En la misa por la paz que se celebró en Luján durante la jornada de ayer, el arzobispo de Mercedes-Luján, Jorge Eduardo Scheinig, pidió disculpas luego de que se convirtiera en un acto kirchnerista. El arzobispo lamentó su error de no invitar a los políticos opositores personalmente, en lugar de dejar la convocatoria en manos del municipio.
Mas allá de eso, lo que se vivió en la Basílica de Nuestra Señora de Luján estuvo muy lejos de una celebración tradicional. Una vez que terminaba el presbiterio, donde se encuentra el altar central, parecía también terminar la misa. Funcionarios y militantes presentes parecían estar muy lejanos a lo que dictan las formas religiosas.
Aunque algunos funcionarios, de los que ya se conoce su cercanía a las prácticas religiosas, se mantuvieron atentos a la celebración y con participación activa en la interlocución del sacerdote con la asamblea, otros parecían desconocer y hasta burlarse del credo. Entre ellos, militantes «premium» que podían estar cerca de los funcionarios, no parecían capaces ni de respetar las cabezas descubiertas dentro del templo, conocimiento general y que no requiere de una práctica asidua de la fe.PUBLICIDAD

Las charlas constantes en las filas de asientos, los militantes que al fondo de la iglesia salían y entraban del templo durante el rito, la desconexión total y la falta de respeto a los que sí estaban rezando, parecía ser la tónica principal del acto.
Una celebración convocada por la Municipalidad de Luján quedó teñida por la polémica y generó reacciones muy negativas por parte de los fieles que siguieron la celebración a la distancia. Esta indignación aumentó al momento de la Comunión, una de las partes centrales del rito. Allí, los funcionarios se acercaron a comulgar y, a pesar de sus cuestiones personales que no pueden ser juzgadas, llamó la atención que varios no sabían ni cómo hacerlo.
Fuente: Mendoza online
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