Un modelo al estilo europeo y de muy largo aliento. Eso fue lo que proyectó Juan Sebastián Verón apenas asumió como secretario de selecciones juveniles en AFA, en los primeros meses de 2017. Eran tiempos en los que el actual presidente de Estudiantes de La Plata estaba en la misma sintonía que Claudio Tapia. Fue la Bruja el que presentó la idea que tenía como cabeza a Hermes Desio, quien se desempeñaba en el elenco platense. Y fue Desio el que no dudó a la hora de elegir a los entrenadores: Diego Placente para la Sub-15 y Pablo César Aimar para la Sub-17.
Luego llegaría la enemistad entre Verón y Tapia, la salida de Desio y la incorporación de Bernardo Romeo. Pero el proyecto continuó. «Yo vengo a potenciar lo que ya está armado y que ya está volviendo a inculcar esos valores. Estamos volviendo a esas raíces», le decía Romeo a Clarín en 2019. Y seguía: «Podés saber más de táctica y técnica, pero lo más importante en la etapa de la formación son los valores. Se ha vuelto a esos valores tan lindos y tan simples como el respeto, la generosidad, el trabajo, el sacrificio, pedir permiso, decir buenas tardes, por favor. Hoy está muy difícil encontrar eso porque la sociedad ha cambiado».
Pero conviene volver al origen. La elección de Placente tenía mucha lógica en aquel 2017, más allá de su corta experiencia de 3 años como ayudante de Claudio Borghi. Su trayectoria como jugador sí tenía pergaminos: fue campeón del Mundial Sub-20 de Malasia 1997, disputó el Mundial de Corea-Japón 2022, fue multicampeón en el River de Ramón Díaz y completó 5 grandes temporadas en el Bayer Leverkusen de Alemania. De todos modos, su perfil sereno, decente y docente fue lo que lo catapultó al cargo. Y, además, ser un Pekerman Boy.https://9548535cd6554642664b4b5a52a3ff36.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-45/html/container.html
José Néstor Pekerman hizo escuela en las Inferiores de Argentina. Y el término no es caprichoso porque José fue, antes que nada, un notable maestro. «Veo con alegría que se retomó la línea de lo que fue nuestro proyecto porque este cuerpo técnico de la Mayor, con Scaloni a la cabeza, vivió todo eso. Lo mismo en Juveniles. A Aimar lo citamos a la Selección cuando jugaba en Estudiantes de Río Cuarto, antes de fichar en la Séptima de River. Me acuerdo que después de un Sudamericano Sub-17 los de River no podían creer lo que jugaba Pablo. Francescoli decía que había que subirlo ya a Primera. Eso era parte de nuestro proyecto», le contó Pekerman a Clarín meses atrás.Diego Placente y Gianluca Prestianni. Foto: EFE
«José fue un maestro para muchos chicos de mi camada, nos inculcó valores y conceptos futbolísticos muy claros, con una simpleza absoluta. Mucho de lo que somos en el fútbol y en la vida es gracias a José. Tal vez mi personalidad es más parecida a la de él, en eso de transmitir desde la tranquilidad y no alzar tanto el tono de la voz», explicó Placente en La Nación.
Y decía más en este diario: «Lo difícil acá es mantener los proyectos. Es como el país, cambiante. Cuando hubo una línea como la de José y Hugo Tocalli, hubo muchos años buenos de sacar chicos y de éxitos. Luego hubo un momento en que cada categoría tenía un entrenador con ideas diferentes. Y así es más difícil. No vamos a ser Alemania, que tiene otra estructura desde lo económico. Es un país muy diferente al nuestro. Pero nosotros estamos convencidos de que si hay un proyecto que vaya llevando a los chicos durante cinco o seis años bajo una misma línea, será mucho más fácil».
Placente también tiene una impronta personal, claro. Desde 2014 hasta 2023 comandó la Sub-15, luego pasó un año por la Sub-17 hasta que reemplazó a Javier Mascherano en la Sub-20. Su idea como entrenador fue clara: trabajar, sumar horas de rodaje en el predio de Ezeiza. Así, diagramó cientos de prácticas anuales y muchos amistosos internacionales.
Los equipos de Placente siempre tuvieron más dinámica de club que de Selección. Por eso conoce de memoria a los futbolistas, a quienes viene observando crecer desde que tienen 14 años. No es casual que Dylan Gorosito, Tobías Ramírez, Valente Pierani, Juan Villalba, Valentino Acuña, Ian Subiabre y Maher Carrizo hayan jugado el Mundial Sub-17 de Indonesia en 2023 (cayeron por penales en semifinales contra Alemania). También formaban parte del grupo Franco Mastantuono y Claudio Echeverri (no fueron cedidos para este torneo), así como Agustín Ruberto y Juan Giménez (hoy lesionados).Placente, Cubero, Scaloni y Cambiasso, campeones en Malasia 1997.
Desde lo táctico, en tanto, Placente se presentó en el Mundial de Chile como un entrenador pragmático y muy dispuesto a adaptarse. Un dato lo grafica: nunca repitió formación de un partido a otro. Y se presume que tampoco lo hará en la final porque regresaría Maher Carrizo, ausente por sanción ante Colombia.
Las estadísticas de los jugadores argentinos en el Mundial de Chile regalan algunas sorpresas. Solo tres futbolistas suman el total de los minutos jugados (540): el arquero Santino Barbi, el central Tobías Ramírez y el volante Milton Delgado.
Pero hay más números interesantes que muestran la filosofía de Placente. Los únicos que no tuvieron acción en Chile son los arqueros suplentes Alain Gómez y Álvaro Busso, mientras que el zaguero Santiago Fernández es el que menos jugó y acumula 92 minutos. Solo dos chicos no estuvieron desde el inicio: el lateral izquierdo Teo Rodríguez Pagano y el desequilibrante Mateo Silvetti, que entró y marcó en octavos (Nigeria), cuartos (México) y semifinal (Colombia).
Otro dato singular es que tan solo 7 jugadores jugaron los 6 partidos: Barbi, Ramírez, Delgado, Alejo Sarco, Dylan Gorosito, Ian Subiabre y Tobías Andrada (este último con la particularidad que solo fue titular una sola vez).Diego Placente. Foto: EFE/ Osvaldo Villarroel
«La calidad de los chicos te permite cambiar el sistema: las individualidades que tenemos son todas buenas. Si estamos en la final es porque todos ayudaron en algún momento, todos aportaron algo. En lo personal estoy contento por jugaron casi todos los jugadores y todos cumplieron su rol», destacó Placente.
Al calmo Placente (a quien en sus épocas de juvenil apodaban el «Viejo» por su forma de ser) le queda el último paso para escribir una historia que nadie pudo: ser campeón Sub-20 como jugador y como entrenador. Va en camino, entonces, Placente. Con las enseñanzas de Pekerman en la espalda y con su idea bien consolidada como bandera.https://9548535cd6554642664b4b5a52a3ff36.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-45/html/container.html
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Fuente: Clarín.com
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