El futuro del PRO: las reglas que dejó The Crown, la supervivencia y el dólar

Uno de los mejores productos de la plataforma Netflix es sin duda la serie The Crown. Su guion es una colección minuciosa de sentencias implacables sobre el rol de la realeza en el sutil manejo de la política y el poder.

Un personaje esencial en ese juego es María, la reina viuda de Jorge V, que actuó como formadora indispensable en el carácter y el destino de su nieta, Isabel II. Y una frase suya (para quien quiera recordarla aparece en el capítulo II) resume el llamado a que Isabel asuma el rol pleno de reina y abandone su vida personal: “He visto caer tres grandes monarquías por no haber separado las indulgencias personales del deber”, le dice a Isabel II en una carta minutos después de la muerte de su padre, Jorge VI.

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La recomendación, traída de la historia y con reminiscencias reales, bien puede aplicarse hoy a la vida política argentina como una alerta clara. En especial, el PRO debería revisar una y otra vez ese párrafo en aquel capítulo de The Crown a la luz de las actitudes que se ven tanto en la negociación por un acuerdo con La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, como por el futuro de la marca amarilla en CABA. También el radicalismo debería dedicarse más a mirar series.

La carrera por conseguir un lugar en la lista

Las indulgencias personales, entendidas como la actitud de autoperdón, tolerancia o disimulo con los errores o faltas de uno mismo, han conspirado en contra del manejo racional y estratégico del poder, y fueron un castigo habitual para la vida Argentina. Los ejemplos de ese tipo sobran estos días en el partido amarillo y también el radicalismo, sin contar las actitudes que se reportan en el peronismo kirchnerista siempre acostumbrado a no hacer crítica introspectiva y calcular las desgracias propias siempre en función de culpas ajenas. No parece haber muchos dirigentes dispuestos a mantener posiciones políticas a costa de perder alguna elección en este tiempo; cuando se está a punto de desaparecer, a veces ese puede ser el camino más rentable para una supervivencia.

Para seguir con los paralelismos cinematográficos, tres partidos están a punto de desmoronarse definitivamente en estos días: dos son la base de la historia política reciente argentina, el PJ y la UCR; el otro, un fenómeno de los últimos 20 años que apareció ofreciendo el cambio y hoy aparece solo negociando cargos para garantizar subsistencias personales. Ni el radicalismo pos alfonsinista, que reptó hacia su destrucción, se rebajó a tanto.

Esta semana el PRO y La Libertad avanza van a sellar el acuerdo en la provincia de Buenos Aires para las elecciones del 7 de septiembre, por ahora confirmadas. Cristian Ritondo lidera esas negociaciones a las que solo le falta la letra chica final para el anuncio. El color de la pintura ya está decidido: el PRO, o lo que quede de él, nunca tuvo chances de elegirlo.

La última reunión con Ritondo, Diego SantilliSebastián ParejaGuillermo Montenegro y “Lule” Menem estuvo rodeada de sonrisas y la clásica foto con la que la política clásica, la casta, cree que convence al electorado. En este caso, hay evidencias suficientes para pensar que, sin acuerdo entre La Libertad Avanza y el PRO, Axel Kicillof puede hacer un papel mucho mejor al esperado en las elecciones de septiembre. La fallida estrategia del desdoblamiento en las elecciones porteñas, que condenó al PRO en su distrito madre y la baja participación de votantes en todos los comicios celebrados hasta ahora, un número tan escaso que aterroriza a los políticos mas experimentados, promete posibles sorpresas de aquí a fin de año.

A nadie le sobra nada

El PRO firmará el acuerdo y la paz con LLA aparecerá sellada. Mauricio Macri ya lo hizo, en privado y por mensaje, con Javier Milei, algo que una semana atrás parecía imposible. MDZ ya lo anticipó en esta columna hace unas semanas: es inocente pensar que en política no se vuelve de una pelea por más violenta que parezca.

Ahora bien, dos preguntas quedan flotando: ¿este acuerdo es exactamente lo que quiere el votante macrista clásico? y ¿está seguro el PRO que la identificación de sus votantes a nivel nacional con las ideas macro de Javier Milei puede trasladarse directamente a un apoyo a LLA en los cargos locales? Las indulgencias personales pueden estar nublándole la visión a muchos macristas por estos días.

Los números de la elección porteña le garantizaron el triunfo a los libertarios, pero confirmaron que a nadie le sobran votos por ahora. LLA en la ciudad le sacó votos al PRO y llegó a 30,08 %; el peronismo bajó 8 puntos de sus números históricos con un 27,8% y el PRO sufrió un papelón con 15,91%.

En la provincia de Buenos Aires los números pueden ser parecidos, sobre todo por la implosión y la interna del kirchnerismo, pero allí puede ser fuerte de nuevo el impacto de la ausencia en la concurrencia a las urnas, si el efecto de las elecciones anteriores continúa, apatía que parece multiplicarse sobre todo en el conurbano por el fenómeno del hartazgo por la ausencia de políticas contra la inseguridad. Allí puede haber un voto explosivo que puede dispararse en dirección incierta y que ni Axel Kicillof ni Cristina Fernández de Kirchner quieren siquiera mirar.

