Mauricio Macri enfrenta el desafío de neutralizar el incendio. Es que Pro es un hervidero de tensiones y conflictos después de que el presidente Javier Milei planteara su intención de cerrar un “acuerdo total” con el expresidente para confluir en las próximas elecciones legislativas y “arrasar con el kirchnerismo”. La crisis interna que atraviesa a la fuerza que conduce Macri desde que los libertarios se impusieron en las urnas en 2023 se agudizó en las últimas horas después de que el partido acusara de “autoritario” al gobierno de Milei por no haber incluido el presupuesto 2025 en el temario de proyectos que se debatirán en extraordinarias.
La jugada profundizó la grieta en la cúpula de Pro entre los acuerdistas y los puristas. Los primeros son los gobernadores, intendentes o legisladores nacionales que consideran que el macrismo no tiene más remedio que aceptar un entendimiento con Milei para converger en la próxima contienda electoral y aunar fuerzas para evitar un resurgimiento del kirchnerismo. Son aquellos dirigentes que consideran que Pro y LLA comparten el electorado anti-kirchnerista o anti-peronista por lo que están destinados a convivir. A sabiendas de que el partido amarillo quedó relegado en el nuevo tablero de poder y que la próxima elección funcionará como una suerte de plebiscito de la gestión de Milei, presionan a Macri para que selle el alto al fuego con los libertarios y conduzca a Pro a un pacto para compartir las listas. Al frente de ese grupo están el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, el diputado nacional Diego Santilli, la carta más competitiva del macrismo en Buenos Aires, el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, y el jefe de bloque de Diputados de Pro, Cristian Ritondo. También orbita cerca de esa rama interna de Pro el mandatario de Chubut, Ignacio Torres, quien recompuso su vínculo con la Casa Rosada -tiene diálogos frecuentes con Santiago Caputo, principal asesor presidencial-, pero exhibe mayor libertad para diferenciarse del oficialismo.LAS LÍNEAS ROJAS DE LA LIBERTAD AVANZA Y PRO DIFICULTAN UN ACUERDO CON LA CAPITAL COMO LA GRAN BATALLA
La mayoría de ellos -pese a que varios se habían tomado unos días de descanso- pusieron el grito en el cielo cuando leyeron el comunicado de Pro que había diseñado Fernando De Andreis, estrecho colaborador del expresidente, junto al jefe porteño, Jorge Macri, para fijar la posición “institucional” del partido respecto del llamado a sesiones extraordinarias del Presidente. Los “acuerdistas” no solo expresaron su descontento por el contenido y el tono del texto, sino porque no los habían consultado sobre el tema.

De inmediato, lo vincularon a una maniobra orquestada por Jorge Macri, el abanderado de los puristas. Bajo asedio de los libertarios que siguen las instrucciones de Karina Milei y Caputo, el jefe porteño viene presionando a su primo para que tome distancia de la Casa Rosada y resalte la identidad de Pro. Por caso, a mediados del año pasado lo forzó a Macri, después de que se aprobara la ley bases y el paquete fiscal en el Congreso, a que sacara un tuit para reclamarle a Milei por los fondos de coparticipación para la Ciudad. Luego, decidió desdoblar los comicios locales, convencido de que de esa manera podría blindar el bastión de Pro y asegurar la gobernabilidad. Y en el último tiempo activó un operativo para convencer al expresidente de que vuelva a la primera línea de batalla y acepte ser candidato a senador nacional en la Capital, con el fin de frenar la avanzada de los libertarios. Quiere que Pro se plante frente a Milei, defienda sus banderas políticas y exhiba vocación de poder. “No somos lo mismo”, insistió el alcalde ayer.
Cerca de la postura de Jorge Macri –aunque con matices- se posicionan Soledad Martínez, intendente de Vicente López y mano derecha del jefe porteño, y María Eugenia Vidal, quien termina su mandato en diciembre y suena como posible postulante de Pro en el distrito capitalino.
