El peor Luis Enrique, cuyos días parecen contados

BARCELONA.- Champions League . El equipo azul y rojo festeja. Un rosarino es superfigura, con un par de goles. Pero esta vez, las sensaciones de Lionel Messi son las malas, y la euforia, los aplausos y los halagos se instalan en Ángel Di María, autor de dos golazos de Paris Saint-Germain en el partido de ida de uno de los octavos de final.

Del otro lado, Sergio Busquets, un tipo que no suele derrochar verborrea ante un micrófono, ejerció de capitán y fue el primero en tomar palabra tras la debacle de Barcelona en Francia. Sin rodeos, soltó: «Fueron mejores que nosotros, hicieron un planteo táctico mejor que el nuestro y nos superaron físicamente».

Minutos después, era el turno de Luis Enrique frente a la prensa. Y no hay nada que moleste más al director técnico asturiano que atender a los periodistas, sobre todo en derrotas (para su suerte, pasa poco: Barça perdió cinco veces en la temporada). «Ha dicho Busquets que a su equipo le sorprendió el planteo táctico del PSG», le cuestionó el periodista de TV-3 (la televisión pública de Cataluña) al DT. Y Luis Enrique, todavía con la rabia en la garganta, explotó: «No caigamos en tópicos. Acepto todas las críticas, pero me gustaría que el tono de tus preguntas fuera el mismo en la derrota que en la victoria».

Estaba endiablado Luis Enrique. Jamás había deglutido semejante humillación desde que se había sentado en el banco del Camp Nou. La goleada emuló al peor Barça que se recuerda con Messi en el campo. París se convirtió en Múnich. El 23 de abril de 2013, en una semifinal de Champions, el Barcelona del desaparecido Tito Vilanova se llevó una bolsa de goles frente a Bayern, 4-0. Y 7-0 en el global. «Nos dieron un repaso», sintetizó Gerard Piqué tras la caída en la casa de Bayern. Ayer, en París, los jugadores, acostumbrados a bailar a sus rivales, asumieron con dignidad la derrota; Luis Enrique, no. El club español no queda afuera de la Champions en octavos desde la campaña 2006/2007. Diez años después hay dos supervivientes del equipo que dirigía Frank Rijkaard, que cayó ante el Liverpool de Rafa Benítez: Messi y Andrés Iniesta.

Messi saluda a Di María, que festejó con dos golazos sus 29 años
Messi saluda a Di María, que festejó con dos golazos sus 29 años. Foto: AP

No hubo noticias de Messi ni de Iniesta en el Parque de los Príncipes. El rosarino perdió 14 pelotas, hizo apenas 27 pases buenos y ni pateó al arco. El capitán de Barça, que la semana pasada se recuperó de una lesión muscular, anduvo en la misma línea: nunca se adueñó del balón y ni se asomó al área de PSG. Con Luis Enrique al mando, Iniesta cambió su papel. Ya no atesora el cuero. Se sacrifica, en cualquier caso, frente al ida y vuelta que impone el neo Barcelona, más pendiente de hacer llegar pronto la pelota a los delanteros que de conversar con el balón en el ecuador del campo. El tridente manda en Barcelona: en el cancha, en los despachos y en la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí.

Pero cuando no aparece Leo, Luis Suárez no se acerca a la portería rival y Neymar se siente solo, Barça es un equipo ordinario. Luis Enrique lo sabe, pero no tiene demasiado por hacer: se entregó a sus delanteros. La vehemencia que mostró ayer frente a la prensa en la zona mixta es la que quiso imponer en el vestuario en su primera temporada en el Camp Nou. Pero entonces en el grupo azulgrana mandaba Xavi Hernández. Y entre Xavi y Andoni Zubizarreta, en su momento director deportivo de Barcelona, le hicieron entender al DT que debía rebajar sus pataletas. Hizo caso Luis Enrique. No le fue mal. Ganó ocho de los 10 campeonatos en los que dirigió. En París, seguramente, se le haya escapado una copa más. La más dolorosa, la Champions.

Los días de Luis Enrique en el Camp Nou parecen contados. La renovación de su contrato está en el aire y nadie en la directiva del club se anima a afirmar que continuará otra temporada. Él, por si acaso, se revindica. «La noche ha sido nefasta, sí. Pero no hay que olvidarse de que este equipo es el mismo que nos dio tantas alegrías», subrayó. Eso sí, antes de marcharse, evitó recurrir al manual de tópicos que antes criticó: «La responsabilidad en la derrota siempre es del entrenador».

Messi saluda a Di María, que festejó con dos golazos sus 29 años

Fuente: La Nación

Sea el primero en comentar en "El peor Luis Enrique, cuyos días parecen contados"

Deje un comentario

Su email no será publicado


*