Javier Milei juega a todo o nada como si tuviera el mismo resto político que cuando asumió la presidencia en diciembre de 2023. Esta claro que aunque el presidente tenga novedades económicas en puerta que pueden aportarle alegrías en el otoño que se avecina, hay peleas en el horizonte que exceden todo lo que vimos hasta ahora. En los números hay análisis que muestran que Milei no perdió aun un apoyo sustancial a su gestión, sobre todo entendiendo el logro de haber controlado la inflación; pero los porcentajes no son los mismos que hace seis meses y otras prioridades suben a los primeros puestos de la escena como la inseguridad y la preocupación por el futuro de la economía. Este último punto claramente no se asimila en la consideración general a los logros en el combate a a inflación y es ahí donde aparece una caída que para Opina Argentina llegó a 6 puntos para su imagen positiva, con una suba de 7 puntos de su imagen negativa. De todas formas, Milei aun sigue en el tope de la lista en cuanto a consideración política.
En la vida política, Argentina, una vez mas, se debate diariamente a todo o nada, ejercicio de incertidumbre con el que el kirchnerismo terminó hartando a mas de medio país. Esta vez ese tembladeral se juega sobre un tablero multidimensional que incluye a toda la política, amiga o enemiga. Veamos.
En los últimos días se convirtió en un lugar común analizar la supuesta sorpresa de la Casa Rosada por el voto con el que Manuel García Mansilla colaboró a la nueva mayoría que bloqueó, por ahora, el ingreso de Ariel Lijo a la Corte Suprema. La realidad es que esa supuesta “sorpresa” no parece haber sido tal: en el Gobierno siempre supieron la estrategia que seguiría García Mansilla, pero el problema ahora es que sus consecuencias tienen la potencialidad de cambiar el clima político de manera inquietante.
García Mansilla transitó todo el camino desde su nominación por Javier Milei hasta el DNU de la polémica casi sin mover un dedo; esa fue la estrategia que le recomendaron sus íntimos desde el primer día. Hasta su presentación ante la Comisión de Acuerdos del Senado tuvo una asepsia absoluta. La prueba de su falta de giro político fue la afirmación, que hoy lo persigue, sobre su rechazo a ser nombrado en comisión por decreto.
En la intimidad y ante amigos, siempre repitió la misma frase: “Los votos me los junta Lijo”. Es la mejor traducción de la posición de expectativa que siempre mantuvo, con perfil bajo y mucho cuidado personal.Te podría interesar
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No había nada desconocido en García Mansilla para los libertarios de la Casa Rosada a pesar que se diga lo contrario. Milei avanzó con el DNU en medio de un mar de incertidumbres en el Senado con un dictamen a favor del acuerdo a Lijo pero aun sin votos suficientes y la indefinición de no tener despacho para votar a García Mansilla en el recinto.
Es la primera diferencia esencial que el lenguaje del Senado deja rápidamente en evidencia, pero que muchos pueden no comprender. García Mansilla entró en la Corte Suprema con el pecado original del DNU a cuestas. Lo aceptó y comenzó un camino para “institucionalizarse” que tuvo su coronación en el rechazo a darle licencia a Lijo, conformando además con esa movida la nueva mayoría de la Corte con el beneplácito absoluto de Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti.
Así, García Mansilla entró a la Corte por la puerta de costado pero dentro de la autorización que la Constitución le da al presidente para el caso de vacancias que se producen en el máximo tribunal mientras el Congreso esta de receso.
No es el mismo caso de Lijo, pero hoy la precariedad del DNU puso a García Mansilla en su misma condición. Esta semana el kirchnerismo, que hasta el decreto mantenía una discreta distancia de un acuerdo con el Gobierno por el tema de los candidatos a la Corte, transformó ese escenario en uno de batalla por bloquearle a ambos la permanencia o el ingreso, según se trate de uno u otro. Mas kirchnerismo imposible.
