Las elecciones porteñas de hoy debieron ser puntualmente solo eso: unos comicios para elegir 30 legisladores locales precedidos de una campaña donde candidatos y dirigentes explicaran que piensan hacer con la ciudad y que nueva maravilla proponen para gestionarla. La realidad no solo estuvo muy lejos de eso, como todos sabemos, sino que, además, esa campaña terminó con bajezas y falsedades que se sirvieron de la inteligencia artificial para confundir al elector o, eventualmente, ahorrarse plata en el arte de los spots de campaña. Todo fue bajo, berreta podría decirse en lenguaje habitual, y de muy poco aporte a la conversación general.
Salvo el PRO, que lleva la obligación de gestionar la ciudad y que forzó el adelantamiento de la elección local para debatir la agenda porteña y no la nacional impulsada por La Libertad Avanza, casi nadie habló concreta y seriamente de sus planes para la ciudad durante la campaña.
Hubo si referencias escatológicas, que pretendieron hacer olvidar situaciones similares en el pasado, y una actitud dolosa para evitar los problemas que la ciudad recibe de otros distritos y que convirtieron sus calles en dormitorios del conurbano a cielo abierto y sus hospitales en centros de atención a visitantes que llegan desde las provincias e inclusive de algunos de nuestros hermanos latinoamericanos, los mismos que se niegan hasta atender siquiera una emergencia médica que un ciudadano argentino pueda tener en esas tierras.
En lugar de debatir esos temas los porteños se quedaron con el gusto a mucho de una campaña insoportable y el gusto a poco de haber escuchado casi nada de lo que cada candidato propone para la ciudad.
La realidad es que casi nadie (se insiste salvo al PRO y especialmente a Jorge Macri que seguirá gobernando la ciudad por al menos dos años y medio mas) habló en campaña de la ciudad y si se discutió, y mucho, de la nacionalización de la política.Te podría interesar
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Para el gobierno nacional, que busca quedarse con CABA y sacarle al PRO su casa matriz y especialmente correr del juego a Mauricio Macri, nunca hubo discusión local en absoluto: Manuel Adorni y Javier Milei se dedicaron a prometer el modelo de la motosierra para la ciudad. El acto de cierre del candidato de la Libertad Avanza fue la prueba más clara. Ese día, además, LLA tuvo una prueba de fuego: el estilo y la estética libertaria no necesariamente coinciden con el gusto del porteño medio. Hoy se verá el impacto final de ese efecto.
Mas allá de todas estas obviedades que sirven de explicación previa, la elección de hoy tiene una utilidad extrema para Javier Milei y su hermana Karina que hace seis meses nadie hubiera imaginado: la elección porteña le terminó sirviendo como una PASO con proyección nacional para precalentar hacia octubre y con potencial impacto en todo el país.
Milei logró suspender la PASO para la elección de cargos nacionales de octubre, pero con el aditamento ahora de contar con esta gran encuesta previa nacional y casi sin riesgo. En ese sentido, ¿qué importancia le darán hoy el resto de los argentinos a la elección en CABA? ¿Les importa igual que a los porteños?
En el debate de campaña los libertarios no tuvieron el más mínimo empacho en plantear la elección porteña como un combate nacional. Necesitaban ese impacto como prueba de la construcción partidaria que lleva adelante Karina Milei y para comenzar a acelerar en un efecto que no evitó ningún nuevo jefe recién llegado al poder: desbancar en la subida a los apoyos que le sirvieron de base.

Es lo que hizo Néstor Kirchner con Eduardo Duhalde cuando al santacruceño le quedó en claro que el partido grande se jugaba en territorio bonaerense. Por eso, y sin vergüenza alguna, Néstor Kirchner y su esposa Cristina se dedicaron como batalla inicial a desbancar a los Duhalde la provincia. Y casi al mismo tiempo tejieron el acuerdo de la Transversalidad con el radicalismo, un mentiroso eufemismo con el que el kirchnerismo se quedó, casi como si pescara con mediomundo, con cinco gobernaciones del radicalismo de la mañana a la noche.
Mucho de eso se juega en esta elección y no solo por la pelea entre Javier Milei y Mauricio Macri, gran apoyo del libertario y garante de la gobernabilidad a través del apoyo en el Congreso, sino también por el esquema político que puede alumbrarse en la ciudad y en la provincia de Buenos Aires después del resultado que se conocerá desde las 18 horas de hoy.
Es un hecho que LLA espera ese resultado para terminar la negociación con el PRO en la provincia, pero también el resto de los partidos, que una maratón frenética de 17 listas se presentó a las urnas porteñas, la mayor parte de ellos inconsistentes y sin apoyo suficiente más que los flexibles límites que pone la ley Electoral para poder competir. El radicalismo, la izquierda, y hasta la Coalición Cívica deberán plantearse el futuro de su existencia en CABA desde esta noche.
Mañana se iniciará otra carrera a la luz del resultado de la elección porteña, pero que tendrá escalas que impactarán hasta en el bolsillo de los argentinos. En la provincia de Buenos Aires Cristina Fernández de Kirchner, que otra vez puede sobrevivir como sparring dilecto del oficialismo, tal como le pasó cuando Mauricio Macri fue presidente y sus estrategas se emperraron en mantenerla arriba del ring como enemiga útil, debe decidir candidaturas ahora que, gracias a los manoseos del Senado que lograron voltear la Ley de Ficha Limpia, está libre para anotarse en cualquier lista.
Un apunte aparte. El rechazo a Ficha Limpia no solo tuvo el efecto de escatimarle a Silvia Lospennato el éxito de ver aprobada esa ley, sino también el de garantizar un pacto de no agresión con el kirchnerismo. De ahí el alto costo que se pagó por el fracaso.
Cristina sigue tensando con Axel Kicillof, pero todos, incluidos los intendentes, tienen mucho que explicar después de las cuatro elecciones del domingo pasado donde el kirchnerismo y el peronismo fue virtualmente borrado de la realidad política en casi todas las provincias, salvo Chacho, donde perdió pero si no hubiera ido dividido podría haber evitado el papelón.
En la provincia de Buenos Aires el radicalismo también mira de cerca como terminará la película del acuerdo entre el PRO y la Libertad Avanza. Maximiliano Abad está atento a esos movimientos, sobre todo porque administra una de las fuerzas más eficaces que tiene la UCR en todo el país que son los intendentes del interior profundo bonaerense. Hoy todos ellos estarán mirando también el conteo en las urnas porteñas.
Todo comenzará desde mañana, sumado a otras negociaciones y anuncios que el gobierno dejó en espera en medio de la campaña y por problemas técnicos. Queda por resolver el anuncio sobre el uso de dólares para monetizar la economía que ahora parece que necesita una ley que modifica el régimen penal cambiario y el tributario para poder ponerse en marcha; también el nuevo plan que se negocia con gobernadores para desdoblar el IVA y modificar el sentido del flujo de coparticipación de ese impuesto, tema madre y de tal dimensión que parece una batalla casi imposible. Todo junto y al mismo tiempo, casi sin margen para respirar.
Fuente: Mendoza online
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