El circuito de dinero negro vinculado a la construcción del Centro Cultural Néstor Kirchner habría funcionado a partir de sobornos pagados por la Unión Transitoria de Empresas integrada por ESUCO S.A. y RIVA S.A., que obtuvo la obra en 2008 por un monto cercano a los 925 millones de pesos. A criterio de la fiscalía, la causa Cuadernos investiga un esquema de recaudación ilegal que habría sido impulsado por funcionarios del Gobierno del matrimonio kirchnerista y sostenido por contratistas que buscaban asegurar licitaciones y seguir ligados a la obra pública.
Según con la imputación, el titular de la empresa argentina dedicada a la construcción, ESUCO, Enrique Wagner, declaró como arrepentido que entregó pagos ilegales a Roberto Baratta, el funcionario que oficiaba como intermediario y que, según la investigación, derivaba el dinero hacia escalones superiores de la estructura que lideraban Néstor y Cristina Kirchner. Allí, la adjudicación figura en la resolución MPFIPyS N.º 1517/2008, por un total de $925.788.107,96.
Aquellas anotaciones del chofer Oscar Centeno incorporaron detalles sobre entregas millonarias en efectivo, entre ellas un bolso con un millón de dólares y otro pago de 500 mil, que habrían sido trasladados a Uruguay y al domicilio de la familia Kirchner a través de Daniel Muñoz, entonces secretario de Néstor. Esos movimientos forman parte del requerimiento de elevación a juicio de la causa central Cuadernos (N.º 9608), actualmente en lectura en el juicio oral.Esto no les gusta a los autoritariosEl ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.Hoy más que nuncaSuscribite


El organismo fiscal sostiene que los sobornos estaban vinculados al avance de los procesos administrativos y licitaciones, con un porcentaje de “retornos” que, según los testimonios, oscilaba entre el 10 y el 20% del valor de cada obra. Wagner también explicó cómo se repartían las licitaciones y los pagos anticipados que se exigían para mantener el circuito, un sistema que —según él— funcionaba como un mecanismo institucionalizado en los gobiernos kirchneristas.
Además, quedó asentado que la licitación del Centro Cultural Néstor Kirchner estuvo bajo la órbita del exsecretario de Obras Públicas, José López. Si bien existió competencia entre empresas, el volumen de financiamiento y la complejidad del proyecto consolidaron la estructura de pagos ilegales que hoy es materia de investigación judicial.
Qué revelan las declaraciones de Wagner y los cuadernos de Centeno
Las declaraciones de Enrique Wagner y las anotaciones de Oscar Centeno aportan una reconstrucción minuciosa del circuito de sobornos en ese entonces. A partir del requerimiento, el Ministerio Público entendió que existía prueba suficiente para enviar el caso a juicio y sostuvo que Wagner —al frente de ESUCO S.A.— realizó entregas de dinero a Baratta en distintas fechas entre 2010 y 2015, incluso “con la intermediación de Lazarte en algunas oportunidades”.
A la par, Centeno, chofer de un funcionario del Ministerio de Planificación, registró durante una década viajes en los que trasladaba bolsos con dinero en efectivo, dejando asentadas direcciones, montos y destinatarios. Entre esos movimientos figura una entrega de un millón de dólares y otra de 500 mil y, en sus cuadernos escribió: “Llevamos todo a Uruguay 1306 para entregar todo a Daniel Muñoz”, el 22 de septiembre de 2010, en referencia al domicilio de los Kirchner.
De hecho, las entregas mencionadas por Wagner se realizaron, de acuerdo con el expediente, en la sede de ESUCO ubicada en San José 151 y, en otro caso, en avenida Coronel Díaz 2355, domicilio de Baratta. El entrecruzamiento de llamadas incorporado a la causa también confirmó “cinco comunicaciones entre Wagner y Baratta durante 2010”, un dato que los fiscales entendieron como un refuerzo de la hipótesis de recaudación coordinada.

La audiencia de ayer leyó que los pagos estaban vinculados con la participación de las empresas en procedimientos administrativos y obras públicas en marcha. Al mismo tiempo, se detalló que desde 2008 la UTE ESUCO S.A.–RIVA S.A. había sido adjudicada para la renovación del entonces “Centro Cultural Presidente Doctor Néstor Carlos Kirchner”, obra que aparece señalada en la acusación como parte del engranaje de retornos.
Wagner, en su declaración como arrepentido, aseguró que la recaudación ilegal se mantuvo “hasta el final del gobierno de Cristina Fernández”, y describió cómo funcionaba el sistema de licitaciones y los retornos. Sus dichos quedaron incorporados al requerimiento de elevación a juicio y deberán ser ratificados ante el Tribunal Oral Federal 7.
Fuente: Pefil.com

Sea el primero en comentar en "Sobornos, contratistas y obras públicas: lo que revela la causa Cuadernos sobre el circuito ilegal del Centro Cultural Néstor Kirchner"