Para que no haya lugar al equivoco: si la oposición logra sesionar la semana próxima y el Gobierno no consigue los votos para aprobar el acuerdo a los jueces Lijo no ingresará y García Mansilla debe salir. En esos términos, están en la misma situación.
El kirchnerismo ahora junta votos para apurar una sesión en una o dos semanas en la que pretende rechazar los pliegos de Lijo y García Mansilla. Si lo logra, el Gobierno sufrirá un impacto que nunca tuvo hasta ahora y la endeblez de la estrategia del DNU para nombrar a los jueces de la Corte Suprema quedará al desnudo. No es un tema menor tomando en cuenta las dudas que puede sumarle a la política esa movida.
Hasta ahora, la oposición no llega a sumar los votos para ese desafío, pero aun resta la definición de radicales y otros provinciales. La pelea, en estos términos, se convierte en una cuestión de fondos y transferencias que, en definitiva, siempre termina siendo la forma en que se acuerdan las votaciones entre las provincias y la Nación. Milei lo aprendió hace rato aunque antes se negara a reconocerlo.
El bloque que obedece a Cristina Fernández de Kirchner ya convirtió en bandera contra el gobierno a la pelea contra los dos jueces nominados para la Corte. De una negociación por votos se pasó a una guerra que hoy no parece tener solución pacífica. El kirchnerismo, inclusive, sueña con forzar una sesión para debatir los pliegos de los jueces aunque Victoria Villarruel no la convoque oficialmente. Si lo hacen se abrirá un debate constitucional que ensuciará aun mas la cuestión de los magistrados y debilitará aun mas al gobierno.
Milei, mientras tanto, no esta dispuesto a bajar ninguna bandera. El desastre climático que impactó directamente sobre Bahía Blanca con mas de una docena de muertos y la ciudad semi destruida puso a prueba a un gobierno que no cree en la obra pública y que hasta proclama que nadie la pide.
Como sea, Bahía Blanca hizo suspender toda la actividad del Gobierno. Milei tenía arreglado un viaje a Mendoza para participar de la Fiesta Nacional de la Vendimia, Las alternativas de ese viaje frustrado por el desastre climático aportan datos curiosos sobre el ánimo presidencial de estos días. Desde presidencia habían acordado que Milei participaría del almuerzo de Bodegas Argentinas (ámbito absolutamente controlado y seguro) rodeado de empresarios bodegueros, pero luego sumaron el pedido de participar de la Fiesta Central de la Vendimia en el Anfiteatro Frank Romero Day, espacio abierto y con veinte mil espectadores.
Hubo advertencias desde la gobernación mendocina sobre los efectos que tiene esa megafiesta provincial. Se comunicó al presidente que para entrar al anfiteatro debería pasar por delante de donde esperan los cientos de actores que animan el espectáculo. El riesgo de insultos, o inclusive algún botellazo de agua, como en otras épocas sufrió algún gobernador es altísimo. Inclusive hay mas antecedentes: a Celso Jaque, gobernador, llegaron a chiflarlo y Victor «Viti» Fayad como intendente de Mendoza tuvo que soportar que le tiraran un zapatazo. Desde presidencia rechazaron la advertencia y pidieron avanzar. Luego se les informó que se estila que los funcionaron ingresen al Anfiteatro cuando la luz esta apagada y el espectáculo listo para comenzar, pero Milei pidió entrar con todos los reflectores prendidos. El riesgo es enorme fue la alerta.
Finalmente el desastre de Bahia Blanca obligó a suspender la visita y en Mendoza respiraron aliviados, pero el equilibrio de poder entre el radical Alfredo Cornejo y Milei frente a una elección legislativa mas que peligrosa y en la que LLA tiene todas las de ganar seguramente tendrá una escala en breve con una visita presidencial que esta vez si se realizará.