Intereses, temores y planes
Los acuerdistas lidian con otras realidades locales o urgencias de gestión, por lo cual tienen intereses distintos a los de Jorge Macri. Por ejemplo, Frigerio y Torres requieren preservar un diálogo institucional con la Casa Rosada. Si bien no lograron que Milei acepte sus modificaciones al proyecto de presupuesto o acceda a abrir una negociación por las demandas de las provincias, habían avanzado con tratativas puntuales. Por caso, Frigerio, que enfrenta una realidad financiera que lo obliga a hamacarse permanentemente por la herencia de Gustavo Bordet, sigue pendiente de destrabar su reclamo a la Nación por la deuda de las cajas jubilatorias no transferidas, las regalías de la represa hidroeléctrica Salto Grande y las obras públicas.
A su vez, Frigerio observa el tablero electoral en su provincia. A diferencia de Jorge Macri, no se someterá este año a un comicio para renovar cargos locales. Eso lo libera, ya que no pondrá en riesgo el esquema que le permite asegurar la gobernabilidad en el parlamento provincial. Además, sus armadores creen que el debate de la elección a diputados y senadores girará en torno a la agenda nacional. Es decir, se evaluará la gestión de Milei, no cómo administra Frigerio. No obstante, el gobernador apuesta a lograr un pacto para confluir con los libertarios en su terruño para impedir que el peronismo, que quedó inmerso en una honda crisis por el caso del exsenador Edgardo Kueider y la situación judicial de Sergio Urribarri, puede renacer de las cenizas y convertirse en una amenaza para 2027. “Lo ideal es un acuerdo amplio para pulverizar al PJ”, dicen. En ese distrito, los peronistas preservan la unidad pese a la erosión interna por los escándalos de corrupción.
Básicamente, Frigerio considera que sería un error dividir el voto opositor al kirchnerismo en una elección de medio término. Por esas razones, el gobernador de Entre Ríos procura llevar mesura a los debates internos que se dan en la cúpula de Pro respecto del posicionamiento ante el Gobierno y prioriza resaltar las coincidencias con LLA, más que las diferencias. En su distrito lidera una amplia coalición (Juntos por Entre Ríos) que incluye a radicales y peronistas no k, entre otras fuerzas. Su objetivo es que todos convivan bajo el mismo paraguas en 2025 para darle el golpe de gracia al PJ. “El sentido común nos indica que hay que confluir, por más que haya cuestiones que no nos gusten”, señalan cerca de Frigerio.
Por otra parte, sus laderos sospechan que los libertarios también se verán estimulados a evitar el escenario de tres tercios y que priorizarán un acuerdo para converger ya que LLA no logró consolidar una estructura propia en la provincia. En definitiva, presumen que el manejo de la botonera estatal de la provincia y el hecho de que Milei no esté en la boleta -no habrá un efecto arrastre- los deja bien posicionados para la eventual negociación. Otro dato no menor para los intereses del oficialismo: este año se vencen los mandatos de los senadores por Entre Ríos Alfredo de Angeli (Pro) y Stella Maris Olalla (UCR), dos dialoguistas en el tablero del oficialismo en el Senado nacional.

En cambio, Torres se mueve con mayor comodidad. Por caso, logró sumar a un sector de LLA a su gestión. Y, a sabiendas de que las expresiones peronistas y libertarias en Chubut lucen atomizadas, no tendría inconvenientes en competir en soledad.
Torres es de los referentes de Pro que creen que es difícil que Milei y Macri acerquen posiciones y sellen un pacto para converger. En su entorno deslizan que nota “mala praxis” en los operadores del Gobierno. Convencido de que la mesa chica de Milei busca ganar tiempo, Torres se atrevió a chicanear a los libertarios cuando compartió el pedido del Presidente: “O vamos juntos en todo el país o no vamos juntos”, advirtió, en un intento de marcarle la cancha a LLA. En Chubut se ponen en juego dos bancas de diputados nacionales.
