River campeón: los nueve secretos para ser el nuevo rey del fútbol argentino

River fue imparable en la Liga Profesional. Y se consagró campeón sin discusión, cuando aun faltan dos partidos por jugar antes del final del torneo y con un rotundo triunfo sobre Estudiantes de La Plata en un Monumental colmado. Así, Martín Demichelis, en su regreso al club, ganó su primer título como entrenador, a apenas ocho meses de haber sido presentado. ¿Cuáles fueron las claves para conseguir el campeonato?https://a4ad324195bf1131b813e034cd06d59c.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.html

Un equipo ganador

River fue el que más triunfos (17) consiguió durante el torneo. Y hubo apenas siete partidos (4 derrotas y 3 empates) en los que no obtuvo los tres puntos. Se fortaleció en todas las líneas y, en líneas generales, fue demoledor para sus rivales, a los que le sacó ventaja a partir de rachas muy favorables, como las ocho victorias consecutivas que cosechó entre las fechas 6 y 13. Eso le permitió cortarse solo en la punta y luego manejar la ventaja.Nacho Fernández, puro fútbol. Foto: Fernando de la OrdenNacho Fernández, puro fútbol. Foto: Fernando de la Orden

Protagonismo y vocación ofensiva 

Sin renunciar a mantener el orden y no quedar descompensado, River tuvo un juego colectivo aceitado para asumir riesgos y ser protagonista en todos los encuentros. Con una posesión de la pelota que rondó el 70 por ciento de promedio y una búsqueda constantes del arco rival, hizo gala de su jerarquía y hubo partidos en los que fue contundente. 

El más goleador y uno de los que menos goles recibió

River fue el equipo más goleador del torneo al marcar 45 goles. Y fueron repartidos, ya que Lucas Beltrán, su goleador, marcó 11, es decir un cuarto de los tantos convertidos. Miguel Borja (5), Pablo Solari (3), y Salomón Rondón (3), los otros delanteros del plantel también aportaron lo suyo,y hubo una buena cuota de los volantes. Entre ellos, los que más convirtieron fueron Nacho Fernández (5), Esequiel Barco (5) y Nicolás De La Cruz (4). River tuvo la mayor diferencia de tantos (+29) ya que apenas le hicieron 16 goles (0,6 por partido). En el rubro de goles en contra, solo San Lorenzo, al que le hicieron 9, lo superó.Barco aportó cinco goles. Foto: AFPBarco aportó cinco goles. Foto: AFP

La jerarquía individual 

River cuenta con un plantel de nivel, que reúne variantes y recursos. Desde el arco, con la seguridad de Franco Armani, hasta Lucas Beltrán, el goleador que se destapó en este torneo, pasando por la firmeza de Leandro González Pirez, quien levantó mucho su nivel, la experiencia de Casco, las proyecciones y el empuje de Enzo Díaz, quien se adaptó rápidamente, la valentía y el coraje de Enzo Pérez, la conducción de Nacho Fernández, el termómetro de Rodrigo Aliendro, la dinámica de Nicolás De La Cruz, el desequilibrio de Esequiel Barco y la presencia de Miguel Borja, entre otras virtudes del equipo.

Un goleador implacable

Los 11 goles de Lucas Beltrán fueron vitales para que River concretara gran parte de las llegadas que genera en la mayoría de los partidos. El cordobés de 22 años explotó desde la llegada de Demichelis y se convirtió en el centrodelantero de su equipo. Aunque no fue un 9 clásico, ya que hizo también un muy buen trabajo al tirarse atrás para pivotear y dejar el espacio para que los mediocampistas pisen el área y en la presión a los defensores rivales.Beltrán aportó 11 goles para la causa. Foto: EFEBeltrán aportó 11 goles para la causa. Foto: EFE

Los movimientos tácticos

En general, River jugó con cinco volantes y tuvo algunos partidos con un 4-2-2-2 y otros con un 4-3-1-2. Entre las innovaciones posicionales de Demichelis se destaca la de Esequiel Barco, quien demostró todo su potencial jugando por dentro o levemente tirado a las bandas pero ya no como extremo. Y la de Rodrigo Aliendro, también, cerca de Enzo Pérez. No solo para ayudar y potenciar la labor del capitán, sino también para desprenderse y llegar por sorpresa. Incluso, cuando el capitán faltó por lesión, el entrenador apostó por Aliendro como único 5 e incluyó a Pablo Solari para jugar con dos atacantes y el equipo no se resintió, sino que jugó uno de sus mejores partidos del campeonato con ese esquema, ante Defensa y Justicia.

Autocrítica y corrección a tiempo

Luego de la derrota con Arsenal en el Monumental, un partido en el que River jugó mal y en el que quedó expuesto, con un mediocampo partido en un esquema muy abierto, con dos puntas (Rondón y Beltrán) y Solari de volante-extremo, a partir del siguiente encuentro con Lanús, Demichelis cambió. Notó que su idea de jugar con extremos y hacer el equipo muy ancho, debía archivarse hasta otro momento. Al siguiente encuentro con Lanús jugó con cinco mediocampistas para que Enzo Pérez no quedara tan solo en el círculo central y el equipo luciera más ordenado y compacto. Y desde allí, inició una racha ganadora.

El triunfo sobre Boca

Ganarle al eterno rival siempre es un aliciente para ir por el campeonato. Y como tantas otras veces en las que fue campeón del torneo local, River le ganó a Boca. El triunfo en el Superclásico, que lo motivó y lo revitalizó, llegó días después de haber sufrido un duro golpe en la Copa Libertadores cuando fue goleado 5-1 por Fluminense. Y mucho más por la definición del partido en el Monumental, con un gol de penal (tras la falta de Sandez a Solari) del colombiano Borja en tiempo de descuento.El colombiano Miguel Borja de River celebra el gol contra Boca. Foto: EFE/Juan Ignacio RoncoroniEl colombiano Miguel Borja de River celebra el gol contra Boca. Foto: EFE/Juan Ignacio Roncoroni

La armonía grupal para no sentir el cimbronazo de la salida de Gallardo

​La partida de Gallardo, el técnico más ganador de la historia de River, que produjo una revolución en sus más de ocho años de estadía en el club, asomaba más compleja de lo que fue. Pero puertas adentro, desde sus dirigentes hasta el último de los colaboradores, pasando por el cuerpo técnico y los jugadores, aportaron lo suyo para que el inicio de la era post Muñeco no sea traumática. Y Demichelis, junto a sus laderos Javier Pinola y Germán Lux llevaron una conducción armónica con los futbolistas, quienes respondieron con niveles altos en la cancha y con trabajo y buena sintonía fuera de ella. 

Fuente: Clarin.com

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