Resulta difícil hacer una escala de alegrías cuando lo que un plantel celebra es un ascenso después de una temporada larguísima en una categoría tan competitiva como la Primera Nacional. Hecha esa salvedad, en la celebración que los jugadores de Estudiantes de Río Cuarto pudieron regalarse en el césped del estadio Abel Sastre, cuando los hinchas de Deportivo Madryn ya habían abandonado el campo de juego, dos hombres parecían tener una sonrisa especialmente amplia tallada en sus rostros. Dos hombres que tienen un vínculo muy especial con el club: Gonzalo Maffini y Alejandro Cabrera.
“Este ascenso me da la posibilidad de devolverle algo a este club y a Alicio (Dagatti, el presidente), que me bancó en mis peores momentos”, contó a Clarín el capitán Maffini, quien lleva una década en la institución riocuartense, con un paréntesis de seis meses en 2024 en los que jugó en Belgrano. En ese camino, fue partícipe de los ascensos del Federal B al Federal A, en 2016, y del Federal A a la Primera Nacional, en 2019. Y también le tocó sufrir las dos finales perdidas en 2021, ante Sarmiento de Junín y Platense, cuando el León del Imperio vio cómo se le escurría de las manos el objetivo que finalmente alcanzó este domingo.
Mientras festejaba, el zaguero nacido en General Cabrera todavía sentía en su cuerpo la dureza de un partido en el que debió fajarse constantemente con Luis Silba y Germán Rivero, los dos centrodelanteros de Deportivo Madryn. “Sabíamos que ellos iban a jugar directo con sus dos tanques, teníamos que estar atentos a los rebotes que iban a quedar cortos y a las pelotas paradas porque ellos son durísimos con los centros de (Nazareno) Solís. Lo logramos y además los dañamos mucho, aunque erramos varias situaciones claras. Creo que, a lo largo de la serie, fuimos mejores”, analizó.
Maffini, quien el 17 de enero cumplirá 33 años, consideró que la fortaleza grupal había sido clave en este logro. “Tenemos un plantel competitivo, en calidad y cantidad. Cada vez que nos caímos, pudimos levantarnos. Los baches durante la temporada siempre fueron muy cortos. Por tres puntos no jugamos la primera final, enfrentamos los playoff de la mejor manera, el nivel de algunos jugadores subió mucho en este tramo y eso nos permitió sacar adelante esta situación”, aseguró.
Cabrera, otro de los hombres de experiencia de este equipo, también consideró fundamental la construcción colectiva que se forjó en Estudiantes para esta temporada. “Formamos un grupazo, con muy buena gente y muy buenos jugadores. Cuando arrancó el año sabíamos que veníamos a esto, nos rompimos el lomo y lo logramos merecidamente”, valoró.
El mediocampista central nacido en Los Cóndores hace 33 años tuvo un rendimiento descollante en una final que, a sus ojos, no ofreció sorpresas. “El partido salió como lo esperábamos. Fue muy duro. En el primer tiempo fuimos superiores. Sabíamos que en el segundo íbamos a sufrir un poco, que nos iban a meter contra un arco, y así fue, pero nos llevamos el ascenso, que era lo que queríamos”, celebró.
Al igual que Maffini, El Colo también fue parte de los ascensos en el Federal B y el Federal A, pero en agosto de 2020 pasó a Banfield. Tres roturas del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha entre julio de 2021 y enero de 2024 limitaron notablemente sus posibilidades de jugar en Primera División. A principios de este año, volvió a préstamo a Estudiantes. Esa cesión termina con el final de la temporada, al igual que su vínculo con el Taladro. Seguramente más de un club lo estará mirando con ganas, sobre todo después del partidazo que jugó este domingo.
“No sé qué vendrá. Hoy no quiero pensar en eso, sino disfrutar este este momento porque me costó mucho llegar hasta acá. Después veremos”, sostuvo Cabrera antes de correr a hacerse la centésima foto junto a sus compañeros y al trofeo que recibieron por el ascenso.
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Luciano GonzálezRedactor de la sección Deporteslgonzalez@clarin.comBio completa
Fuente: Clarin.com
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