Ángel Di María sonríe, llora y disfruta. Su primer día como nuevo jugador de Rosario Central fueron un tobogán de emociones. Pasaron 18 años desde que se fue hasta que volvió, este lunes, pero poco cambió. «Parecía como si fuese la primera vez, de cuando llegué a Primera. Sentí esa sensación, esa adrenalina, todo lo que iba pasando por mi cuerpo. El primer entrenamiento lo disfruté a full y ojalá de acá en adelante sea de la misma manera», explicó, recordando el camino hacia el predio de Arroyo Seco, donde se encontró con sus nuevos compañeros y el entrenador Ariel Holan, que sabe que deberá incluirlo en la convocatoria del próximo sábado frente a Godoy Cruz, cuando ‘Fideo’ vuelva oficialmente al fútbol argentino en la primera fecha del Torneo Clausura.
El ‘Canalla’ siempre fue el imán que atrajo a Di María, que en cada momento de su majestuosa carrera en Benfica -donde empezó y terminó su periplo europeo-, Real Madrid, Manchester United y París Saint-Germain dejó en claro que la camiseta azul y amarilla sería la última que utilizaría como profesional. «Me falta ser campeón acá», deseó, con una sonrisa, quien obtuvo 36 títulos en su carrera, el segundo argentino más ganador detrás de Lionel Messi.
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El deseo de Ángel Di María: «Me falta ser campeón con Central»
Su historia de amor y pasión nació mucho antes que el 14 de diciembre de 2005 cuando debutó en la Primera División como visitante ante Independiente, en una calurosa noche de viernes en el estadio Doble Visera de Avellaneda.
Con apenas seis años, su papá Miguel lo autorizó a jugar con el ‘Canalla’ y su primera transferencia desde el club El Torito fue a cambio de… ¡26 pelotas! -que técnicamente nunca se pagaron-. Hoy, 18 años después de aquel día del debut profesional, sus hijas Mía y Pía, de la mano de su mujer Jorgelina Cardoso, pisaron el césped del estadio y corrieron locamente mientras su papá se probaba la número 11 con su icónico festejo de corazón ante las cámaras de televisión de medios locales y varios países extranjeros que llegaron para cubrir ‘el retorno del Ángel’, tal como graficó el video que le proyectaron una vez que se sentó en la conferencia de prensa.
«Desde que ellas nacieron ya saben lo que es Central, se vive y se ve, es pasión por Central. La más chiquita tiene unos nervios peor que yo, pero estoy feliz de que ellas puedan vivirlo. Tenía el sueño de entrar a la cancha con ellas, estoy más que feliz de que puedan cumplir ese sueño conmigo», afirmó, sentado a un lado del director deportivo Federico Lussenhoff y con el presidente Gonzalo Belloso entre el público, hacedores de un regreso que se postergó un año, a partir de las amenazas que él y su familia recibieron mientras estaba en una gira con la Selección Argentina, en marzo de 2024.
En ese video apareció una bicicleta amarilla con un nene con la camiseta de Central sobre ella, emulando aquella historia de su mamá Diana pedaleando para llevarlo a los entrenamientos, que esta vez llegaba al estadio Gigante de Arroyito. La voz en off, obvio, era del propio Di María.
Tardó un par de segundos en quebrarse Di María. Apenas se sentó en la silla y levantó la mirada, sus ojos estaban vidriosos. «Es algo muy lindo, que soñaba hace bastante, quise antes y no se pudo. Pero ya pasó, estoy acá, era lo que deseaba, estar acá con mi familia. Tuve la oportunidad de conocer a todos mis compañeros, de sentirme otra vez parte de este gran club, estoy orgulloso de todo lo que hice, pero para mí esto es más que todo lo que hice. Volver después de tanto tiempo, de tantos años, es algo muy especial. Que la gente esté contenta, eso es todo», fueron sus primeras palabras.
Un ‘experto’ en Central y el mensaje de Messi
‘Fideo’ fue el primero en llegar al entrenamiento. Antes ya lo habían incorporado el grupo de WhatsApp del plantel y pidió «no tener privilegios». El actual capitán el arquero Jorge ‘Fatura’ Broun reveló: «Al toque lo metí, escribió en el grupo y ya empezamos con las bromas, con todo, él también se prendió. Hoy en el vestuario era uno más, parecía que toda la vida estuvo en el grupo». Además, confió que ya le ofreció la cinta para que la porte en el brazo izquierdo y ahora «es una decisión de él si quiere».
Ahora, con sus 37 años, llegará el momento de la verdad, del examen permanente, algo que a lo que claramente estuvo acostumbrado en su recorrido. Si bien pasaron 18 años de su última vez en el fútbol argentino, sabe bien a lo que se va a enfrentar, tuvo un preludio en el Mundial de Clubes cuando Benfica le empató a Boca después de ir 0-2 en Miami.
Ángel Di María en su presentación oficial como jugador de Rosario Central.
«Boca ya me lo hizo sentir, empecé a ver lo que era el fútbol argentino ahí. Después depende de dónde me mueva, de dónde el entrenador me pida jugar, hay muchos más golpes, se corta más el partido, pero depende de mí para poder sacar mis armas y defenderme de todo eso y poder estar a pleno para ayudar al equipo», explicó.
Sobre cómo lo recibirán en otras canchas, también entendió que no habrá ovación en todos los lugares donde vaya: «Sé lo que es el fútbol argentino, cómo se juega, cómo es todo. Después dependerá de mí, de lo que vaya haciendo dentro de la cancha. Cada uno tendrá su manera de recibirme, si me putean, me putean, y si me aplauden, me aplauden. Hoy tengo la camiseta de Central y es difícil del otro lado ovacionar a alguien que no tiene la camiseta del equipo, no tengo la de la Selección».
Y se mostró como un avezado en la actualidad del club, como lo que al final es: un hincha. «Viene haciendo las cosas muy bien, el semestre pasado lo hizo perfectamente y terminó cayendo en un partido en el que se sabe que en el fútbol argentino es así y el que marca primero termina ganando y pasó de esa manera. Pero Central venía para arriba, hizo 35 puntos, está muy bien».
Con su desparpajo habitual, cerró: «Intentaré hacer lo mejor y no hacer cagadas… para que el equipo se sienta cómodo conmigo».
En el cierre apareció el único nombre propio que podía ‘opacar’ su momento: Lionel Messi. Y la ilusión de un clásico con Newell’s con ‘Fideo’ de un lado y la ‘Pulga’ del otro enamora a los futboleros. «Me escribió hace poco, dejó pasar un tiempo porque tenía el celular explotado, me felicitó y me deseó lo mejor, me dijo que estaba feliz por poder cumplir mi sueño».
Fuente: Clarín.com

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