El desafío que pondrá a prueba esta semana en el Senado al DNU sobre los jueces de la Corte viene en paralelo a las noticias que el gobierno espera desde el FMi. El acuerdo ya esta cerrado en todos los aspectos técnicos y la duda hoy gira en torno a dos puntos: el monto final de desembolso, que en parte responde a devolución de pagos hechos el año pasado y como terminará mutando la política cambiaria luego del refuerzo al balance del Banco Central tras la transferencia desde Washington. Como sea el anuncio del acuerdo traerá calma a los mercados locales aunque con una mira extra también sobre el Congreso por el debate del proyecto que enviará Javier Milei para aprobar el endeudamiento que supone el ingreso de fondos frescos del FMI:
El mercado esta pendiente de la firma del acuerdo mas que nunca. Las debilidades políticas del gobierno y los enredos en que se metió potenciaron esa ansiedad. El Milei de este tiempo no es el mismo que el de hace un año. Hay elementos que se suman al análisis que quizás muchos argentinos de a pie no tienen en cuenta diariamente, preocupados por otros problemas de subsistencia mas acuciantes. Por ejemplo, en el mundo económico ya comienzan a sumar con preocupación los miles de millones de dólares (en total casi US$ 40,000 M) que se acumulan en sentencias contra el Estado por juicios producidos por desastrosas decisiones tomadas durante los gobiernos kirchneristas.
La semana pasada la jueza Loreta Preska confirmó la sentencia por el caso YPF que obliga al país a pagar, a números de hoy, unos US$ 18.000 millones; a ese número hay que sumar fallos por haber violentado el índice de crecimiento para no pagar el cupón PBI y hasta un juicio pendiente por la privatización de Aerolíneas Argentinas.
Donald Trump es «amigo» de Milei pero en el mundo aun mucho no ayuda. La semana pasada las acciones y bonos argentinos vivieron en una montaña rusa de subas y bajas. No fue producto de nuestro problemas locales en todos los casos. Los vaivenes de los mercados en el mundo producto de la guerra comercial que lanzó Donald Trump en el inicio de su gobierno arrastran a la Argentina siempre primera en la lista de los países impactados por los movimientos del mercado. El mundo de Trump, con sus aranceles que se anuncian y después se suspenden de acuerdo a cada negociación y las guerras que se pretende suspender a s a sopapos como de Rusia y Ucrania, se ha vuelto un lugar peligroso e impredecible.
El caso Libra también suma y preocupa. La denuncia que presentaron Mónica Frade y Maximiliano Ferraro contra Karina Milei por tráfico de influencias divide aguas en la Coalición Cívica no por el centro de la acusación, sino por el momento para hacerla. la efectividad que pueda tener. Elisa Carrió salió a atacar fuerte a la hermana presidencial y al propio gobierno, pero dejó alguna puerta abierta para demorar el impacto.
El problema mas serio con esa investigación no esta en Argentina sino en Estados Unidos. No hacía falta que Mauricio Claver Carone confirmara que la justicia de su país avanzaría con una investigación ante la existencia de ciudadanos estadounidenses supuestamente estafados por las maniobras con Libra; antes de esa declaración en Buenos Aires ya se sabía que el FBI estaba rondando el tema.
Las acciones e interrogantes se siguen sumando. No hay seguridad en el mercado sobre el verdadero sentido de las duras denuncias sobre Karina Milei. «¿Fuego externo o alguna crisis endógena que puede venir en breve con otras malas noticias», se preguntaba un operador de mesa de dinero la semana pasada mirando el triángulo de hierro. Lo mismo puede argumentarse sobre el futuro de la relación del gobierno con el Grupo Clarín. La compra de Telefónica por parte de Telecom responde a una estrategia conocida, pero esta vez la batalla puede remitir a episodios aun mas complicados que los que se vivieron entre Néstor Kirchner y el grupo.
Todo se acumula en una semana que comienza, otra vez mas, en una Argentina que tiene mucho para perder si nuevamente se pierde el rumbo cuando aun la se mantiene casi intacta la vocación de una amplia mayoría de los argentinos por mantener el esfuerzo para no regresar a las dos nefastas décadas anteriores perdidas.
Fuente: Mendoza online
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