es donde cada uno buscará vivir y aplicar un plan que fue poco explicado.

Más allá de que Javier Milei arrasó en las votaciones de redes sociales y portales, la pelea fue pareja, y por momentos fue Massa quien logró dominar la escena. La performance de Massa tiene algo superador: logró representar de forma contundente su idea de pais y dar por terminado todo lo ocurrido previamente, a pesar de ser no sólo integrante, sino administrador de la economía de un Gobierno que termina de la peor forma en términos estadísticos en 32 años.
«Por sí o por no». Fue un recurso impecable de Sergio Massa. Sin tener la condición ni los argumentos para plantear en esos términos ninguna pregunta, arremetió catorce veces contra Milei, dejando en claro que era quien iba a llevar las riendas del debate. También le achacó haber sido economista asesor del Frente Renovador, lo que le valió otra devolución de gentilezas: «Es evidente que no aprendiste nada cuando te enseñé», le dijo Milei haciendo muecas propias de su histrionismo.

Una noche que deja el camino libre a la interpretación, donde cada tribuna se fue absolutamente convencida de haber triunfado, y donde casi quince mil lectores de MDZ confirmaron que Javier Milei arrasó 70/30 sobre Sergio Massa. En otros medios fue aún más lejos, con más del 86% creeyendo que el economista se impuso.
A las 4.30 de la madrugada, finalmente Javier Milei expuso su mirada del tema: «De un lado un político mentiroso, cínico, coacheado, prepotente y soberbio que cree que el Estado le pertenece; y que quiere seguir haciendo las mismas cosas que vienen fracasando hace décadas que solo benefician a los amigos del poder. Del otro lado un grupo de ciudadanos que nos metimos en la inmundicia de la política para cambiar esta realidad decadente de la cual el Ministro Massa es responsable. La elección que tenemos por delante es muy clara: mantenemos este rumbo empobrecedor o cambiamos para abrazar las ideas que hicieron grande este país». En siete días se sabrá.

Fuente: Mendoza online
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