A votar: la batalla provincial que hoy actuará como una PASO para octubre

El país siente que vota hoy en una elección nacional hoy cuando en realidad se trata de comicios para cargos locales bonaerenses que, en otras circunstancias, hubiera sido una vuelta más dentro del cronograma de comicios provinciales. La nacionalización de las elecciones de Buenos Aires, desdobladas por decisión de Axel Kicillof y con consecuencias impredecibles para oficialistas y opositores, y su conversión en una suerte de PASO o plebiscito, volvió a traer a escena una ambiente de temor e inestabilidad que en buena medida es producto de la impericia política y el afán de otros por complicar seriamente a un gobierno que no esta pasando por su mejor momento.

El desafío del kirchnerismo en las elecciones bonaerenses

Así, de una elección local importante donde la mayor novedad debería ser que Kicillof se juega su futuro y la interna con el cristinismo, pasamos a una batalla que tiene tonos de vida o muerte y que el propio Javier Milei alimentó con su llamado a derrotar al kirchnerismo para siempre, poniendo la vara de un resultado que hasta anoche tenían mediciones y proyecciones para todos los gustos.https://f00aa34c759098a2c9bc2081cc72c410.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-45/html/container.html

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La conversión de la elección bonaerense de hoy en una guerra de ocho secciones, que puede definir o condicionar la verdadera elección nacional de octubre, no fue un hecho resistido por casi nadie, salvo por el kirchnerismo que entró en guerra directa con Kicillof cuando el gobernador decidió desdoblar, aunque más tarde alineó la poca tropa que aun tiene ímpetu para mover la calle con la batalla electoral de hoy.

El kirchnerismo, además, transitó la campaña con un duelo ante dos dramas que no pudo controlar: la prisión de Cristina Fernández de Kirchner en su departamento y la imposibilidad de colar el apellido Kirchner en las boletas ante la resistencia de los intendentes del conurbano que, como todo peronista, acompañan solo hasta la puerta del cementerio.

La elección en Buenos Aires como plebiscito del Gobierno

Hoy los bonaerenses tendrán una elección local que tiene como interés nacional el haberse transformado en un plebiscito del gobierno de Javier Milei y al mismo tiempo también del peronismo que, aunque rechaza el nombre, aun no puede liberarse del liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner. Aunque lo nieguen algunos gobernadores del PJ, ningún dirigente hasta ahora pudo mandar a retiro a Cristina, aunque este presa en su departamento y con inhabilitación de por vida.https://f00aa34c759098a2c9bc2081cc72c410.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-45/html/container.html

A Milei los votantes de la provincia de Buenos Aires lo medirán por sus aciertos y sus errores políticos, y la elección funcionará como un termómetro para evaluar el capital social que aun mantiene el presidente como pared de contención ante el posible regreso de un pasado reciente de fracasos y corrupción.

El presidente llega a esta elección en su peor momento con los escándalos por los audios de Diego Spagnuolo y las acusaciones a su hermana y los Menem como socios políticos a cuesta, pero sobre todo por las dudas frente a la economía. La micro ya venía marcando peligros con la caída del consumo y la baja de actividad en algunos sectores, pero tambien la macro dio alertas y el mercado del dólar y la deuda complicaron el escenario. Esta elección bonaerense, increiblemente, hasta puede ser un indicador esencial para el ministro de Economía Luis Caputo.

El Gobierno no pudo evitar que la curva de la política se le cruzara por primera vez con la de la economía. Esta claro que este comicio llega en un momento donde Economía tuvo que romper el esquema de bandas cambiarias e intervenir en el mercado con dólares que, dice, salen del Tesoro y no del BCRA. También aseguran en el Economía que el FMI no solo bendijo, sino que felicitó tambien por la decisión de intervenir para frenar la turbulencia creciente del dólar.

El mercado, por ahora, espera y analiza si todas esas afirmaciones son ciertas: muchos tienen el convencimiento que el Banco Central comenzó a vender dólares para calmar las aguas antes del anunció del nuevo esquema y que en realidad junto al Tesoro ya lleva vendidos unos U$S 500 millones de los U$S 1700 millones que hipotéticamente tiene como poder de fuego para esas intervenciones en el billete.

Frente a esas dudas, ¿qué tiene el Gobierno enfrente?

Esta claro que muchos bonaerenses irán hoy a las urnas con el recuerdo de un pasado de cuatro mandatos kirchneristas que marcaron la decadencia más grande que se haya visto en la provincia y una presencia aun muy gravitante de Cristina Fernández de Kirchner que provoca temor en mas del 50 % de la población argentina.

Son esos mismos ciudadanos que hoy rezan para que a Milei le vaya bien, que enderece lo que deba enderezar y que, sea o no culpable de corrupción su entorno cercano, de una vez por todas explique que paso con los contratos de compra de medicamentos, los audios y las denuncias que hoy hacen estallar de dudas hasta quienes miran a la Argentina desde Nueva York para decidir si algún día vendrán las demoradas inversiones que no llegan.

Tambien hay dudas por la estrategia y el margen de maniobra de la política. Javier Milei, como lo hizo en su momento Mauricio Macri, actuó en todo momento colocando a Cristina Fernández de Kirchner sobre el ring; la expresidente y exvicepresidente presa por uno de los actos de corrupción mas escandalosos que haya registrado la historia argentina no tuvo que ganarse protagonismo desde el PJ, inclusive estando presa e inhabilitada de por vida, simplemente ese lugar en la vida política se lo dieron sus adversarios. Forma parte de una pasión insana en los opositores al kirchnerismo que siempre creen que Cristina es un enemigo perfecto porque su decadencia la pone a la defensiva y en retirada.

Es cierto que el kirchnerismo de hoy no es ni la sombra de lo que fue en hasta el 2015 y tampoco con los saldos que le quedaron después pero que le permitieron la menos armar un nuevo gobierno colgados de la falsa opción de cambio que publicitaban con Alberto Fernández. Pero también hay que recordar que, en todas las ocasiones en que el peronismo perdió poder de construcción electoral, siempre mantuvo una extrema capacidad de daño y destrucción. Hoy lo volvemos a ver con Cristina que ni pudo hacer caminar a La Cámpora en pleno para esta elección, pero se dedica desde su cárcel a dirigir el discurso contra el presidente, arrastrando inclusive al falso progresismo argentino detrás.

El Gobierno, con sus problemas económicos, de internas e investigaciones, quedó sometido así a una elección previa a la nacional en medio de un contexto económico que no hubiera pensado hace un par de meses. Este contexto, además, puede condicionarle como si se tratara de una PASO el camino y la campaña para octubre. Y ni que hablar de las perspectivas de quienes desde la economía esperan señales.

Los peligros son muchos. El peronismo tiene sueños húmedos pensando que una vez más puede voltear a un Gobierno enemigo con algún subterfugio pseudo institucional (lo hizo con Fernando de la Rúa e intentó hacerlo con Mauricio Macri) mientras más de la mitad del país que hace dos años huyó despavorido de los desastres del kirchnerismo hacia los brazos de un economista gritón y destemplado que casi no conocía pero que le ofrecía un camino hacia la normalidad. Son esos mismos argentinos que hoy rezan porque los problemas que vive el gobierno de Milei y los intentos desestabilizantes del kirchnerismo no se cristalicen.

Fuente: Mendoza online

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