Al igual que Frigerio, Torres se quejó ante Macri por el tono del comunicado en el que acusó de “autoritario” a Milei. Le molestó, sobre todo, que la jugada no haya sido consensuada con la mesa ejecutiva del partido.
Cuando se enteró del temario de extraordinarias, Torres miró el proyecto de reforma electoral. Es de los que están dispuestos a plantarse para pedir la suspensión de las PASO y rechazar la eliminación, como quiere la Casa Rosada. ¿Torres apuesta a edificar una candidatura presidencial y, por eso, teje en un armado heterogéneo y multipartidario con la mira en 2027? ¿Acaso Frigerio y Jorge Macri también sueñan con participar en esa carrera? Es lo que sospechan en la cúpula de Pro cuando analizan los posicionamientos de los gobernadores amarillos.
La apuesta bonaerense
Los acuerdistas de Buenos Aires -Santilli, Montenegro y Ritondo- también lamentan que el comunicado de Pro haya dinamitado los intentos de acercamiento que habían ensayado Milei y Macri durante los últimos días.
Si bien no actúan de forma sincronizada, Santilli, Montenegro y Ritondo, al igual que gran parte de la dirigencia amarilla en Buenos Aires, el último gran refugio de poder del kirchnerismo, anhelan que Pro llegue a un acuerdo con LLA para construir una alianza. Concuerdan en el diagnóstico: el macrismo no debería prescindir de un entendimiento con Milei si procura conservar su capital y tener chances de derrotar al kirchnerismo en su principal fortaleza. “Si no vamos todos juntos, no vale la pena competir”, señalan allegados de Santilli, quien fue sondeado informalmente por los libertarios para regresar a la Capital como contrincante de Jorge Macri en las legislativas locales. Sus alfiles lo descartan de plano.
Los tres acuerdistas amarillos en Buenos Aires tienen línea directa con Caputo, el asesor multifunción del Presidente, y cuentan con la simpatía de los armadores de LLA en el distrito. El alter ego de Milei en la gestión considera a Ritondo como el único interlocutor válido para negociar ya sea los proyectos legislativos o el armado político. En el caso de Montenegro, la sinergia con el influyente consejero de Milei alcanza otros niveles. Es que el jefe municipal es uno de los patrocinadores de la candidatura de Ariel Lijo a la Corte Suprema de Justicia.
A Caputo, que ya atrajo a Diego Kravetz a las filas libertarias de la mano de Manuel Vidal y Tomás Vidal, quien era uno de los accionistas de la consultora Move Group, le agrada el perfil de Montenegro. ¿Buscará seducirlo para que ingrese a “las fuerzas del cielo”? “Tienen una muy buena relación, pero nadie nos dijo nada. Estamos enfocados en la provincia y en ganarle a Kicillof”, señalan en el escuadrón de Montenegro. El jefe municipal se mueve como un líbero en el mundillo de Pro. Tiene una relación cordial con Macri, pero construye su proyecto político sin jefes ni ataduras. Al contrario, el expresidente lo postergó al enviarlo como embajador ante Uruguay y no lo apoyó en la pelea contra Gustavo Posse por la intendencia de San Isidro. Tampoco responde a Horacio Rodríguez Larreta -se había inclinado por Gabriela Michetti en la interna porteña de 2015 que fracturó a Pro- ni a Patricia Bullrich. Fue de los que se mantuvieron neutrales en la feroz disputa de JxC en 2023.
Hoy, Montenegro sintoniza la misma frecuencia que Frigerio, Ritondo o Santilli. Los acuerdistas confrontan con la visión de los puristas y reniegan de que se imponga el centralismo porteño en la cima de Pro. “Esto es Jorge [Macri] contra el resto del mundo”, grafica una de las autoridades de Pro.
Por Matías Moreno
Fuente: La Nación
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