INDIAN WELLS.- Aquella noche en Río de Janeiro supuso un punto de inflexión en la campaña de Juan Martín del Potro tanto como en el de Novak Djokovic . Hasta su cruce en la primera ronda de los Juegos Olímpicos, el argentino intentaba afianzarse nuevamente en el circuito después de sus múltiples operaciones en la muñeca mientras el serbio tiranizaba el tour: Djokovic solo había perdido cuatro partidos en todo el año y se había consagrado en Australia, en Roland Garros y en cuatro Masters 1000.
Cuando el sorteo decidió que se enfrentaran en la cita olímpica, el desenlace parecía escrito de antemano: el número uno del mundo era el evidente favorito. Sin embargo, Del Potro protagonizó uno de los batacazos más inesperados de la historia al eliminarlo, como en Londres 2012 cuando le ganó la medalla de bronce, por 7-6 (7-4) y 7-6 (7-2).
Ese triunfo disparó la progresión de Del Potro, quien acabó conquistando la medalla de plata en Río y la Copa Davis en Zagreb unos meses más tarde, además de su buena campaña en el US Open, su triunfo frente a Stanislas Wawrinka en Wimbledon y su título en Estocolmo.
Para Djokovic algo cambió después de esa derrota, que en una temporada de ensueño le imposibilitó adueñarse de uno de los pocos títulos grandes que aún no pudo sumar a su historial. El circuito también descubrió que el serbio era vulnerable y Andy Murray recogió el guante: el escocés fue implacable en la segunda mitad del año y en la final del Masters de Shanghai terminó arrebatándole el título y el primer puesto del ranking a Djokovic.
«Los Juegos Olímpicos son cada cuatro años y ese era claramente uno de mis principales objetivos de la temporada pasada. Quería ganar la medalla de oro pero tuve uno de los sorteos más complicados que podría haberme tocado. Perdí en un partido cerrado y obviamente me hubiera gustado llegar más adelante porque quería ganar la medalla», recordó Djokovic tras vencer a Kyle Edmund en la segunda rueda de Indian Wells y en la previa del duelo que hoy protagonizará nuevamente frente a Del Potro.
Hace un año, después de levantar el título de campeón en Indian Wells, Djokovic lideraba con comodidad el ranking de la ATP y definía a sus perseguidores como una manada de lobos hambrientos. Doce meses después, él integra la jauría: «Es cierto, ahora soy un lobo y estoy hambriento».
Entre ambos escenarios, Djokovic no solo cedió el trono: también rompió su relación con Boris Becker. En diciembre, el serbio anunció en Facebook que no seguirían juntos después de tres años de éxitos. El alemán fue lapidario en su respuesta: «Él no pasó mucho tiempo en la pista de entrenamiento en los últimos seis meses y lo sabe. Éxitos como el suyo no pasan por pulsar un botón, ni suceden solo por aparecer en un torneo, tienes que trabajar a fondo porque los rivales hacen lo mismo».
Las críticas fueron instantáneas: que Djokovic se había relajado y que el tenis ya no era su prioridad. El nuevo año tampoco lo tuvo en su plenitud: cayó en la segunda ronda del Australian Open frente a Denis Istomin -117º del mundo- y frente a Nick Kyrgios en Acapulco. Fue en ese escenario en donde se reencontró con Del Potro, en otro trámite vibrante que el serbio terminó quedándose por 4-6, 6-4 y 6-4 en la segunda ronda del Abierto Mexicano.
En Indian Wells, Del Potro y Djokovic volverán a entrelazar sus caminos. «Siempre han sido buenos partidos. Recuerdo la semifinal de Wimbledon y la final de Shanghai también. Son muy parejos, los dos disfrutamos jugar contra el otro y la buena relación que tenemos fuera de la cancha la dejamos cuando entramos y nos matamos. Jugamos de igual a igual y hacemos grandes partidos», reflexionó Del Potro tras derrotar a Delbonis en la segunda ronda.
«No puedo relajarme después de ganarle a Edmund porque tengo que dejarlo todo de mi para poder ganarle. Aunque su ranking no sea tan alto, Del Potro es uno de los mejores jugadores del mundo y lo demostró el año pasado ganando la Copa Davis y la medalla de plata en los Juegos Olímpicos ganándome a mi, también a Wawrinka en Wimbledon. Él es un rival muy difícil de vencer, es alto, tiene un gran servicio y un gran drive. Definitivamente no es el sorteo que uno espera, hace unas semanas jugamos en Acapulco y fue muy cerrado, muy difícil. No espero nada más que eso, será un partido muy parejo y en el que tendré que dejar todo de mi para poder ganarle», agregó Djokovic.
Fuente: La Nación
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