Milei enfrenta otra ley incómoda del Congreso y esta vez no tiene costo fiscal

En 1982 Peter Weir dirigió “El año que vivimos en peligro”, una película que protagonizaron Mel Gibson, Sigourney Weaver y Linda Hunt (esta última obtuvo el Oscar a mejor actriz de reparto por ese trabajo). La trama gira alrededor de un periodista que debe pasar por peligrosas peripecias en medio de coberturas en una Indonesia estallada por la crisis política.https://476c728e4442414478cf15a041286d49.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.html

En Argentina algunos años después, en 2006, tuvimos nuestra réplica pero lamentablemente no cinematográfica sino real, con un año de altísimo peligro institucional, con manipulaciones constitucionales gravísimas en plena democracia y hechos que hoy vuelven y amenazan con desatar otra crisis del gobierno en el Congreso.https://476c728e4442414478cf15a041286d49.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.html

El 2006 fue un año de claro peligro institucional porque precisamente fue entonces cuando Cristina Fernández de Kirchner, que ocupaba la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado que antes había presidido el riojano Jorge Yoma, se dedicó a hacer votar una serie de modificaciones para aliviarle la vida a su marido, por entonces presidente de la Nación, y facilitarle el uso de la lapicera sin demasiados controles.

Bajo la tutela de esa Cristina senadora nacieron tres leyes que fueron armando el aparato institucional del kirchnerismo, primero para Néstor y después para Cristina. Ese año la exvicepresidenta logró aprobar un cambio al Consejo de la Magistratura para licuar el poder de la oposición que la Corte Suprema luego cuestionó, la reforma a la Ley de Administración Financiera y de los Órganos de Control que le dio a los Kirchner «superpoderes» para modificar el destino del gasto presupuestario y olvidarse de los límites entre gastos de capital o corriente, y finalmente la reglamentación del uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia, garantizando un blindaje a todos los DNU que firme el presidente.https://476c728e4442414478cf15a041286d49.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.html

El peligro vuelve a escena

Esa pelea hoy vuelve a escena, pero con características opuestas y en algunos casos increíbles desde el razonamiento político más básico. La realidad indica que por estos días al menos dos comisiones de la Cámara de Diputados debaten unos 16 proyectos para modificar la forma en que se utilizan y ratifican en el Congreso los decretos de necesidad y urgencia.Te podría interesar

El debate en sí mismo es simple: Javier Milei hoy goza del mismo esquema de garantías para sus DNU que tuvieron todos los presidentes desde el 2006, aunque en realidad el uso indiscriminado de esos decretos especiales viene desde mucho antes en la historia argentina. Ahora una oposición que incluye a radicales, Encuentro Federal, algún PRO y se estima que el kirchnerismo aunque sin pronunciamiento aún, pretende modificar el esquema actual que permite que un DNU continúe en vigencia con el silencio del Congreso o el rechazo de una sola de las dos Cámaras.

Quieren terminar con la “sanción ficta” de los DNU y ponerle un plazo de vigencia a esos decretos si el Congreso no los ratifica. Además, algunos de los proyectos en danza piden que se modifiquen las atribuciones de la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo endureciendo las condiciones de necesidad y urgencia para habilitar la firma de esos decretos presidenciales que reemplazan leyes.

Las ideas que dan vuelta en las Comisiones también incluyen ponerle un límite corto a la vigencia de los DNU que no tengan tratamiento del Congreso entre 90 y 120 días. Para un gobierno que, por ahora, tiene 38 diputados y unos pocos senadores, la votación de una ley así sería letal.

Se viene otro veto

De ahí que Javier Milei haya declarado el viernes en Mar del Plata, ni bien terminó de dar su discurso ante los empresarios reunidos en el Coloquio de IDEA, que si el Congreso avanza con la norma para atarle las manos con los DNU él no dudará en vetarla. Está claro que en este punto se está hablando de gobernabilidad y las chances de tomar decisiones, algo que el mercado y los empresarios miran de cerca desde el primer día.

Muchas de las reformas que Milei lleva adelante, como por ejemplo las desregulaciones que diariamente anuncia Federico Sturzenegger, son hechas en base al poder que le da la vigencia de alguno de los DNU presidenciales como el 70.

