En la Secretaría de Finanzas la silla sigue vacía. Pablo Quirno jurará este martes como ministro de Relaciones Exteriores, mientras que en Economía todavía buscan su reemplazo o quien, de forma testimonial, continúe bajo su influencia. Cualquiera sea la decisión, será un nuevo alfil que refuerce a Luis Caputo en Economía y a su programa, que se mantiene bajo cuestionamiento de varios flancos. El mercado tuvo su fiesta inesperada y el Gobierno tenía dos posibilidades: o dejaba caer el dólar hasta donde encontrara un piso o marcaba un precio que le fuera conveniente. La primera jornada transcurrió en plena euforia, con algunos movimientos puntuales que levantan sospechas sobre operaciones oficiales.
Un sucesor natural al hasta ahora número dos de Economía pareciera ser el asesor del ministro y director del Banco Central Federico Furiase, pero hasta ahora no hay información que lo ubique en la oficina 528 del Palacio de Hacienda. El nombre que circuló durante el fin de semana fue el de José Luis Daza, actual secretario de Política Económica, con un pasado también de trader de Wall Street. Tampoco está confirmado.
Un Quirno virtual en Finanzas
Cualquiera que ocupe ese despacho del quinto piso igual se moverá dentro de los límites del programa económico que su titular ratificó poselecciones y que está alineado a los acuerdos con un Estados Unidos que festejó los resultados. Con el apoyo de Scott Bessent en carrera, en Hacienda incluso especulan con que Quirno siga manejando, de forma remota, la línea gruesa de Finanzas, mientras alguien más ocupa su escritorio.
Es un rol que el ex JP Morgan ya jugaba antes del cambio. Meses antes tenía conversaciones con empresarios, a quienes les aseguraba que la garantía del plan económico era él, no como reemplazo de su compañero de los años de la Gran Manzana, sino como reaseguro de que su mandato también lo encarna él, tal como contó PERFIL.
Bancos de Wall Street afirman que el Gobierno tiene una oportunidad para liberar el dólar
Ahora, Quirno es un reaseguro no sólo del plan económico de Caputo, sino de que el perfil financiero del universo que rodea a la asistencia que mantendrá EE.UU. durante el mandato de Milei se va a cumplir. Este lunes, aunque virtualmente en la nueva oficina de Casa Rosada, el exsecretario de Finanzas hizo su “last dance”: anunció el llamado a licitación para el próximo jueves. El primer test de los mercados poselecciones.
Fiesta para el dólar, con sospechas de intervención
El dólar terminó la jornada en $1432 para el segmento mayorista, unos $59 abajo del cierre del viernes, luego de tocar mínimos de $1.390. En el medio de la rueda aparecieron compras y ventas que hicieron terminar el tipo de cambio por encima de ese piso. Una orden puntual de compra de bonos de la curva soberana a una hora específica y de bajo volumen llamó la atención de operadores de Bolsa. La especulación es que hubo presencia oficial para luego volcar una venta de divisas en el mercado, haciendo bajar la cotización.
En la City no destacaron la presencia de privados que buscan hacerse de pesos para comenzar operaciones de carry trade, ante la expectativa del inicio de un veranito financiero, alentado por las declaraciones del equipo económico, que repitió que no tocará el esquema de bandas cambiarias.
La duda y exigencia de todos los sectores de los mercados es si, finalmente, el Gobierno acumulará reservas para sostener la credibilidad de un riesgo país que tuvo un efecto derrumbe: cayó de 1018 puntos básicos a 652 puntos, un desplome histórico en tan corto plazo. “Se acabó el evento especulativo, ahora el mercado tiene que buscar nuevos niveles de equilibrio en la tasa, el dólar, riesgo país y merval. El nivel de equilibrio obviamente depende de muchas cosas como las reformas, si se anuncian o no cambios en el esquema cambiario, rebote económico, demanda de dinero (la cual aumentará en noviembre/diciembre por motivos estacionales), etc. A lo largo que vayan pasando las ruedas, iremos dilucidando estas variables hasta encontrar el nuevo nivel de equilibrio”, escribió Nicolás Capella, de Grupo IEB.
Este martes será el vencimiento de la Lelink (letra atada al dólar oficial) D3105 que en la previa electoral fue fuertemente demandada, ya que ofreció una tasa implícita que proyecta un valor del dólar en torno a los $1.420 y la ansiedad por la cobertura cambiaria era total. Un eventual cambio en el esquema cambiario hacia el 31 de octubre implicaría un riesgo adicional para los tenedores: quedar expuestos a un salto del tipo de cambio sin la protección que ofrece hoy ese instrumento, por tres días. Por tanto, el cierre de la rueda cambiaria marcará, al menos, un precio de referencia de un posible nuevo equilibrio.
Fuente: Perfil.com

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