SIC se quedó con el clásico, dejó afuera a CASI y jugará la final del Top 12 de la URBA ante Newman

A puro penal, sin un solo hueco para que alguno cortara líneas para llegar al try, o al menos jugar cerca del in goal rival. Así fue el partido y esa mezquindad fue un condimento más del clásico de San Isidro que terminó 13-9 en favor del SIC, que jugará la final del Top 12 de la URBA ante Newman. El Zanjero dejó sin nada al CASI, que había clasificado como el mejor de los cuatro semifinalistas al cabo de la fase regular.

Tan cerrado fue el encuentro, que una sola acción fue determinante para el resultado final. Una jugada clave con un protagonista excluyente: Andrea Panzarini. Sobre él fue el penal que condujo al line out y el posterior maul desde el que luego se eyectó para, unos metros más adelante, recibir el tackle alto -altísimo- de Felipe Hileman que obligó al árbitro Pablo Deluca a señalar el try penal y mostrarle la amarilla al apertura de La Academia.

Ese fue el momento. Hasta entonces, la diferencia se sacaba a pura patada sin que ninguno pudiera distanciarse más allá de los tres puntos de rigor, con el score empatado durante varios minutos y la sensación de que el finalista se daría por ventaja deportiva. En la cancha no sacaban diferencias.https://13a7314627a23d99476e8ea51cabc84f.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-45/html/container.html

Fue una semifinal tensa, cerrada y jugada al límite, tal vez porque a la vez se trataba de un clásico. Se potenció la fricción, el detalle táctico y el suspenso se mantuvo intacto hasta después de la sirena de los 80 minutos.

El inicio fue parejo, con ambos equipos cuidando cada metro y priorizando el orden defensivo. El CASI golpeó primero, con un penal de Juan Akemeier que abrió el marcador. Pero la respuesta del SIC no tardó: Santiago Pavlovsky igualó con el pie y, promediando la primera mitad, volvió a acertar otro envío a los palos para que el Zanjero pasara al frente 6-3.

Con esa diferencia chiquita, fue una lucha cuerpo a cuerpo y de kilo sobre kilo. La Academia intentó imponerse desde el control territorial y la presión, pero el SIC resistió con una defensa férrea y una lectura táctica muy clara, sabiendo cuándo y dónde jugar. El primer tiempo se fue con mínima ventaja para los dirigidos de Boulogne, que parecían más cómodos en el contexto de un clásico tan cerrado.

En el complemento, el CASI salió decidido a empatarlo. Akemeier tuvo una primera chance de penal, pero falló. Mal presagio, aunque en la temprana revancha recuperara la precisión para igualar el partido en seis puntos. Algunos minutos más tarde, incluso, volvió a sacarle jugo a su pegada para volver a poner a su equipo al frente por 9-6.

Sin embargo, la respuesta del SIC fue de carácter. Cuando el partido se jugaba en campo rival y el ritmo lo imponía el CASI, una jugada de ataque sobre la línea terminó en ese try penal determinante. La Academia, aún con uno menos, buscó forzar el desenlace con empuje y corazón. Tuvo una nueva chance con el pie de Akemeier, pero otra vez la pelota se fue desviada.

Con el reloj consumiendo los minutos y la defensa del SIC firme en cada contacto, el clásico se cerró con la victoria zanjera. Sin brillos, pero con enorme solidez y temple, el SIC se quedó con una batalla digna de semifinal y volverá a jugar una final, esta vez ante Newman, en un cruce que promete ser tan intenso como el que acaba de ganar.

Los que definirán el campeonato no serán los mejores de la etapa regular. El viernes, el Bordó sacó de camino a Belgrano, que había disputado el liderazgo mano a mano con CASI. Sin embargo, ayer terminó fuera de combate a manos de quien clasificó en cuarto lugar a los playoffs.

El mata-mata es así: no sabe de posiciones ni contexto previo. Mano a mano, ahora Newman está a 80 minutos de conseguir el primer título de su historia y SIC, en su quinta final en seis años, buscará su vigésimo octava coronación para quedar a cinco de CASI, el más ganador de la URBA, con 33 celebraciones.

Fuente: Clarín.com