La inseguridad puede dar la sorpresa

Mañana Cristina vuelve a la campaña con un reportaje, siempre en ambiente controlado. Sería una sorpresa que la expresidenta reconociera culpas sobre la inseguridad en la provincia en la que el kirchnerismo basa su plataforma política y mas en la Tercera Sección donde podría presentarse como candidata. Cristina ha apelado a a hablar de ese tema siempre en campaña y echando culpas afuera; nunca reconociendo que una de las patas que impide avanzar en solucionar esa tragedia es la ideología que bajaron los cuatro gobiernos kirchneristas sobre la Justicia y que empapó desde jueces hasta fiscales. Es un debate que no se dará ahora.

El radicalismo lidera también la trilogía de los que parecen condenados a la desaparición bajo el fuego violeta. Maximiliano Abad intentó hasta último momento que el PRO tuviera una actitud de supervivencia más dura, al menos en una negociación con LLA en la que está dispuesto a subirse. Hay acuerdos locales que Abad ya fue cerrando, como en Mar del Plata, pero esta semana podrá develarse, al igual que el PRO, como serán las reglas para el juego grande en la provincia.

La UCR en peligro de desaparición

Mientras tanto la UCR, como partido nacional, esta más cerca de la disolución que lo que estuvo en cualquier momento de su historia.

Es un hecho que no habrá Convención Nacional ya que convocarla, cuando ya no tiene ni presidente ante la renuncia de Gastón Manes, sería un fracaso garantizado. Hay que decir, además, que es imposible pensar que un partido funcione cuando casi la totalidad de su dirigencia, incluidos gobernadores e intendentes, creen que el presidente del partido ni siquiera es verdaderamente radical. Queda en claro más que nunca que la elección de Martín Lousteau como jefe de la UCR fue una entelequia de ese momento y siempre difícil de digerir.

En las provincias hay de todo. Mendoza acaba de tener su congreso del radicalismo donde la división entre Alfredo Cornejo y Luis Petri terminó peor que nunca. El ministro de Defensa pidió que se le reconociera el 40% que había obtenido en la última PASO como base de un acuerdo de listas. Por ahora no pudo ser. De todas formas, en Mendoza existe una realidad que también se verifica en otras provincias: Cornejo tiene buena relación con Javier Milei y convive con votantes libertarios, a pesar de su interna con Petri.

A la caza de intendentes

Donde no hay divisiones es en la pulsión generar por seducir a intendentes de todo el país que hoy aparecen casi como líberos en medio de la debacle de los partidos históricos. La regla ya no es la bandera sino la negociación de turno con el gobierno nacional, como los gobernadores que, sin distinción, salvo un par de casos peronistas que incluyen a Kicillof, o con quien haga la oferta del momento.

En esa lista hay 13 intendentes del macrismo bonaerense y unos 27 del radicalismo, que hace una semana se reunieron para mostrar foto todos juntos. Es lo que se llama subir el precio en el idioma habitual. Tanta es la desesperación del peronismo ante el temor de la desaparición total que, como contó MDZ, Kicillof hasta se animó a editar un video que recopila las críticas de Milei a Raúl Alfonsín y se lo envió a cada uno de los caciques radicales locales. No tuvo mucho éxito con esa apelación.

Javier Milei sigue con números a favor

Esta semana se conoció la primera medición privada seria y confiable sobre la inflación de mayo. La economista María Castiglione, de C&T, dio a conocer el relevamiento de precios para la GBA que dio una suba de 1,8% en mayo. Es la menor inflación mensual desde la pandemia. Anualizada, la medición se ubicó en 42,5%. En estos términos la curva de descenso continúa y el Gobierno festeja.

Javier Milei, mientras tanto, sigue recibiendo noticias de la economía que se procesan en variantes mixtas. La semana pasada, Luis Caputo logró colocar un bono por US$1000 millones que suscribieron inversores del exterior y fue tomado en dólares, pero nominado en pesos. La tasa fue 29,5 % y fue precisamente ese número el que puso en alerta al mercado.

La buena noticia que sirvió para reforzar reservas y marcar la vuelta al mercado de colocación de deuda entre privados, tras siete años de ausencia de Argentina, no tuvo el mismo impacto en el mercado de cambios. El oficial llegó a superar los $1200, mientras los dólares que entraron fueron a cancelar vencimientos de deuda que llegan a $8 billones y pagos de empresas que recurrieron a comprar en el mercado. Otro fenómeno está impactando directo también en el compromiso asumido con el FMI en materia de recuperación de reservas: lo reconozca o no el gobierno a los argentinos que pueden viajar les sigue resultado mucho más barato comprar en el exterior. Eso sigue multiplicando los viajes y la salida de billetes verdes.

No parece una razón para preocuparse tomando en cuenta que la primera revisión de metas con el Fondo se superará sin problemas y con un waiver que ya parece un hecho para el tema reservas, pero hay una incertidumbre electoral en el horizonte que también mete ruido. Por ahora, como se dijo, a nadie le sobra nada.

Fuente: Mendoza online

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