Esta pelea viene con elementos políticos, legales y argumentales que la vuelven mucho más peligrosa que otras batallas que Javier Milei vino librando en el Congreso hasta ahora.

El presidente lleva firmados 43 decretos de necesidad y urgencia. De esos DNU uno, el que derivó $ 100.000 millones para financiar la nueva SIDE, fue rechazado por ambas cámaras. Fue un hecho histórico: nunca el Congreso había volteado un DNU. La discusión en Diputados no se calentó solo por esos decretos sino como reacción a las dos victorias de Milei en el Congreso en las últimas semanas con la permanencia de los vetos sobre la nueva fórmula jubilatoria y la ley de financiamiento universitario.

Esta vez no hay costo fiscal en juego

El debate que ahora anida en las Comisiones de Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamento, tiene otra característica discursiva complicada para el Gobierno: nada en la ley tiene algún impacto fiscal, es un tema netamente institucional y constitucional. ¿Qué significa esto? Que el gobierno no podrá argumentar, como lo hizo con razón con la ley jubilatoria o los fondos a universidades que esas leyes violaban la Ley de Administración Financiera al no incorporar la fuente de financiamiento para el incremento de gastos que estaban disponiendo.

En este caso la pelea es puramente política y el problema más grave es para el PRO, que no tiene ese argumento financiero para oponerse a la modificación de una norma votada por el kirchnerismo en el 2006 para concentrar poder presidencial.

“En Diputados todo depende de lo que haga Unión por la Patria”, decía este fin de semana una radical. En las reuniones de la semana pasada el kirchnerismo no abrió la boca. No es para menos: su posición es más que difícil ya que por un lado pretenden bajarle el margen de maniobra a Milei, pero por el otro tienen que argumentar en contra de una ley sancionada por Cristina.

Está claro que con la presentación de listas de este fin de semana para la presidencia del PJ, queda demostrado que a la exvicepresidenta ya se le animan tanto un gobernador como Ricardo Quintela, como Axel Kicillof que sigue desatando furia en La Cámpora, como intendentes del conurbano bonaerense que hace cuatro años la veneraban. De todas formas, una cosa es el peronismo y sus gobernadores jugando a la interna y buscando alguna renovación para sacarse de encima la bota de Cristina Fernández de Kirchner, y otra el juego parlamentario de poder de los bloques K.

Mauricio Macri de nuevo tiene la palabra

Mauricio Macri vuelve a escena en este tema con más poder que el que mostró cuando le salvó los vetos a Milei en las votaciones en Diputados. El expresidente seguramente jugará el mismo juego que con esas votaciones: estirará la posición de algunos PRO rebeldes y tensionará hasta último momento. Habrá que ver si esta vez se repiten resultados, pero hay que tener en cuenta que el macrismo tiene proyectos presentados sobre el tema. Juran en Diputados, por ejemplo, que Silvia Lospennato no piensa igual que Silvana Giudici sobre el tema.

Los radicales tienen posiciones divididas. “Nosotros en general estamos para modificar conforme a lo que se planteó ya en el 2006”, argumentaba un experimentado de esa banca. En la UCR piden que se exija a los DNU los mismos criterios de aprobación que a una ley y que, además, se fije un plazo de caducidad. Esto último es lo más peligroso para la vigencia de la lapicera de Milei. De todas formas, lo que pase en el bloque radical no debería preocupar demasiado ya que la interna allí sigue estallada. Por eso el PRO vuelve a ser clave.

Detrás de toda esta pelea de poder, que el peronismo en las sombras maneja con maestría, están algunos razonamientos que vuelven extraño el comportamiento de los bloques de la UCR, el PRO y también la Coalición Cívica. Como razonaba esta semana Lucas Llach, si todo esos bloques apoyan la ley para limitar los DNU antes de la elección del 2025 estarían permitiendo que una sola Cámara pueda derogar esos decretos presidenciales.

Es decir, le pasarían el poder de manejar los DNU que tienen en Diputados al Senado donde el peronismo siempre tiene número y vocación, aliados también con otros como Martín Lousteau, para derogar decretos presidenciales. Como dijo Llach: “Ni siquiera es que le sacan poder a Milei para dárselo al PJ: se sacan poder a sí mismos para entregárselo al PJ”.

Fuente: Mendoza online

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