El piloto suizo Romain Grosjean fue protagonista de un accidente impactante desde lo visual y sorprendente desde las consecuencias. El automóvil del hombre del equipo Haas quedó envuelto en llamas después de despistarse en la largada del Gran Premio de Bahrein de la Fórmula 1.
Durante algunos segundos, pilotos y televidentes se quedaron petrificados, temiendo algo gravísimo. Sin embargo, les volvió el alma al cuerpo cuando lo vieron salir por sus propios medios entre las llamas y de esa montaña de fierros en la que se había convertido su auto.
Entre las llamas se vio su silueta, en una imagen espeluznante y, por fortuna, con final feliz.
Fuente: La Nación
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